La líder del partido Vente Venezuela asegura tener una secuencia muy “clara y realista” para lograr el cambio político en Venezuela el año que viene: ganar la Primaria, construir una negociación que ofrezca garantías con el madurismo y la comunidad internacional y ejercer presión diplomática y de calle, para lograr las condiciones electorales necesarias para unas presidenciales equilibradas.
Con respecto a un posible llamado a la abstención, María Corina Machado fue tajante al afirmar que “juego ganado no se tranca” y explicó que de ganar las primarias va a “alinear los intereses” de todos sectores internos y externos que estén involucrados en el conflicto venezolano, bajo un esquema de ganar-ganar.
Afirma que Venezuela necesita un” liderazgo no extorsionable” y marca distancia de la dirigencia de los partidos políticos tradicionales: hay unos actores que ya están rendidos y por eso aceptan lo inaceptable. “Ahí no hay nada que hacer”.
-¿Las constantes amenazas contra la Primaria están haciendo mella en el comité organizador?
-Yo creo que el régimen está calculando cada día, creo que están en una posición de mucha vulnerabilidad, porque hoy hay elementos que no tuvieron presentes antes o desde hace muchísimo tiempo. Subestimaron la emoción que la Primaria iba a generar, pensaron que al negarse a apoyar, entre comillas, la elección con el Consejo Nacional Electoral (CNE), iban a generar un descalabro en la capacidad organizativa, y fue al contrario. Después vinieron con la fulana inhabilitación contra mí y se les convirtió en un boomerang que hizo voltear a las instituciones del mundo hacia Venezuela, y ahora, creo que están tratando de aterrorizar a la sociedad, pero tampoco les está funcionando.
-Es decir, que no han hecho mella esas amenazas.
-Pero claro que la gente tiene todo el derecho de sentirse amenazada y con miedo. Le acaban de meter dieciséis años de cárcel a seis sindicalistas que solamente estaban defendiendo sus derechos laborales. ¡Por el amor de Dios! También, recientemente, persiguieron y torturaron a un dirigente estudiantil por protestar. Por supuesto que hay miedo y por eso es muy importante que la Comisión Nacional de Primaria (CNP) pueda sentir el apoyo de la sociedad venezolana y de la comunidad internacional. En este momento el llamado que hago a todos es a acompañar y fortalecer a cada uno de los integrantes de la CNP y a cada uno de los miembros de las juntas organizadores en los distintos estados del país.
-¿Qué opinión tiene de las declaraciones dadas en días pasados por la exmiembro de la CNP María Carolina Uzcátegui?
-Hay quienes están con el régimen o ya aceptaron la rendición y por eso dicen “esto es lo que hay”. Para ellos, hay que resignarse a vivir en la jaula y lo que necesitamos es que sea un poquito más cómoda o nos dé un poco más de alpiste, porque “es lo que hay”. Esos son menos peligrosos que quienes, disfrazados de corderitos o de grandes analistas o de encuestadores, crean toda una argumentación falaz para confundir a la gente. Por estar alineados con ciertos intereses, se convierten en replicadores de la narrativa del régimen y amplificadores de su propaganda pero con un lenguaje de opositores para así desmoralizar. Por lo tanto, pienso que, en ese sentido, la rueda de prensa a la que haces referencia termina siendo positiva, porque desmonta esos camuflajes. Es una tragedia que personas, que supuestamente pertenecen a este lado, se dediquen a aumentar el riesgo y la amenaza sobre estos venezolanos, al hacer señalamientos individuales. A mí me resulta absolutamente repudiable y profundamente desleal, sobre todo con quienes alguna vez confiaron en ellos.
-¿Cómo ve la organización de la Primaria?, ¿aún piensa que la decisión de no acudir al CNE fue acertada?
-Sigo sin tener ninguna duda de que la peor decisión posible era entregarle al CNE el control de la Primaria. Haber ido a un proceso organizado por la gente es lo correcto, al margen de que se decidió porque el propio CNE les dijo que no; eso hay que asumirlo. Pero se tomó la alternativa correcta. Todos los actores políticos han terminado aceptando que el mecanismo no puede ser un acuerdo entre cuatro gatos, sino una elección, porque eso le dará una gran legitimidad a quien resulte electo, frente a los venezolanos y también de cara a la comunidad internacional.
-¿A qué se refiere cuando dice que la Primaria logró atraer de nuevo la atención de la comunidad internacional hacia Venezuela?
-Aquí hay quienes están montados en la agenda de 2030, es decir, que creen que el cambio debería darse en el 2030 y no el 2024. Ellos le han vendido esa visión a la comunidad internacional y mucha gente la compró, pero toda la emoción que ha generado la Primaria, aderezado con el impacto que causó mi inhabilitación írrita, hizo que importantes instituciones en el mundo volvieran a mirar hacia nuestro país. El último ejemplo que ocurrió hace pocos días, cuando veinte senadores estadounidenses, demócratas y republicanos, le enviaron una carta al secretario de Estado Antony Blinken, diciéndole tres cosas: la Primaria es un derecho ciudadano y el régimen no puede interferir; todos los candidatos tienen derecho a participar estén o no bajo una medida judicial inconstitucional; y quien gane la Primaria va a ser el candidato reconocido por la comunidad internacional para enfrentar a Maduro. Llama la atención que afuera tengan esto tan claro, mientras que aquí unos actores supuestamente opositores, toman una posición de derrota y de aceptación de lo inaceptable.
-Pero una veintena de senadores estadounidenses no son la comunidad internacional.
-Estamos hablando del Senado de los Estados Unidos y de líderes de larga trayectoria en los dos partidos. Ellos están fijando una posición nítida en un momento donde hay negociaciones entre la administración Biden y el régimen venezolano. No es cualquier cosa. Pero tienes razón, esto tiene que crecer mucho más.
-¿Qué opinión tiene de esa negociación directa entre la Casa Blanca y Miraflores?
-Como todos los venezolanos, desconozco los términos y el alcance de la misma; pero es muy triste que el destino de Venezuela se discuta sin la presencia del verdadero liderazgo opositor. Eso es una tragedia. Pero también es una evidencia de la grave crisis de representatividad que hay en la oposición venezolana. Es decir, esto es producto de grandes errores y de falta de confianza en la dirección política. Así como en Venezuela la gente no confía en buena parte de los actores políticos tradicionales, la comunidad internacional tampoco. Por ejemplo, en esa delegación de México hay cuotas de partidos que ya no representan al país; y por eso hay tantas dudas de lo que pueda resultar de ese proceso. Sin embargo, la Primaria permitirá una legitimación del liderazgo para que haya una negociación más robusta y donde estén sentados los verdaderos representantes de los ciudadanos. Porque yo sí creo que el desmontaje del régimen debe pasar por una negociación muy seria, a la que debemos llegar con una posición de fuerza moral, pero también real en términos de respaldo y de capacidad de movilización.
-Pero si el régimen tiene un canal directo con Estados Unidos y también hace negociaciones al detal con distintos factores de la oposición, ¿cuál es el estatus del proceso de diálogo que se instaló en México?
-Yo no puedo responder eso porque yo no soy parte de la delegación. Sin embargo, creo que hoy existen algunas circunstancias o incentivos diferentes a las que hubo en procesos anteriores, que podrían hacer que el régimen cumpla con algunos de los compromisos que haga.
-¿Y cuáles son esos incentivos?
-Creo que van en varias direcciones, pero la primera es que necesitan dinero. Los más de veintitrés mil millones de dólares desaparecidos de Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) les ha afectado; y la falta de liquidez se siente a lo largo de toda su estructura, por eso empiezan a generarse tensiones y fracturas. La más grande, es la que hubo con Tareck El Aissami. Lo más importante para ellos es que este problema interno se refleja también en sus redes de represión y de control social. Los cuerpos de seguridad del Estado, civiles y militares, se están comiendo un cable y ellos también tienen esposas, hijos y madres, que cuando llegan a sus casas les reclaman y los enfrentan. Por otro lado, sus redes de control social, llámese CLAP, UBCH, etcétera, hoy están haciendo agua, porque el régimen está quebrado. Cuando voy a los pueblos se me acercan y me lo dicen, no es noticia nueva.
-¿Por qué dicen que a usted no le gusta la ruta electoral?
-Eso no es cierto, pero es lo que dice el régimen y repiten, con mala intención, actores que se han vuelto reproductores y amplificadores de la narrativa gubernamental. Yo no confundo fines y medios, y nuestro fin es desmontar un sistema tiránico, corrupto, que ha destruido intencionalmente a la sociedad y a la familia venezolana. Cuando hay democracia, indiscutiblemente la ruta electoral es el mecanismo de ejercicio de la soberanía popular; pero cuando enfrentas una dictadura, las elecciones son un medio legítimo, al igual que la protesta, la movilización y la presión diplomática. Hoy son ellos quienes le tienen miedo a la vía electoral y por eso cada vez que intentan sabotearla se deslegitiman; y eso es lo que yo le he estado diciendo a los venezolanos, sin desconocer lo que estos tipos son capaces de hacer y el prontuario que tienen. Lo que no haré es caer en un chantaje basado en la falsa dicotomía de “sumisión o violencia”, que se resume en que si no aceptas la sumisión, es porque tú eres promotor irresponsable de la violencia. Esta falacia es la que tratan de posicionar los enemigos de la Primaria y lo hacen desde una posición de derrota, de quienes ya están derrotados.
-¿Qué le dice a quienes piensan que su narrativa tiene mucho de voluntarismo y que se va a estrellar con la realidad y la fuerza que van a imponer quienes hoy tienen el poder?
-Les digo que tenemos una secuencia muy clara, estructurada y realista. Es la siguiente: primero ganar la Primaria con mucha organización ciudadana; segundo, con el liderazgo legitimado, proceder a crear la fuerza y las condiciones para una verdadera negociación con el régimen y la comunidad internacional; tercero, construir la confianza con los actores internacionales para que nos ayuden a presionar por condiciones electorales. Debemos hacerle entender al oficialismo y a los demócratas del mundo que no aceptaremos nada distinto, ni menor, a los estándares básicos de una elección equilibrada. Pero si nosotros no tenemos representantes que generen confianza y puedan decir “esto no y esto sí”, difícilmente vamos a poder tener elecciones limpias en 2024. Hay que tener la disposición y apertura para una transición ordenada, donde, desde luego, tiene que haber garantías para quienes participen en ese proceso de negociación.
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