Como un aporte significativo que podría empezar en el respaldo del equipamiento hospitalario, los especialistas centran sus expectativas en la contribución anunciada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a través de 32 proyectos para el sistema público. Conscientes que no se tienen las especificaciones del apoyo, aspiran la consideración del vacío en la dotación insuficiente de medicamentos, sin contar con aparatos para realizar los diagnósticos y con laboratorios cerrados o limitados a exámenes básicos. Una realidad que corroe con más peso desde 2020 con la pandemia por covid.
Guiomar López | La Prensa de Lara
Es parte de la cotidianidad que encierra al ciudadano común que acude por necesidad a la red asistencial primaria y hospitales, donde la precariedad es recordada por Huniades Urbina, secretario general de la Academia Nacional de Medicina, basado en el registro de la Encuesta Nacional de Hospitales del 70% en déficit de medicamentos en emergencias y entre 65 a 70% en fallas o ausencia de equipos para radiodiagnóstico, tan necesarios para radiología, resonancias magnéticas y demás estudios que terminan referidos a centros privados. Además del recordatorio de la Federación de Colegios de Bioanalistas, al lamentar ese 88,7% de inoperatividad de laboratorios en el país.
«Sin mayores detalles sobre los proyectos, pero vienen con miras al desarrollo sostenible», resaltó de esa intención que pueda contemplar al Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel para ese proceso de seguimiento a las epidemias. Resalta que sería ideal ayudar en el equipamiento hospitalario con instalación de aparatos, los cuales están inoperativos o se han quedado desactualizados. Situación recurrente que implica el gasto extra de traslados en ambulancias desde hospitales hasta clínicas o laboratorios privados, además del costo del estudio.
Mariela Montilva, miembro del Colegio de Médicos de Lara, también confirma la necesidad de insumos en toda la red ambulatoria por ser la más cercana a las comunidades, así como en hospitales tipo I y IV para garantizar la atención integral al paciente. Considera que la garantía de condiciones en los centros foráneos evita esa alta demanda en el Hospital Central Antonio María Pineda, el cual recibe pacientes provenientes de estados vecinos.
El eco de esa necesidad también retumba con Elda Jiménez, presidenta de Colegio de Enfermeras de Lara, quien asegura la necesidad perenne de atención a los pacientes crónicos y hace especial mención a los oncológicos junto a los renales, con casos que terminan muriendo por no cumplir los lapsos de las quimioterapias o radioterapias y a la espera por la reactivación en general del programa de trasplantes.
Recuerda testimonios de pacientes que padecen cáncer y sufren por las fallas en el suministro de fármacos de alto costo en el Seguro Social, así como los sacrificios para lograr cumplir con las sesiones de radioterapias, las cuales superan los $3 mil y se concentran en centros privados, porque los hospitales no cuentan con este equipo. Muchos no pueden esperar al cupo en hospitales de Caracas y les cuesta hasta reunir la mitad de costo en un centro de Maracay, donde pueden conseguir desde $1.400. Pocos tienen la opción de irse a Colombia y poder cumplir sus sesiones gratuitas, a menos de tres meses de la intervención del tumor.
Coinciden en el déficit de insumos médicos quirúrgicos y cómo queda entredicho ese carácter público, cuando la mayoría de los exámenes especializados no pueden ser realizados en hospitales por falta de equipos.
Empezar desde la estructura interna
La lista es larga, cuando Ruy Medina, exdirector del Hospital Central, señala algunas de las deficiencias en este centro asistencial. Empiezan por avalar la inquietud de los pacientes oncológicos por el radiótomo que podría ser reparado y aliviar con la realización de las radioterapias.
También conoce de dos tomógrafos que se podría hacer el intento y verificar si pueden ser recuperados. «¡Hasta se tenían todos los equipos para operar cataratas!», denuncia de este vacío y conociendo que algunas intervenciones en neurocirugía han requerido del alquiler de aparatos para los orificios de trépano y drenar el cerebro.
«Son tantos detalles que pueden ser visibles, como ascensores dañados, sin laboratorio central y hasta el servicio de Agudos cerrado desde hace seis años», rezonga y lamenta de edificaciones paralizadas desde hace 17 años, como el espacio para el resonador, consulta externa y ampliación de cirugía plástica.
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