A oscuras, sin poder cocinar ni lavar y con los teléfonos sin señal han pasado gran parte de los últimos días habitantes de distintos municipios del estado Mérida. Las fallas en los servicios básicos son constantes en esta entidad desde hace al menos tres años, pero se han acentuado durante la cuarentena nacional por COVID-19, período en el que la escasez de gasolina es cada vez mayor.
Por María Fernanda Rodríguez | El Pitazo
«Antes uno decía que cuando no era el chingo, era el sin nariz. Ahora es el chingo, el sin nariz y el sin todo. Desde hace una semana nos cortan la luz mínimos por seis horas continuas, y a veces son dos apagones. Cuando no hay luz, tampoco hay agua en el edificio. Estamos sin gas desde hace tres semanas y, sin electricidad, tampoco tengo internet y se cae la señal del teléfono. Varios días desayunamos y almorzamos pan frío con queso y no tomamos café sino hasta por ahí las tres de la tarde. El carro está sin gasolina desde hace meses porque no vamos a dormir en una cola. Mi hijo está en el exterior y cuando por fin logra comunicarse, ni le cuento las que pasamos, para no angustiarlo», relató a El Pitazo una sexagenaria que habita en el sector La Hechicera de la ciudad de Mérida.
En otros municipios del estado la situación no es mejor. Desde comienzos de octubre han aumentado los apagones y las fluctuaciones de voltaje. La escasez de gas doméstico es severa y la gasolina que llega es menor a la que distribuyen en el municipio capitalino.
«En Tovar el corte de luz es terrible. La quitan ocho horas en el día y luego en la noche de nuevo. La gente sin gas y cocina eléctrica sin luz. Es un desastre porque no se consigue leña. Es pareja la pela que estamos llevando. Los bajones queman los televisores y demás artefactos. Pedimos auxilio», manifestó a El Pitazo Carmen Ascanio.
Autoridades atribuyen fallas a «bloqueo» y sabotajes
A pesar de las denuncias hechas por ciudadanos, medios de comunicación y organizaciones defensoras de derechos humanos sobre la crisis de los servicios básicos en Mérida, las autoridades competentes no ofrecen soluciones sino que ubican las causas de las fallas en factores externos.
El pasado 29 de septiembre Jehyson Guzmán, designado como protector de Mérida por Nicolás Maduro y candidato a las próximas elecciones parlamentarias, dijo que la escasez de gas doméstico en el estado era consecuencia del bloqueo que, según el oficialismo, mantiene el gobierno de los Estados Unidos sobre Venezuela.
“A todos por igual nos afectan las consecuencias que tiene el bloqueo en la distribución nacional de gas, situación que se agrava por la especulación por parte de distribuidores privados que operan en nuestro territorio”, aseguró Guzmán en un encuentro virtual con directivos de la Corporación para la Protección del Pueblo de Mérida (Corpomérida) y de la empresa estadal Nevado Gas.
Días antes, el 25 de septiembre, el candidato a diputado por el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) advirtió en alocución radial sobre «posibles sabotajes contra instalaciones estratégicas de electricidad, agua, salud y telecomunicaciones».
«¿Al candidato de la lista del Psuv no le dará pena buscar voto? Más de 16 horas sin electricidad. Merideños sufren dos cortes de electricidad al día, uno desde la madrugada hasta las 12 p. m. y el otro desde las 6 hasta después de las 12 a. m. Sectores de Mérida sin poder cocina por falta de gas y electricidad. Se está pasando hambre. Si no pudo crear un cronograma eléctrico para Mérida, qué quedará para el merideño» dijo a través de WhatsApp Carlos Briceño, habitante del municipio Campo Elías.
En varios sectores del estado ciudadanos han protestado por la deficiencia de los servicios básicos y la escasez de gasolina. El Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad de Los Andes (ODH-ULA) contabilizó 12 protestas motivadas por dichas fallas entre el lunes 5 y el viernes 9 de octubre, registradas en distintos municipios de Mérida.
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