Yaleidis López (18) no escuchó el llanto de su bebé: murió la madrugada del 15 de mayo mientras paría en el hospital de Maturín. Sufría preeclampsia. Antes de llegar al Manuel Núñez Tovar convulsionó en el ambulatorio de Aguasay, municipio del mismo nombre en Monagas; allí, el médico no la atendió por falta de suministros. Su familia denunció a los medios de comunicación que el deceso ocurrió porque el teniente encargado de la estación de servicio no le permitió llenar el tanque de gasolina a la ambulancia del centro asistencial.
Este 16 de mayo, Luisa Guatarasma, abuela, narró vía telefónica que a su nieta le dieron dolores de parto el 14 de mayo y que el médico ordenó su traslado apenas la vio convulsionar. El doctor les dijo que no podía atenderla y le entregó un informe al chófer de la ambulancia para que lo presentara en la estación de servicio y así le llenaran el tanque, algo que no ocurrió tras horas de diálogo con el efectivo de la Guardia Nacional (GN).
“Al chófer lo tuvieron un buen rato esperando y cuando logró explicar que se trataba de una emergencia, el militar le dijo que no sabía si realmente era así, porque no era médico para determinarlo. Así pasaron tres horas y en ese tiempo, mi nieta se complicó en el ambulatorio sin que los médicos pudiera hacer algo”, contó mujer.
Al ver la situación, un primo de Yaleidis buscó una camioneta particular a la que le colocaron un colchón en la parte de atrás para acostarla. Así hicieron parte del traslado, porque el vehículo se quedó sin gasolina en El Furrial. Allí, los familiares pidieron ayuda y lograron llegar hasta el Hospital Doña Felicia Rondón, desde donde se completó el traslado.
“La ambulancia llegó al hospital de Maturín cuando era de madrugada y dada la emergencia, la llevaron de una vez a la sala de partos. A mi nieta le dio una trombosis en plena labor de parto, la cabeza del bebé quedó asomada y los médicos tuvieron que hacer mucho esfuerzo para que lograra nacer”, detalló Guatarasma, quien mencionó que el bebé está recluido en la unidad de cuidados intensivos neonatales.
La familia de Yaleidis quiere que se investigue el caso y que las autoridades militares del estado tomen cartas en el asunto, pues quieren evitar que algo similar le ocurra a otra madre en Aguasay, que está ubicado a 40 minutos de Maturín. “Hoy nos tocó a nosotros, no sabemos quién puede ser mañana y eso debemos evitarlo”, expresó.
En Aguasay, el pueblo está conmocionado y triste, se suman a la petición de la familia, porque aseguran que esta no es la primera vez que niega combustible para un caso de salud. Luis Guzmán, habitante de ese municipio, dijo que ese mismo día llegaron tres emergencias más al ambulatorio que tampoco fueron trasladadas hasta el hospital de Maturín por falta de combustible.
Uno de esos casos, agregó, es el de un niño que se cayó desde una mata de mango y se fracturó la cadera. Los padres lo llevaron hasta el comando de la Guardia Nacional para que viera que era una emergencia y, presuntamente, el mismo efectivo se negó a despacharles en el momento sino que lo pospuso para el día siguiente. “El traslado se realizó porque los vecinos donaron un litro cada uno y así sus papás pudieron llevarlo hasta Maturín”, indicó Guzmán.
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