Al menos 2153 trabajadores de educación en Carabobo empezaron la semana con una sorpresa, su sueldo ha sido suspendido. Las razones son desconocidas, sin embargo acudieron al Ministerio del Trabajo a protestar por sus derechos.
Los docentes carabobeños no tienen tiempo suficiente para encargarse de una causa cuando aparece otra por la que luchar y este lunes quedó claro cuando el Magisterio acudió hasta la sede del Ministerio del Trabajo, ubicado en el C. C. Caribbean Plaza. En esta oportunidad la razón de su inconformidad es una suspensión de salario sin razón aparente.
Angélica Flores, secretaria de reclamos y reivindicación del Sindicato Unitario del Magisterio en Carabobo, especificó que a partir del 10 de junio se aplicó esta suspensión y, aproximadamente, serían 2153 trabajadores de la educación, en la que no solo hay profesores, sino personal administrativo y obrero. De esa cantidad unos 1500 se encuentran en una condición de salud vulnerable. «Estamos a la espera de la junta médica desde 2018».
El llamado que le hacen junto con el movimiento de mujeres es que se respete el debido proceso y que, además, tomen en cuenta que la mayoría de los afectados son mujeres, por lo que invitan a la activación de un lado y la revisión de todos los casos, puesto que se estaría violando la clausula 88 de la contratación colectiva.
Flores ya no sabe cuántas veces han acudido a las instituciones pertinentes para introducir quejas, sin embargo, las reivindicaciones no llegan. No obstante, sigue en la lucha porque insiste que los maestros son profesionales indispensables para la sociedad y merecen respeto y dignidad.
Hasta los momentos la jefa de la Zona Educativa Carabobo sigue sin recibir a los sindicalistas. «Qué me explique qué ocurre y que escuche todas las quejas que tenemos».
Todo el estado se ha visto afectado y de cada institución educativa hay al menos entre 5 % y 10 % de afectados con la decisión.
Trabajadores sin nada
Denis Soto, presidenta del Tribunal Disciplinario del mismo sindicato, estuvo presente también en la protesta y sostenía en sus brazos el compendio de denuncias. Explica que la idea del Ministerio de suspender los sueldos es una gota más al ya rebosado vaso que representa la crisis nacional. Recordó que entre las afectadas hay madres de familia, mujeres con hijos recién nacidos, embarazadas y otras con hasta siete muchachos.
Son ellas las que sustentan su hogar y la crisis sigue aumentando y se quedan sin poder ayudar a su familia. Pero a alguien se le ocurrió la idea de suspenderles el salario».
De esa cantidad de afectados hay al menos 400 estadales. Cabe destacar que un docente básico gana de 300 bolívares mensuales y eso no le alcanza para cubrir la cesta básica. «Si compras comida no te alcanza para las medicinas o la vestimenta».
Pero la realidad es que sin salario, tampoco podrán alimentarse, lo cual dejaría a Soto sin la posibilidad de hacer magia, puesto que es así como ella califica su capacidad resolutiva. «Tengo que ir a otros estados a comprar mercancía. Ir, vender y revender moverme por todo el país para resolver y no solvento todas las necesidades. Esta es mi vida, imagina la de los otros trabajadores».
Soto tiene un hijo y es universitario. Aunque cursa estudios en una universidad pública, la carrera exige un gasto que varía según los requerimientos. «Hay veces que se hace muy difícil, pero luego veo a mis compañeras que tienen hasta siete muchachos y dices: no es justo».
Soto espera ser atendida, porque la persona encargada, aún no ha dado la cara y son pasadas las 10:00 a. m. «Esta es mi primera vez aquí, pero en la Zona Educativa no te atienden y si lo hacen te tratan mal, ya esta espera bajo este sol es un maltrato. Sácalo por ahí».
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