Los cortes de la energía eléctrica dejan con las manos cruzadas al sector panadero en el estado Táchira, pues es mucha materia prima que se pierde a causa de los constantes apagones y fluctuaciones.
Fabiola Barrera | La Prensa Táchira
A diario ven cómo parte de lo amasado del día debe ser descartado, pues dados los reiterados apagones y a pesar de contar con planta en algunos casos, la refrigeración no aguanta las largas horas sin energía. Representando esto una pérdida en lo que a producción se refiere.
Para Freddy López, propietario de una panadería en el 23 de enero, desde hace unos dos meses, optó por producir poco pan y no dejar producto amasado, pues en varias oportunidades se ha visto en el penoso deber de desechar masa cruda, ya que al otro día, el fermento se ha pasado y no sirve para hornear.
«No es solo la masa. Todo se daña si no hay electricidad. La charcutería que antes se vendía, dejé de ofrecerla porque no dura y eso representa una pérdida que no se recupera. Un pan que usted deseche o una masa, es algo que no recupera».
Explica que además de la electricidad, la proliferación de ventas de pan también golpea la economía de su negocio. Asegura que si bien tiene una planta, la misma solo sirve para el punto de venta que trabaja con electricidad. Comenta que apenas se va a la luz, las neveras no se abren, para conservar el frío, pero lamentablemente no aguantan tantas horas seguidas sin el servicio, por lo que se les dañaban las masas que quedaban para hornear a primera hora.
La pastelería, lo más delicado
Yoleida Hernández, propietaria de una panadería en la zona de Puente Real, indicó que los cortes de luz dañan todo, en especial los productos lácteos. Desde que la crisis eléctrica se agudizó, explica que solo adquiere leche de larga duración para llenar sus vitrinas, pues aquellas pasteurizadas tradicionales «no aguantan la pela» con los cortes de luz.
«Aquí se me han dañado litros de leche, yogurt, natillas, porque se va la luz y las neveras pierden el frío. Por más que uno no las quiera abrir, no hay manera de que conserven el frío».
Destaca que lo más delicado es la pastelería y todo aquello que contenga crema pastelera. Normalmente una bomba podía durar entre tres y cuatro días en la nevera. Sin embargo ahora si se va la electricidad, lo más probable es que se dañe, pues esa crema es muy delicada y al más mínimo cambio de temperatura, empieza a agriarse.
Las harinas
Indicó Hernández que todas las semanas buscan quien tenga la harina con mejor precio, pues a medida que este y otros ingredientes aumenta, incide directamente sobre el precio del producto final.
Otra dificultad que advierten es la gran cantidad de vendedores ambulantes en las adyacencias de las panaderías. «A eso de las cuatro y media o cinco de la tarde llega un muchacho con sacos de pan. El que yo vendo a dos mil pesos, él lo vende a 1500. La gente lo espera para comprarle a él. Incluso se para en la puerta del negocio y grita que él tiene el pan más barato. No sé de dónde lo saca que lo puede vender más barato, pero él no paga personal, servicios y demás cosas y será por eso que lo vende a ese precio».
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