Venezuela no se arregló. Punto. La conclusión de una conversación con uno de los más prestigiosos economistas venezolanos es lapidaria para quienes piensan que los carros de lujo en Las Mercedes y los bodegones repletos de Nutella son una señal de que todo va bien. Tras siete años de recesión y cuatro de hiperinflación Venezuela ya no es la misma, ni lo volverá a ser.
Ariana Briceño Rojas | El Estímulo
La desigualdad latinoamericana de la que Venezuela parecía haberse escapado llegó y no tiene intenciones de irse para ningún lado. De hecho está tan cómoda que sale a pasear y se toma un café en el bodegón de la esquina. “En este momento los ricos son más ricos y los pobres son más pobres”, sentencia José Manuel Puente, un economista que desde Venezuela ha visto como el país se ha fracturado y cómo se han cometido los peores errores económicos de toda la historia.
¿Culpables? Varios. El principal: Hugo Chávez Frías. “No importa lo que un porcentaje de la población piense sobre el líder supremo. Él es el padre de la criatura. Es el padre de la gran catástrofe económica, social, humanitaria y de flujo de migración que vive Venezuela”, asegura el profesor del IESA.
Puente habla con números en la mano, con cifras de la Cepal, del BCV, de Encovi, del Banco Mundial. Sin embargo confiesa que hay cosas que van más allá de las cifras. Ver a personas comiendo en Sabana Grande de la basura mientras otras buscan la cerveza importada en la otra esquina retrata un país en el que él no creció. El país que recuerda es ese en el que él, el hijo de un señor trabajador que tan solo curso sexto grado, pudo estudiar, graduarse, ir a un hospital público, recibir una beca y hacer un doctorado en economía en una de las universidades más prestigiosas del mundo.
Entonces, ¿todo es una ilusión? Para José Manuel Puente puede ser una muy peligrosa, porque la pequeña recuperación que se puede percibir no está sustentada en producción, mejor manejo de las políticas económicas e incentivo al crecimiento.
En Venezuela parece que las cosas están mejorando, al menos es lo que muchos debaten en la calle. La hiperinflación terminó, el precio del dólar se mantiene, hay bodegones. La gente cree que esto es bueno y es señal de que la crisis terminó. ¿Es así?
La historia es un poco compleja y es bueno comenzar dando el contexto. ¿Cómo el gobierno logró atajar el problema de la hiperinflación? Básicamente desarrolló tres líneas de política económica para poder controlarla. La primera fue el anclaje cambiario. Ha estado liquidando un gran volumen de dólares para que el precio del dólar se mantenga bajo y es por eso que en 2021 no vimos prácticamente devaluación y este se mantuvo alrededor de 4,7 bolívares por dólar. La segunda línea económica es que redujo el ritmo de ejecución presupuestaria y al reducir el gasto eso impactó sobre la liquidez monetaria. Y la tercera línea de acción fue el incremento importante del encaje legal sobre la banca para reducir los fondos que la banca puede inyectar a la economía.
Esas tres opciones de política económica lograron disminuir la presión sobre los precios y disminuir la hiperinflación, pero ahora tienes varios problemas y es que tienen un tipo de cambio fuertemente apreciable. ¿Qué quiere decir eso? Bueno, que cada vez que necesitas mas dólares para comprar la misma canasta de productos que comprabas antes y eso tiene que ver con lo que la gente llama erróneamente inflación en dólares y la inflación en dólares no existe, lo que existe es un proceso de apreciación del bolívar.
– ¿Y estas políticas pueden mantenerse para que el precio del dólar siga igual?
En mi opinión y la de muchos economistas, esa opción de anclar el tipo de cambio y no ajustar con base a la realidad y persiguiendo el tipo de equilibrio tarde o temprano va a llevar a la economía venezolana a dar un gran ajuste cambiario con un gran sobresalto en inflación y con efectos recesivos. Esto puede ser una ilusión de armonía que no es sostenible en el tiempo, porque el tipo de cambio de equilibrio de esta economía no es 4,7 ni 4,8 bolívares por dólar, es mucho mas que eso.
– ¿De cuánto estaríamos hablando? ¿Cuál debería ser realmente el precio del dólar?
Eso es un debate teórico complejo porque hay mecanismos para calcular el nivel de apreciación. El último cálculo que yo hice es que el tipo de cambio de equilibrio podría estar entre 8 y 10 bolívares por dólar. Por supuesto, es un factor dinámico que se va ampliando dependiendo de cómo sigue el ritmo de inflación venezolana. Dentro de 3 meses será otro.
– ¿Si una de las medidas para mantener el precio del dólar bajo es inyectar divisas a la economía, entonces eso quiere decir que el dinero que inyecta el Gobierno se pierde?
Sí. Así es. Ese dinero viene de las reservas internacionales y es por eso que esta política ha sido tan costosa. Tenemos muchas dudas sobre la sostenibilidad de la política porque requiere de un gran volumen de dólares que vienen de las reservas internaciones y Venezuela tienen en este momento de reservas internacionales 5.800 millones de dólares. Son las reservas más bajas en 30 años.
La pregunta es cuánto tiempo va a poder el gobierno con los ingresos actuales petroleros seguir liquidando en volúmenes importantes para mantener el tipo de cambio bajo. Creemos que esa estrategia no puede ser sostenible porque depende de la disponibilidad de dólares del gobierno que cada vez son menores.
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