Yelimar Moreno creció entre hilos y agujas. Desde muy pequeña esta joven venezolana se interesó por el arte del bordado gracias a su madre, quien se desempeñaba como costurera. Lo que jamás pensó en aquel entonces, según comenta, era que ese pasatiempo que aprendió en su infancia la llevaría a participar en uno de los programas televisivos más vistos en España.
Por Fabiana Rondón – VOA
“Creo que el amor y las ganas con las que mi mamá cose han despertado en mí esa pasión por la costura. He tenido el privilegio de tener una maestra de costura en casa. Coser es lo que realmente quiero hacer”, afirma en entrevista a la Voz de América.
Moreno es una de las aprendices en Maestros de la Costura, un espacio donde un grupo de 12 concursantes compite por ser el mejor costurero. Su resiliencia, optimismo y ganas de salir adelante la han hecho destacar con la aguja y el dedal.
Un sueño hecho realidad
Mientras aún vivía en Venezuela, Yelimar no se perdía ningún programa de Maestros de la Costura. “Me imaginaba poder estar algún día allí, así que cuando vi que abrieron el casting para la cuarta temporada no dudé en apuntarme. Después de 14.000 inscritos recibí un email donde pasaba a la fase presencial, la cual hice en Barcelona, así que asistí con toda la ilusión y quedé”, recuerda.
Para la joven venezolana participar en ese espacio televisivo es un sueño hecho realidad. Y aunque confiesa que es una mujer soñadora, reconoce que sabía que era muy difícil poder clasificar en un casting en el que participaron cerca de 14.000 personas. Más aún cuando no contaba con experiencia o estudios en el área de la moda y costura. Pero su perseverancia y la técnicas que aprendió de su madre la hicieron destacar.
De toda el recorrido que ha tenido en Maestros de la Costura, Moreno cuenta que lo que más le emociona es dejar el nombre de Venezuela en alto. “Es una gran responsabilidad y a la vez un honor enorme para mí que vean mi participación como una representación venezolana. Saber que puedo juntar un rato a los venezolanos que ven el programa y que me escriban tantas cosas positivas me hacen sentir muy agradecida”, expresa.
Un accidente que cambió sus planes
Cuando Yelimar se define como una mujer resiliente y luchadora tiene razones de sobra para hacerlo. Uno de los principales es que luego de sufrir un accidente automovilístico y perder una de sus piernas, jamás se detuvo, todo lo contrario. Decidió emigrar y luego probar suerte en el programa español del que era fanática desde hace muchos años.
Fue en noviembre de 2014 cuando ella y su esposo iban a Caracas, de regreso de una reunión familiar. La joven cuenta que al pasar por una autopista en el interior del país lanzaron un objeto a la vía que ocasionó que las llantas del vehículo explotaran
“Perdimos el control completamente. Es una práctica común de la delincuencia con la finalidad de despojarnos de nuestras pertenencias. Lamentablemente colisionamos de frente con una columna de un tren que se encuentra en construcción y sufrimos aparte de las amputaciones traumáticas, muchas lesiones y fracturas que requirieron de cirugía, meses de reposo absoluto y muchas horas de rehabilitación”, recuerda.
Para Yulimar lo más difícil de su recuperación ha sido caminar de nuevo y cambiar su estilo de vida, adaptarse ante las circunstancias que ahora debe enfrentar. “Hacer cosas tan sencillas como subir escaleras, bajar por superficies inclinadas, por ejemplo, me costó muchísimo hacerlo sin ayuda de muletas o sin apoyarme de alguien”, dice Moreno, quien asegura que su mayor apoyo en el proceso ha sido su hijo y su esposo.
Luego de aquel episodio, la joven siguió en Venezuela, pero la falta de atención especial para que una persona con discapacidad haga una vida normal en el país, la llevó a tomar la decisión de emigrar a España.
“Venezuela, para mí, era como ese lugar del que no te quieres ir pero en el que sabes que no puedes estar. Tomar la decisión de emigrar la verdad no fue algo fácil, sobre todo, cuando te detienes a pensar en que allí dejas todo, familia, amigos, el lugar donde creciste y donde fuiste tan feliz. Y aún más cuando tienes la certeza de que no sabes cuándo volverás. Pero la vida misma se trata de eso, de tomar decisiones y ahora mismo vivir en Venezuela es muy difícil en líneas generales”, manifiesta Moreno.
La decisión de salir de su país natal le ha traído grandes oportunidades a la joven, ahora sueña con estudiar diseño de moda y luego crear su propia marca de ropa para trabajar en lo que realmente le apasiona.
A Venezuela le gustaría regresar de visita, aunque por ahora no cree que las condiciones estén dadas. “En un futuro no muy lejano sí me gustaría poder ir. La familia y los amigos se extrañan mucho y además quiero que mi hijo pueda conocer a toda nuestra familia y el país donde nacieron y crecieron sus padres”, concluye.
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