La comunidad indígena de Cambalache, en Puerto Ordaz, estado Bolívar denunció el abandono y la precariedad en la que los ha sumido el Estado venezolano, secuestrado por el régimen de Nicolás Maduro.
“Hemos perdido el significado para ellos. Antes nos respetaban como comunidad, nos apoyaban. Ahora nos disparan, nos olvidan”, denunció Annie Yuleta Alcázar, habitante de la comunidad.
A medida que pasan los años, sus necesidades de vida continúan empeorando. Aún se mantiene la precariedad en los servicios básicos, la falta de alimentos y de oportunidades de trabajo, así como la falta de atención médica.
La violencia también forma parte de su día a día. El pasado 03 de febrero funcionarios de la Estación Principal de Guardacostas “AF. Fernando Díaz” (EPGOR), abrieron fuego contra habitantes de la comunidad cuando evitaban el robo de unas embarcaciones con chatarra.
El tiroteo dejó cuatro personas heridas incluido un menor de edad y dos desaparecidos que aún no han encontrado.
“Cuando llegaron los guardias, toda la comunidad bajó pero ya habían heridos. Los guardias se regresaron y comenzaron a lanzar tiros contra nosotros”, denunció Alcázar.
Por la constante violencia e inseguridad de las que son víctimas, se sienten inseguros, sobretodo de regresar al río a pescar, su principal actividad para sustentarse económicamente y sobrellevar el hambre.
La situación les ha aumentado la vulnerabilidad, aseguran sentirse acosados y amenazados por funcionarios de la dictadura de Nicolás Maduro, quienes de manera ilegal realizan rondas por la zona donde habitan.
“Pasamos a veces hasta tres días sin comer. Lo que se tiene a veces termina siendo para los menores de edad que viven con nosotras”, afirmó.
Por otro lado, denunciaron no contar con el servicio de gas desde hace unos meses y aunque recientemente pagaron la caja CLAP ya van para un mes esperando que se las entreguen.
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