La muerte de Jesús Santrich, líder de una disidencia de las FARC en territorio nacional, que confirma la presencia de grupos terroristas en Venezuela, así como los delitos de lesa humanidad por los que es señalado Nicolás Maduro en la Corte Penal Internacional (CPI); la corrupción y la pérdida de la democracia, son motivos suficientes para que en el país se apliquen herramientas de fuerza internacional. Pero según Juan Guaidó, presidente encargado de Venezuela, el momento de implementar mecanismos como el de Responsabilidad de Proteger (R2P) o el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), no depende exclusivamente de la oposición democrática, sino de la comunidad internacional.
Por Ana Uzcátegui | LA PRENAS DE LARA
El líder político se juega una nueva carta para lograr la transición política, a través de un “Acuerdo de Salvación Nacional”, busca la mediación de los países que lo reconocen para lograr elecciones libres, que incluyan presidenciales. “Más que un acuerdo con el régimen, es un acuerdo con los venezolanos. En el país ha habido ejemplos de transición como en 1958, y para lograrlo necesitamos presión internacional, reunificar a los factores internos en la plataforma unitaria, la Asamblea Nacional, la movilización y el reclamo social”, expresó.
¿Por qué le conviene a Venezuela un acuerdo de salvación nacional?
Porque vivimos una catástrofe, por eso el reto es hacer factible un acuerdo, y diferenciamos acuerdo de la palabra negociación, porque negociaciones ha habido en Venezuela en los últimos años, pero también protestas, elecciones, incluso revocatorio. Lo que necesitamos, y ha sido esquivo, es una solución. Lo que ha sido constante es la soberbia de un régimen que nos ha arrastrado a esta emergencia. Por eso es importante combinar lo que hemos construido: el ejercicio de la mayoría, la presencia en las calles, el apoyo de la comunidad internacional, la garantía a todos los sectores para que den un paso, y la atención humanitaria inmediata para nuestra gente.
¿A quiénes se ha acercado para lograr que inicien las negociaciones?
Hemos avanzado en todos estos factores conversando con nuestros aliados, con los actores de la comunidad internacional, Luis Almagro, por ejemplo, comunicaba su respaldo. Brian Nichols, subsecretario de Estado en los Estados Unidos, manifestó que no se puede aliviar la presión hasta lograr avances significativos. Hay consciencia importante de todo esto y a través de eso hemos hecho las gestiones con los aliados internacionales y con todos los factores de Venezuela.
¿Cómo ha evaluado Estados Unidos la propuesta de levantar progresivamente las sanciones al Gobierno de Maduro si cumple el acuerdo?
Muy positivo. Creo que es la claridad de que solamente un acuerdo integral va a generar garantías a todos los sectores.
¿Cómo se impulsa una negociación directa con Nicolás Maduro, si la oposición ya no cuenta con dos armas para presionar: protestas masivas de calle, ni unidad sólida?
El acuerdo es con los venezolanos. La interlocución es importante, hay un proceso de acuerdo, de transición en Venezuela, que fue famoso en 1958, y fue un acuerdo que generó garantías a todos los sectores, una transición, una elección libre. Ojalá que desde el régimen se facilite esto, se aceleren los tiempos, y que Maduro se siente y empujemos rumbo a los acuerdos. No solamente son movilizaciones masivas sino constantes en Venezuela. Es la plataforma unitaria, es la interlocución de la comunidad internacional, pero también el juicio en la CPI, las denuncias por terrorismo y narcotráfico, las recompensas.
Hay una oposición dividida, ¿Cómo pretender llegar a un acuerdo con el gobierno, si dentro no hay concertación?
La unidad ha sido clara, más allá de lo que representó en su momento la mesita o los alacranes, todos los partidos de alternativa democrática están cohesionados en torno al Acuerdo de Salvación Nacional y lograr elecciones libres para una solución. Diferencias van a haber siempre, están los espacios para responderlas, para atenderlas, pero ese no es el factor por el cual Nicolás Maduro está ahí. Maduro está ahí porque es un dictador y violador de Derechos Humanos que ha bloqueado la ruta electoral siempre.
¿Usted reconoce a Henrique Capriles, Stalin González, Henri Falcón o Américo De Grazia como oposición?
Yo creo que cada caso es distinto. Mal pudiéramos decir que todos son una cosa u otra. De lo que yo estoy seguro es que hay que fortalecer las instituciones en Venezuela, porque la destrucción de la democracia vino con el deterioro de las instituciones.
Capriles lo ha desafiado, lidera una mesa de diálogo con Maduro con intervención de Noruega, ¿Por qué confía en Noruega para dialogar?
No hay un sector de la oposición u otra, esa narrativa refuerza lo que hace el régimen, busca dividir a través de los alacranes. De cara a lograr un acuerdo hemos hablado con varios países, entre ellos Noruega, explorando la posibilidad de que sean mediadores. Eso lo hicimos en 2019, son actores claves para poder llegar a un acuerdo, no solamente a una negociación. Una negociación es insuficiente en Venezuela en este momento.
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