Hasta Nicolás Maduro mandó a indagar quién está detrás de la tala de árboles en la ciudad. Ordenó sembrar y reforestar. Especialistas califican la actividad como «opaca» con muchas desventajas e interrogantes.
Luna Perdeno | Zulvyn Díaz | Tal Cual
La tala de numerosos árboles en distintas zonas de la ciudad, así como las podas severas y el reemplazo de algunos de estos ejemplares por palmas datileras, encendieron las alarmas de transeúntes y activistas, quienes denuncian que las autoridades no solo lo han ignorado sino que lo están promoviendo y exigen el cese de la deforestación que atenta contra el ecosistema de una ciudad conocida por el clima y su verdor.
El verde follaje que caracteriza a la ciudad de Caracas ha perdido intensidad ante el vacío que dejaron muchos árboles que fueron arrancados o mutilados, tras una ola de tala indiscriminada y podas severas ocurridas desde hace tiempo y maximizada en los últimos meses.
Las justificaciones van desde el presunto riesgo que algunos ejemplares representan para personas e infraestructuras hasta el vandalismo y la inconsciencia ciudadana, lo que da como resultado una ciudad ecológicamente agredida y desamparada.
Hasta la fecha es impreciso saber cuántos árboles han sido aniquilados en Caracas y cuáles han sido las especies afectadas, pero la cantidad sigue en aumento día tras día. Las interrogantes frente a esta actividad también rondan en el ambiente, pero parece que nadie tiene las respuestas concretas: ¿Quién está detrás de la tala de árboles en Caracas? ¿Por qué hasta Nicolás Maduro pregunta sobre la tala de grandes árboles? ¿Por qué el Ministerio de Ecosocialismo tampoco tiene mayores detalles de estas talas y podas que están a la vista de todos?
Buscando que alguien responda a estas preguntas que agobian a los habitantes de la ciudad, TalCual fue al Ministerio de Ecosocialismo —anteriormente Ministerio del Ambiente— para conocer los detalles de estas obras que abarcan Caracas de extremo a extremo.
Un funcionario de este ente informó que ellos no son los responsables de esta actividad, principalmente porque no cuentan con los equipos. Agregó que bajo la responsabilidad de este ministerio están las podas y talas de árboles que representen un peligro para una infraestructura, para las personas, o plantas que estén dentro de terrenos donde se vaya a desarrollar un proyecto de gran envergadura.
Sin embargo, este funcionario —que prefirió resguardar su identidad— mostró la copia de un documento (al que no se le pudo tomar una fotografía), donde se detalla que la tala de árboles y la siembra de palmas datileras en Caracas forma parte de un plan que lleva por nombre: «Proyecto de rehabilitación y embellecimiento urbano de la autopista Gran Cacique Guaicaipuro».
En el mes de mayo de este año, cuando Carmen Meléndez —recién electa el domingo alcaldesa del municipio Libertador— era vicepresidenta para Seguridad Ciudadana, comenzaron a realizar obras de jardinería, murales y otros trabajos en las 22 parroquias de la capital. A cargo de estas restauraciones estaban Pedro Solís, presidente de la filial Pdvsa Desarrollos Urbanos S.A, y la arquitecta Verónica Rojas, quien aparece como líder del proyecto de la autopista Francisco Fajardo, ahora renombrada Gran Cacique Guaicaipuro.
TalCual acudió a la oficina de Desarrollos Urbanos de Pdvsa tras haber concretado una cita con la arquitecta Rojas, pero no se pudo conversar con ella porque dijo no poder declarar si no estaba el equipo de trabajo completo, incluyendo a Solís. Se procedió a solicitar una entrevista con el equipo vía correo electrónico —como se indicó—, pero hasta la fecha de publicación no hubo respuesta.
El pasado 10 de noviembre, el mandatario Nicolás Maduro dijo —en cadena nacional— que se había enterado de que «estaban talando grandes árboles en Caracas»; por lo que le pidió a Nahum Fernández, jefe del gobierno de Caracas, «meterle el ojo a eso» e informarle.
Uno de los municipios donde más se ha denunciado la tala y la poda desmedida es Chacao, pero también se intentó establecer comunicación con esta Alcaldía y tampoco hubo respuesta.
Opacidad y desconocimiento
A un costado de la autopista Francisco Fajardo, a la altura de Bello Monte, tres árboles frutales perfectamente sanos, verdes y cargados (dos mamones y un mango) fueron arrancados de tajo por una máquina. En su lugar está siendo plantado un lote de palmas datileras, igual que en otros tramos de esta vía.
«Más de 50 años tenía ese árbol ahí, era un mamón macho, pero daba sombra, no estorbaba y no estaba enfermo», expresa Hebert Uzcátegui, empleado de un comercio aledaño. Otro trabajador de la zona dijo que nadie les consultó y destacó que «no arrancaron más árboles porque la junta comunal salió a la calle y se opuso, si no hubieran dejado esto sin nada».
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