Está de moda hablar de emprendimiento. Ante la precariedad del empleo en Venezuela, parece que echarse a andar con un negocio propio puede ser una buena opción. Un requerimiento primordial es incluir en la planificación la definición de una marca comercial.
Pero no es tan fácil como parece. Según los entendidos, un emprendedor puede tener muchos fracasos antes de ganar y, en el mejor de los casos, un emprendimiento que tenga éxito de entrada tarda al menos un par de años en dar ganancias.
Asimismo, hay una cantidad de trámites legales de los cuales hay que hacerse cargo. Entre ellos, el registro de la marca. ¿Cómo es en Venezuela registrar una marca? ¿Cuánto cuesta? ¿Es algo sencillo o muy engorroso?
Un proceso sencillo
Faustino Flamarique es abogado, socio de Lega Abogados, y está especializado en asuntos regulatorios y de propiedad industrial, informa sobre los detalles fundamentales del proceso de registrar una marca comercial.
– ¿Qué tan expedito es registrar una marca en Venezuela?
– El proceso de registro es sencillo. Lo primero es decidir si se quiere registrar una marca denominativa -es decir, solo un nombre, la expresión gramatical-, si se quiere registrar una marca gráfica -figurativa, un logo por ejemplo-, o una marca mixta, que combine la denominación y la parte gráfica.
«Lo segundo es saber qué productos o servicios se quieren identificar con la marca, pues ello llevará a la clase en que se vaya a registrar la denominación. Hay un clasificador internacional, conocido como el clasificador de Niza, donde se identifican las distintas clases en las que se puede registrar una marca», indica.
Al respecto añade: “Por ejemplo, si se quiere registrar una marca de zapatos se deberá indicar la clase correspondiente ha calzado, si se quiere registrar un alimento, la clase para ese tipo de alimentos, si es un servicio, la clase para ese servicio”, expone el experto.
Flamarique relata que eso significa que pueden existir dos marcas registradas iguales pero que protegen productos distintos. “Por eso, si alguien quiere registrar una marca para varios productos, es posible que tenga que registrarlo en varias clases”, apunta el jurista.
La marca comercial –avanza el abogado- lo que ayuda es a darle distintividad al producto o servicio específico y que nadie pueda usarla para un producto similar.
Luego, dice, debe saberse quién será el dueño de la marca: si una persona natural o una compañía. “Decidido lo anterior, hay que presentarle a la oficina de marcas la solicitud y pagar las tasas de la solicitud”, informa Flamarique.
Marcas: Registro en Venezuela
Pero ¿Cómo es el proceso en Venezuela? Puede demorarse alrededor de 8 meses. La oficina de marcas en Venezuela se llama el Servicio Autónomo de la Propiedad Industrial (SAPI), y “funciona muy bien y tienen servicio adecuado de atención al público”.
– ¿Cuánto cuesta registrar una marca en Venezuela?
– Lamentablemente, los costos en tasas son elevados. Registrar una marca puede costar en tasas alrededor de 450 dólares equivalentes en Venezuela, hasta tener la marca registrada.
En Colombia, el proceso de registro, por ejemplo, cuesta el equivalente a 222 dólares, mientras en Chile, para sumar otro ejemplo, el trámite supone un gasto de 236 dólares.
En otro orden de ideas, Flamarique se refiere a los emprendedores. “La marca identifica los proyectos, productos, servicios de quienes tienen una idea industrial, empresarial, de servicios”, por ello reviste una importancia fundamental en el proceso de formalización de los negocios, aparte de ser una herramienta indispensable de marketing.
La marca, marca la diferencia suelen decir los expertos, al indicar que vender un genérico es mucho más complejo que hacerlo con un producto distintivamente empaquetado y con una denominación propia, exclusiva y atractiva.
La marca comercial como foco
“La marca comercial sirve incluso para darle foco a lo que el emprendedor quiere desarrollar y es conveniente decidirla y averiguar desde el principio si la marca está disponible o la tiene ya registrada otra persona”, va al detalle.
Esto se averigua fácilmente –informa el socio de Lega Abogados- a través de la página del SAPI, donde existe un buscador que informa si la marca está registrada. “Cuando se haga esa búsqueda debe tenerse en cuenta la clase que aplicaría para su producto o servicio”.
Se puede consultar en el SAPI o también puede ser conveniente contar con la ayuda de un abogado especialista en marcas, que asesore desde el principio. Sobre todo –expone el analista- porque debe cuidarse también que la marca comercial “no se parezca” a otra tanto que pueda generar confusión.
“De hecho, el SAPI puede negar el registro de una marca porque exista otra igual registrada en la misma clase o porque exista otra que sea muy parecida. El criterio para medir (esta similitud) es que no genere confusión en el mercado”, ratifica el socio de Lega Abogados, Faustino Flamarique.
Muchos abogados –indica el entrevistado- tienen tarifas especiales para emprendedores, porque saben que el inicio del emprendimiento requiere inversión intensa y por ello son solidarios ante esos esfuerzos iniciales.
Moverse con rapidez
“Si la marca está disponible, es importante solicitar su registro desde el principio, porque puede ocurrir que luego de haberla usado durante un tiempo para identificar su producto o servicio, tenga que cambiarla”, cuenta sobre la rapidez que hace falta para competir en un mercado con muchos actores en la misma vía.
Hay que tener en cuenta que el titular o dueño de una marca tiene el derecho a impedir que otro la siga usando. Igual, si el parecido es muy alto y puede generar confusión, también puede demandar que no se use esa marca parecida.
“El emprendedor, sobre todo si su esfuerzo es de naturaleza comercial, debe considerar que la marca es parte vital de su proyecto. Debe dedicarle atención desde un inicio, solicitar su registro, para evitar que en el futuro los esfuerzos que haya realizado no corran el riesgo de que se esté usando una marca registrada por otro”, redondea.
Marcas personales
Luego, está el caso de las marcas personales.
“Es un tema en boga, que agarró auge luego de la pandemia. Con el uso de las redes sociales se encontró la identidad entre el nombre de las personas y lo que hacían, fuese un producto o servicio”, comenta Flamarique en torno a la vorágine 2.0.
“El mercado empezó a identificar con mayor fuerza que tales alimentos eran los de determinada persona, los servicios que prestaban eran los de determinada persona y la parte comercial se unió al nombre de esa persona, incluso el nombre de las cuentas” en redes sociales.
Es decir, el nombre de la persona es la marca con la que el resto de la población conoce lo que hace el propietario de la marca personal.
El nombre empieza a tener valor comercial –roza los linderos del dinero- en la medida que los productos o servicios que se le asocian son conocidos.
Y agrega: “La persona evoluciona con su propio nombre a una actividad comercial de una manera tal que genera influencia e impacto”.
Flamarique precisa que la marca personal se registra como el resto de las marcas. “Puede ser el nombre solo o puede incorporársele un logo. Si la marca lleva el nombre de la persona se conoce como marca personal”, concluye el portavoz.
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