Luego de sufrir el primer azote por el coronavirus, China aplicó una estrategia de defensa en el frente sanitario y de ataque en el campo comercial a escala planetaria, distribuyendo defectuosas pruebas rápidas chinas para el covid-19.
Mientras el virus se regaba galopante, una flota de 164 laboratorios privados chinos desembarcó en varios continentes con pruebas rápidas para detectar anticuerpos del Covid-19, muchas de ellas, imprecisas.
Latinoamérica no fue la excepción: 80 compañías distribuyeron defectuosas pruebas rápidas chinas a gobiernos, empresas y proveedores privados.
Una de las naves nodrizas de la avanzada china es Guangzhou Wondfo Biotech, que comercializa sus pruebas en 70 naciones, según reportes oficiales obtenidos por el portal Vistazo.
La compañía informó, en un comunicado difundido en su sitio web, que ha recibido certificados de la Unión Europea, la FDA de EE.UU. y MDALL, de Canadá. Y es uno de los cinco laboratorios que tiene registro de la Administración Nacional de Productos Médicos de China (NMPA).
La NMPA aprobó dos kits de prueba COVID-19 de esta marca: el primero, el 22 de febrero de 2020, para analizar anticuerpos y otro, el 3 de noviembre, para detectar antígenos.
Pese a contar con esas autorizaciones, los productos de Wondfo son cuestionados por su imprecisión.
¿A qué se debió la vertiginosa y masiva venta de pruebas chinas en varios continentes? Al originarse el virus en China, en diciembre de 2019, los laboratorios y compañías de ese país fueron los primeros en desarrollar pruebas rápidas y otros insumos en grandes cantidades. Los chinos sacaron gran ventaja del conocimiento adquirido, que también les sirvió para desarrollar y probar vacunas, que ya se están comercializando en el planeta.
Latinoamérica como un basurero chino
Ante la imposibilidad de acceder a tests PCR diagnósticos, que analizan en laboratorios a nivel molecular el virus, la mayoría de países latinoamericanos optó por adquirir los métodos rápidos que detectan anticuerpos.
Así, los laboratorios chinos encontraron en América Latina un mercado amigable, receptivo y poco exigente.
En esta región los laboratorios chinos, con Wondfo a la cabeza, obtuvieron registros y vendieron o donaron pruebas rápidas en Brasil. Pero también lo hicieron en Ecuador, Perú, Colombia, Venezuela y Cuba.
Algunos lugares usaron estos productos como si fueran de diagnóstico. En Perú y Ecuador su venta no tuvo restricciones, sobre todo en el sector privado que todavía los comercializa libremente. Países como Brasil y Colombia, tuvieron una distribución regulada por las autoridades, que aplicaron protocolos y normativas sistemáticas, estableciendo su empleo con fines epidemiológicos, complementarios a las pruebas moleculares, de tipo PCR.
En Ecuador, ante la falta de una directriz clara y campañas de información, las pruebas rápidas se venden libremente, tanto en locales comerciales como por Internet. Hasta inicios de 2021 entidades públicas y empleadores del sector privado exigían a sus colaboradores realizarse tests rápidos como requisito para reincorporarse a la jornada presencial, generando una falsa sensación de seguridad.
En Brasil, la empresa minera Vale adquirió 5 millones de kits a Wondfo. El Gobierno brasileño recibió esa cantidad como donación y las usó para estudios epidemiológicos en poblaciones específicas. Venezuela también recibió dos millones de estas pruebas como donación de China.
En Perú, las compras de esas pruebas llegaron a 31,3 millones. Hasta noviembre, se adquirieron 5,2 millones de pruebas en el sector público. En ese país Wondfo también tuvo permiso para comercializar sus insumos. En Colombia se estima que ingresaron 2 millones de tests, incluidos los de Wondfo, que contaron con autorización.
La adquisición de pruebas PCR de diagnóstico fue muy inferior a la de anticuerpos en toda la región. Dos botones de muestra: hasta diciembre pasado, en Ecuador el sector público compró 850 mil tests moleculares, mientras Perú adquirió 1,4 millones.
Pruebas rápidas chinas defectuosas en Venezuela
Venezuela también abrió las puertas a las pruebas rápidas chinas, especialmente de Wondfo, que China donó al régimen de Nicolás Maduro.
El manejo de las pruebas PCR está centralizado desde marzo de 2020, en cinco laboratorios manejados por el gobierno de Maduro. Solo algunos centros privados de salud, sin autorización oficial, ofrecen esta prueba, a precios que varían entre 40 y 80 dólares.
Hasta la fecha, al menos cuatro marcas de pruebas rápidas son utilizadas en el mercado venezolano. La más comercializada es de la empresa Wondfo, específicamente las Wondfo SARS-CoV-2 Antibody Test (Lateral Flow Method). También se encuentran las manufacturadas por Edan Instrumental y Nantong Egens Biotechnology, y de la compañía surcoreana Genbody. Todas se encuentran, además, en canales de distribución alternativos como Mercado Libre y por medio de cadenas de Whatsapp.
Una revisión a las transmisiones del canal estatal Venezolana de Televisión (VTV), entre marzo y diciembre de 2020, da cuenta de al menos nueve donaciones (274 toneladas) realizadas de China a Venezuela. Estas donaciones eran con kits para la protección del personal médico y más de 2 millones de pruebas rápidas, para la detección de nuevos casos. Ninguna fuente oficial confirmó cuántas corresponden al laboratorio Wondfo.
La última donación de la que se tiene información corresponde al 22 de diciembre de 2020, en el marco del puente aéreo entre ambas naciones, tendido con la aparición de los primeros contagios de Covid-19.
Venezuela y China tienen alianzas político-económicas estrechas desde la llegada al poder de Hugo Chávez, que se han mantenido con Nicolás Maduro.
Entre 1999 y 2019 el país asiático invirtió en Venezuela más de 68 mil millones de dólares, según la información recolectada por Transparencia Venezuela. Eso equivale a 45% del total entregado a la región entre los años 2000 y 2019.
Cuba también recibió estas pruebas
De manera similar, Cuba y China mantienen relaciones estrechas con Venezuela, que se fortalecieron en el marco de la pandemia, usando la diplomacia médica como puerta de entrada. Venezuela distribuyó parte de las pruebas Wondfo a su par de la isla Granada, ubicada en el Caribe, a unos 150 Km. de distancia. Y Cuba reportaba el uso de las cien mil pruebas Wondfo, en abril, en el municipio especial Isla de la Juventud.
El uso de las defectuosas pruebas rápidas chinas de Wondfo para la detección de nuevos casos forma parte de la estrategia epidemiológica del gobierno venezolano. Los protocolos establecen como requisito para tomar las muestras PCR un resultado positivo en las pruebas rápidas. A pesar de que con este método se pueden dar falsos negativos.
Si una persona da negativo en la prueba rápida, debe permanecer aislada y a los 5-7 días se le realiza una segunda prueba. Si esta segunda resultara negativo, el paciente debe seguir en aislamiento hasta el día diez. En ese momento se realiza un tercer test, sin acceso aún a una prueba PCR.
Lea el informe completo de Vistazo, aquí.
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