La gasolina que a mediados de mayo llevaron los tanqueros iraníes a Venezuela se agotó. Una severa escasez del combustible vuelve a presenciarse en el país.
Por Primer Informe
Con los contagios de COVID-19 todavía multiplicándose en el país, Maduro ordenó una nueva y estricta cuarentena en todo el territorio nacional que también le sirve para tratar de disminuir al mínimo la demanda de combustible.
Nuevamente largas filas de automóviles se acumulan en las estaciones de servicio. Los conductores esperan poder cargar los tanques de sus automóviles con el escaso combustible que todavía queda. Como se esperaba, los 1,5 millones de barriles que entregaron los gargueros de Irán, no pudieron abastecer al parque automotor venezolano por mucho tiempo.
Se debe también estimar que de parte de la gasolina iraní se habría desviado una parte para mantenerlos mecanismos de contrabando extractivo de combustible. Estos esquemas continúan funcionando, al menos en la ruta hacia Trinidad y Guyana, según revelaron fuentes de PDVSA a Primer Informe esta semana.
Igualmente, según un reporte de Bloomberg, técnicos iraníes trabajaron durante dos meses en las refinerías venezolanas. Realizaron inspecciones y efectuaron reparaciones en las refinerías del país. Las fuentes que revelaron la información, y que pidieron no ser identificadas porque la información no es pública, aseguraron que los ingenieros iraníes salieron del país hace una semana.
Los problemas mecánicos y un incendio en la refinería Cardón han retrasado los avances en la reactivación de la producción de gasolina.
Hasta las estaciones de servicio Falcón, estado que alberga al complejo de Refinador Paraguaná, uno de los más grandes de la región, están cerradas.
«Algunas estaciones de servicio están recibiendo menos envíos de combustible y otras han tenido que cerrar durante varios días a la semana», dijo a Bloomberg la propietaria de una estación de servicio en Caracas.
Las sanciones impuestas por Estados Unidos, han dificultado al régimen de Maduro, acceder a importaciones. La semana pasada, un juez Federal de Estados Unidos emitió una orden para confiscar todas las cargas de petróleo a bordo de cuatro buques iraníes que se dirigían a Venezuela.
El funcionamiento de las refinerías sigue siendo inestable. La capacidad de producción fluctúa constantemente. Se estima que la producción actual de gasolina en Venezuela solo alcanza los 80.000 barriles diarios, dijo una de las fuentes.
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