El personal de salud está muriendo de hambre por la crisis humanitaria que atraviesa Venezuela, así lo denunció Doris Quintana, Delegado Nacional de enfermería del estado Aragua a través de una manifestación pacífica.
Quintana evidenció que las instituciones de salud a nivel nacional no cuentan ni siquiera con los servicios básicos de agua y luz para trabajar.
“No hay condiciones ni siquiera de bioseguridad, no tienen ni un tapa bocas, cada quien debe asumir su equipo para trabajar, tienen ni agua para lavarse las manos”, afirmó.
El sistema de salud también ha tenido que asumir uno de los factores más importantes: la diáspora. Por ello, hay personal con más de 24 horas de guardia, lo que ha afectado gravemente a los centros asistenciales.
“Nuestros pacientes no pueden tener la misma calidad y sus familiares tienen que salir a la calle a comprar medicamentos por el déficit que existe”, señaló.
Durante la protesta en Aragua, el personal de salud pidió conciencia ante la crisis y exigieron una mejor calidad. “No tenemos como comprar ni los uniformes”.
Por su parte Victoria Nuñez, bioanalaista jubilada, señaló que están alzando la voz por condiciones de vida y de trabajo para los trabajadores del sector salud.
“Veo con tristeza como los laboratorios de los hospitales donde yo trabaje están totalmente cerrados”, llamó al Estado a poner la mano, a mejorar la calidad de vida para el trabajador de la salud y para el paciente.
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Con información del Centro de Comunicación Nacional
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