El trabajo infantil y adolescente, en la mayoría de los casos informal, es un problema con múltiples rostros en Venezuela. La emergencia humanitaria compleja, la pandemia y el cierre de las aulas por el covid-19 solo han agudizado esto.
En el año 2020, un estudio de la de la ONG internacional World Vision determinó que el trabajo infantil aumentó en 20% solo en la ciudad de Caracas durante la cuarentena. Sin embargo, los expertos consideran que este porcentaje puede variar dependiendo de la región.
“A medida que tú te adentras a las provincias, zonas rurales, ciudades intermedias o zonas de frontera la realidad es mucho más cruda porque son zonas más deprimidas. Ahí hay que tener en cuenta que el fenómeno del trabajo infantil no es una realidad homogénea como ningún tipo de violencia”, indicó Carlos Trapani, coordinador general del Centro Comunitario de Aprendizaje (Cecodap), en entrevista para El Diario.
Además de la cantidad de niños y adolescentes que recurren a esto para mejorar su calidad de vida, el tipo de actividades a las que se dedican también varía en cada estado. Otro aspecto crítico de este problema social es que varios de ellos se exponen a algún tipo de explotación o esclavitud moderna.
Emergencia humanitaria y explotación infantil
Un ejemplo reciente de la relación entre la emergencia humanitaria, la crisis económica y el trabajo infantil es el informe que elaboró el Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andés Bello (CDH UCAB) sobre el Arco Minero del Orinoco.
De lo laboral a lo sexual: formas de esclavitud moderna en el estado Bolívar es el título del estudio que reveló cómo mujeres y niñas están expuestas a la explotación sexual por parte de los grupos vinculados a la extracción de oro en el estado Bolívar.
El informe explicó que desde la creación de la Zona de Desarrollo Estratégico Arco Minero del Orinoco en el año 2016, cada vez más personas (incluso niños y adolescentes) se trasladan a zonas mineras en busca de oro para costear una vida digna.
Eumelis Moya, coordinadora de la oficina del CDH UCAB en Ciudad Guayana, dijo durante la presentación del informe que el objetivo de las bandas criminales en la zona es controlar las minas, satisfaciendo las necesidades de los trabajadores.
Para cumplir con este propósito, captan a mujeres que puedan ejercer funciones de cocineras, lavanderas y prostitutas.
Un problema heterogéneo
Carlos Trapani explicó que las causas que empujan al trabajo infantil son fallas estructurales del Estado y la sociedad. Además, están interconectadas.
Resaltó como las más importantes la merma de la capacidad de compra de un salario mínimo, la reducción del presupuesto familiar y, asociado a la pandemia, el cierre indefinido de las aulas.
Así como el trabajo y la explotación infantil en Bolívar está mayormente asociado con la minería, en cada región del país destacan actividades laborales específicas según las necesidades de la población y las oportunidades que allí se presenten.
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