El escape de Lepoldo López necesitó una estrategia de alto riesgo para lograr que el líder de Voluntad Popular saliera del país por la frontera con Colombia sin ser detectado por las fuerzas del régimen chavista.
El diario español El Mundo ofreció detalles de la espectacular evasión del líder, cuya llegada a Madrid sorprendió a propios y extraños.
El Mundo | DANIEL LOZANO / NURIA LÓPEZ
«La fuga de Leopoldo López fue mucho más que una decisión libre y voluntaria, como resumió el Gobierno español. Se trató de un operativo de alto riesgo, casi suicida, que no contaba con garantías iniciales de éxito. «Una operación muy difícil, peligrosísima. Un milagro total que pudiera llegar hasta la frontera», confirmó a EL MUNDO, bajo anonimato, uno de los participantes clave en la escapada.
La escapada de quien fuera el preso más simbólico del chavismo pilló en fuera de juego al Gobierno revolucionario, ante su atrevido movimiento. Incluso portavoces en la televisión revolucionaria pusieron en duda que realmente López hubiera abandonado la legación.
Horas más tarde comenzaron las represalias contra personal vinculado con la embajada de España y con el propio dirigente opositor. Diosdado Cabello, número dos de la revolución, acusó hoy a Jesús Silva, embajador español, de facilitar la huida del «cobarde» López. «Los huéspedes no huyen. Te garantizo que al ser huésped, el embajador le acompañó hasta la puerta o hasta el carro (vehículo) que se lo llevó», clamó Cabello durante una gira electoral.
Las declaraciones de Cabello confirman que no existió ningún tipo de pacto previo entre gobiernos ni entre el opositor y los chavistas, tal y como se disparó desde posiciones ultras de la oposición y desde el entramado revolucionario en redes sociales. «Venezolanos, esta decisión no ha sido sencilla, pero tengan la seguridad de que cuentan con este servidor para dar la lucha desde cualquier espacio. No descansaremos y seguiremos trabajando día y noche para alcanzar la libertad que nos merecemos todos los venezolanos», afirmó López en su primera aparición en redes sociales tras la fuga.
López se reunió este domingo, por fin, con su familia, como certificó su padre, el eurodiputado popular Leopoldo López Gil. «Muy feliz de reunirme con mi hijo en Madrid y disfrutar su libertad en compañía de la familia. Gracias a España por su apoyo consecuente a los principios democráticos», dijo a través de la red social Twitter. Y su partido, Voluntad Popular, difundió una fotografía con el momento más esperado: el abrazo con su esposa y sus tres niños.
En Madrid viven tanto su mujer, Lilian Tintori, como sus hijos y sus padres. Atrás queda una larga pesadilla para quien en su día el chavismo consideró su principal enemigo, por eso le inhabilitó cuando era alcalde del municipio caraqueño de Chacao y principal favorito para convertirse en alcalde mayor de la capital. Desde que se entregara a la Guardia Nacional Bolivariana en 2014, durante las protestas antigubernamentales conocidas como La Salida, López permaneció tres años y medio en una celda de la cárcel militar de Ramo Verde, 21 meses en arresto domiciliario en su hogar de Caracas y 18 meses en la residencia del embajador español en Caracas, refugiado en calidad de huésped.
Tanto el padre del dirigente opositor como el Gobierno interino agradecieron el apoyo «histórico» del Gobierno español durante su estancia en la residencia del embajador. Pero ha sido precisamente el giro político del Gobierno español y el relevo del actual embajador, Jesús Silva, lo que ha empujado a López a arriesgarse en una escapada llena de peligros y en una nueva etapa en el exilio salpicada de interrogantes.
El Gobierno español confirmará en las próximas horas que Juan Fernández Trigo, actual embajador en Cuba, es el hombre elegido como encargado de negocios para comandar la nueva etapa diseñada por la ministra de Exteriores, Arancha González Laya. Su plácet diplomático ya ha sido presentado a Nicolás Maduro.
Fernández Trigo aterrizó en La Habana en 2018 para gestionar las visitas históricas de Pedro Sánchez y del Rey Felipe, pero sobre todo para gestionar lo que Josep Borrell bautizó como la «nueva etapa» con el Gobierno castrista, presidido por Miguel Díaz-Canel.
La apuesta española quedó reflejada de nuevo hoy en la nota informativa suministrada tras el aterrizaje de López en Madrid: «España reitera su convencimiento de que la crisis multidimensional que atraviesa Venezuela requiere de una salida negociada, dirigida por los propios venezolanos, que permita la celebración de elecciones presidenciales y parlamentarias con plenas garantías democráticas».
El Gobierno de Madrid reiteró su «disposición» a ayudar en dicho proceso, pese a los fracasos cosechados hasta el momento. El último encabezado por el ex candidato presidencial Henrique Capriles, cuya negociación con el Palacio de Miraflores provocó un cisma en el seno de la oposición. Finalmente Capriles, apoyado por Josep Borrell, Alto Comisionado de la Unión Europea (UE), y por la ministra González Laya, tuvo que dar marcha atrás y renunciar a presentar una lista para competir en las elecciones fraudulentas del 6-D, tras negarse Maduro a que fueran retrasadas hasta el año que viene.
Tal y como sucediera en otras fugas espectaculares, el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), encargado de la vigilancia de la embajada de España, ha quedado señalado tras la escapada. Su respuesta es la de siempre: represalias contra personas vinculadas con Leopoldo López y con la legación española. Los policías políticos detuvieron a Nubia Campos, cocinera de la familia López que le ha estado suministrando alimentos durante su encierro, y a José Jerjes Neira, veterano vigilante privado de la embajada.
La prensa local también ha reportado la captura de dos escoltas que habían trabajado con el matrimonio López-Tintori. También se realizaron operativos y allanamientos en edificios donde viven miembros del personal de la embajada.
«España condena las detenciones de personal laboral de su embajada así como los registros producidos en domicilios de personal adscrito a la misma, actos que suponen un incumplimiento de las obligaciones contenidas en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas», criticó Exteriores en su nota pública.
LLEGADA A MADRID
La nueva andadura de López en el exilio español arrancó de manera discreta. Desde que se conoció su huida se generó mucha expectación. Pero no hubo grandes actos. Ni venezolanos portando las banderas de su país, ni rostros conocidos de otros opositores exiliados dándole la bienvenida, ni declaraciones públicas.
El aterrizaje en España del ex preso político no pudo ser captado por los objetivos de las cámaras de los medios que se congregaron en la Terminal 4 del aeropuerto de Madrid Barajas-Adolfo Suárez a la espera de una simbólica imagen o con la expectativa de recoger sus primeras palabras en suelo español.
Nada tuvo que ver el desembarco de López en la capital española con los de otros políticos venezolanos como Antonio Ledezma, ex alcalde de Caracas, o el masivo recibimiento que tuvo el propio presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, el pasado enero. La pandemia también tuvo mucho que ver en esto, pues el acceso al aeropuerto es muy restringido, sólo viajeros con tarjetas de embarque o personas acreditadas.
Todavía no se conocen los detalles de su agenda en suelo europeo, pero sí adelantó a través de redes sociales que «en los próximos días ampliaremos en detalle las acciones que nos proponemos realizar a favor de la libertad de nuestro pueblo». En el pasado, otros disidentes venezolanos se encontraron con autoridades españolas tras escapar de su país. Fue el caso de Ledezma, que en 2017 fue rápidamente recibido por el entonces presidente Mariano Rajoy.
Guaidó pudo encontrarse con líderes como Boris Johnson o Angela Merkel durante su gira europea a comienzos de año. Sin embargo, en España no se vio con el presidente Pedro Sánchez, aunque fue recibido con honores por el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid. Precisamente, ambos se pronunciaron en redes sociales sobre la recién estrenada libertad de López. Isabel García Ayuso tuiteó «Bienvenido a casa», junto a la noticia de su abandono de la embajada española, y José Luis Martínez-Almeida le lanzó una invitación: «Es labor de demócratas defender la democracia allá donde ha sido arrebatada. Madrid cree y defiende la libertad. Por eso sería un honor recibirte, Leopoldo López. Siempre con la libertad del pueblo venezolano».
Los líderes del Partido Popular y de Ciudadanos también se manifestaron. Pablo Casado señaló: «Tras años de prisión y torturas seguirá su lucha por la libertad hasta que pueda regresar a una Venezuela democrática. Todo mi apoyo y admiración». Inés Arrimadas advirtió de que «la causa de los demócratas venezolanos es la de libertad frente a la tiranía y siempre tendrán un aliado en Ciudadanos».
El embajador de Guaidó en Madrid, Antonio Ecarri Bolívar, agradeció a España haber garantizado «la integridad de Leopoldo López». El fundador de Voluntad Popular inicia así un nuevo camino «desde este nuevo terreno de lucha», como él mismo lo denominó.
Con información de El Mundo
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