La población de El Tejero, en el estado Monagas, vivió una situación de alto riesgo después de que se registrara una explosión en una instalación petrolera ubicada en el pueblo.
Según Tareck El Aissami, un supuesto ataque contra un tramo del gasoducto de El Tejero, que habría perjudicado la Planta de Inyección de Gas a Alta Presión (Pigap II), donde se produjo la explosión.
La explosión registrada en la planta de El Tejero ocasionó un incendio que puso a la población en alerta. Los residentes del pueblo abandonaron sus casas y corrieron hacia la Troncal 13, vía nacional que conecta con Maturín, ante el riesgo de que se produjera una explosión de mayor magnitud que pusiera en riesgo sus vidas.
Tras una hora de caos e incertidumbre, las autoridades lograron contener el incendio e intentaron mantener el orden en el pueblo, según reportó El Periódico de Monagas. Mientras tanto, trabajadores de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) investigan las causas de la explosión.
Ante esto la Junta Administradora ad hoc de Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA), consideró que el Gobierno Interino debe pronunciarse tras ese accidente en dichas instalaciones.
«La magnitud de este evento, producto del manejo negligente de la industria por parte del régimen de Nicolás Maduro, es importante precisar algunas especificaciones técnicas y de localización geográfica», reza el comunicado.
«Debemos recordar que esta planta fue expropiada y tomada por el régimen de Hugo Chávez en mayo del año 2009».
«Rechazamos de manera categórica y contundente, las acostumbradas, irresponsables y repudiables declaraciones de voceros del régimen que atribuyen, como es su uso y costumbre, a causas de sabotaje lo ocurrido en el sector El Tejero».
A continuación el comunicado íntegro:
La Junta Administradora ad hoc de Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA), considera ineludible y obligante, tanto con el Gobierno Interino como con el pueblo venezolano, pronunciarse con relación al nuevo accidente en las instalaciones de PDVSA, ocurrido el pasado sábado 20 de marzo, en el sector El Tejero, estado Monagas, muy cerca de la planta PIGAP II.
Para comprender la magnitud de este evento, producto del manejo negligente de la industria por parte del régimen de Nicolás Maduro, es importante precisar algunas especificaciones técnicas y de localización geográfica.
Las plantas de inyección de gas a alta presión (PIGAP I / PIGAP II), la planta de inyección de gas Furrial (IGF), y la planta compresora Jusepín 9 (PCJ – 9), están asociadas a las operaciones de producción, y todas se encuentran ubicadas en el nororiente del país, correspondiente al eje de producción de Monagas – Anzoátegui.
La construcción de la planta PIGAP II fue culminada a finales de la década de los 90 para el manejo de 1500 millones de pies cúbicos de gas diarios (MMPCGD), succionando gas proveniente principalmente de la estación.
El Tejero, que suministra gas seco desde una presión de 1200 libras por pulgada cuadrada (PSI por sus siglas en inglés), y descargando para la inyección en yacimientos, a una presión nominal máxima de 9000 PSI, que permitirían garantizar una producción de crudo de 160 mil barriles diarios.
Esta planta fue contratada para su construcción bajo la modalidad mixta, donde el proveedor privado debe construir y operar los activos de la prestación del servicio, mientras el Estado lo regula y supervisa, ya que la propiedad del activo es siempre del inversionista. El proveedor privado, seleccionado por licitación pública, fue WILPRO (asociación de Williams Companies Inc. y Production Operators Inc.), luego de que PDVSA hiciera PIGAP I con esfuerzo propio.
La planta consta de 8 unidades tipo centrífugo, de potencia unitaria de 42000 caballos de fuerza, siendo una de las más grandes del mundo. Debemos recordar que esta planta fue expropiada y tomada por el régimen de Hugo Chávez en mayo del año 2009.
El gas no manejado por esta planta, puede ser desviado a dos unidades de quema de 1000 MMPCGD de capacidad. Los pozos receptores para inyección de gas a los yacimientos, se encuentran en las inmediaciones de la planta.
Tanto PIGAP I como PIGAP II, fueron diseñadas con un área perimetral de seguridad donde se prohibió la construcción para garantizar que, en caso de una falla catastrófica, no se afectará a las poblaciones vecinas y prevenir así una posible pérdida lamentable de vidas humanas.
Hoy día, existen comunidades ilegales ubicadas a distancias mucho menores de las establecidas como áreas de seguridad. Recordamos que una violación similar a estas restricciones de seguridad fue comprobada en la refinería de Amuay, donde ocurrió un lamentable accidente que ocasionó numerosas pérdidas humanas y materiales.
Queremos alertar que una explosión de la planta PIGAP II, habría provocado una catástrofe de incalculables proporciones en varios kilómetros a la redonda, dada la enorme presión de gas involucrada en su funcionamiento.
Analizando los videos disponibles y los eventos posteriores, quedó claro, desde el primer momento, que la planta PIGAP II no explotó, aunque deberá realizarse un examen exhaustivo profundo para determinar posibles daños ocultos a sus instalaciones.
Todo parece indicar que se trató de una fuga de gas que podría deberse a diferentes causas, la más comunes son:
1) Incumplimiento de los protocolos de mantenimiento preventivo para detectar y reparar corrosión y desgaste en las tuberías.
2) Operación por encima de la presión nominal, cambio de condiciones de operación y la impericia en su manejo. Es importante destacar que los ductos en Venezuela dejaron de ser inspeccionados alrededor del año 2010, aun cuando la norma establece inspeccionarlos como mínimo cada 5 años.
Se puede precisar por el sonido y velocidad, que es poco probable que sea una línea de 9000 PSI y por ende, se puede suponer que la línea afectada es de 1200 PSI. La llamarada se extinguió por sí misma, al cerrarse las válvulas de corte de los gasoductos y la planta, las cuales son automáticas y se cierran por pérdida inmediata de presión, en caso de rotura.
Queda claro que, una vez más, la muy probable falta de mantenimiento y/o cambio de condiciones de operación, hacen real la amenaza de una falla catastrófica, máxime cuando tampoco las unidades de tipo centrífugo de potencia unitaria, han recibido el mantenimiento preventivo y las reparaciones adecuadas, y tampoco parecen haber contado con repuestos originales.
Este accidente ocasionará más venteo y quemado del gas, hasta que se repare esta línea de alimentación de PIGAP II, y un probable cierre de producción de crudo.
Agradecemos a la providencia que este evento no se haya extendido hasta la planta PIGAP II, y que tampoco haya ocasionado pérdidas de vidas. Miles de personas han podido fallecer y de cara al futuro, esto solo podrá ser evitado con un adecuado seguimiento a los protocolos de seguridad y aplicación de programas de mantenimiento preventivo.
Bajo este régimen que practica la negligencia, e invoca la desidia como líneas rectoras, instalaciones como PIGAP II se convierten en potenciales bombas letales donde el momento preciso del desastre es imposible de predecir, pero constituyen una amenaza real a las instalaciones de la industria y, sobre todo, a las vidas de los ciudadanos venezolanos.
Rechazamos de manera categórica y contundente, las acostumbradas, irresponsables y repudiables declaraciones de voceros del régimen que atribuyen, como es su uso y costumbre, a causas de sabotaje lo ocurrido en el sector El Tejero. Se trata de una burla a los venezolanos y de la ratificación de su incompetencia y naturaleza perversa en el manejo de los activos e instalaciones que le pertenecen a la República y al pueblo venezolano.
Finalmente, exigimos que se cumplan los protocolos de seguridad y de mantenimiento preventivo, y se proceda de inmediato a reubicar a las familias que se encuentran dentro del área de seguridad establecido, a fin de preservar vidas humanas, en caso de ocurrir un nuevo accidente.
Junta Ad-Hoc de PDVSA sobre… by AlbertoNews
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