Unas 60 personas que trabajan del comercio informal en los alrededores del hospital Luis Razetti de Barinas, aguardaban la mañana de este lunes, 4 de mayo, ser atendidos por el director de ese centro de salud para que les permita retomar las ventas, debido a que es el único medio que tienen para procurar el sustento de sus familias.
A nombre del grupo, José Luis Blanco alegó que todos han acatado el confinamiento decretado por el ejecutivo nacional, pero que ya no pueden seguir encerrados en sus casas sin producir dinero para el mantenimiento de sus familias.
“Somos padres y madres de familia que necesitamos comer. La cosa está cara. Tenemos hijos que mantener. Queremos hablar con el director para que nos dé chance de trabajar aunque sea unas seis horas para hacer dinero para la comida, porque si fuera así de fácil, que esperemos la caja de la comida que dura dos meses para llegar, nos iremos a morir de hambre”, justificó.
Blanco explicó que con las ventas de jugos y café que tienen pueden vender y producir suficiente dinero para mantenerse dos días a la semana, por lo que piden que los dejen laborar igual que el horario de algunas tiendas o los mercados municipales, respetando el protocolo necesario para la prevención del COVID-19.
Aunque funcionarios policiales intentaban desalojarlos, los trabajadores informales dijeron que iban a permanecer en el lugar hasta tanto fueran atendidos por el director del hospital. Así mismo, extendieron su petitorio al gobernador Argenis Chávez para que les permitan laborar durante la pandemia.
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