Solo un 7,6 % de las personas que necesitan cuidados paliativos en Latinoamérica los reciben, ya que el número de equipos especializados en toda la región (1.562) supone un 2,6 por millón de habitantes, una tasa muy insuficiente, según pone de relieve un estudio efectuado en 17 países.
El “Atlas de Cuidados Paliativos en Latinoamérica 2020”, presentado este lunes por el Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra (norte español), muestra la realidad de esta especialidad sanitaria en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.
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Ese 7,6 % “es un porcentaje bajo”, teniendo en cuenta que la media mundial es del 40 %. En España, la estimación de la tasa es cercana al 16 %, explicó a Efe Miguel Sánchez Cárdenas, investigador del Observatorio Global de Cuidados Paliativos de la Universidad de Navarra.
El Atlas es un trabajo colaborativo de la Asociación Latinoamericana de Cuidados Paliativos, la Asociación Internacional de Hospices y Cuidados Paliativos y el Observatorio Global de Cuidados Paliativos.
Y pretende ofrecer un diagnóstico de un problema que, según la OMS, va a ir en aumento a causa del incremento de las enfermedades no transmisibles, como cáncer o patologías cardiovasculares, y del envejecimiento de la población.
MUCHO QUE MEJORAR
Los países latinoamericanos con mayor tasa de equipos de cuidados paliativos por millón de habitantes son Uruguay (24,5), Costa Rica (14,74) y Chile (13,41). Un lista que cierran Guatemala, Honduras (ambos con el 0,64) y Perú (0,58).
Latinoamérica, comentó Sánchez, “es una región muy heterogénea, que tiene sistemas de salud muy dispares y problemas de sistemas de salud en transición”.
En el Atlas se da cuenta de 123 equipos de cuidados paliativos pediátricos en los países analizados, que representan el 7,9 % del total de servicios de este tipo. Ese porcentaje, según Sánchez, “es muy insuficiente”, aunque supone una mejora respecto al estudio anterior, de 2013, en el que el cuidado paliativo pediátrico latinoamericano era “inexistente”.
“Hoy tenemos un indicador bajo, pero que permite identificar que los países de Latinoamérica tienen que mejorar la capacidad para ofrecer el cuidado paliativo al niño que está enfermo y que muchas veces no va a morir, sino que va a necesitar cuidado paliativo durante una larga trayectoria”, subrayó el especialista.
A diferencia del cuidado paliativo de adultos, los niños “son particularmente sensibles, porque muchas de sus condiciones son de larga duración” y, por tanto, es importante atender no solo al menor, sino también a sus familiares.
FÁRMACOS PARA EL DOLOR
Respecto a la atención farmacéutica durante los cuidados paliativos, el informe indica que los países donde más medicamentos potentes derivados del opio se distribuyen son Brasil (1.385 kilos al año), Argentina (762,7 kilos) y Colombia (478,7).
Los países en los que existe mejor colaboración entre quienes prescriben estos analgésicos y quienes regulan su utilización son El Salvador y Uruguay. La peor se da en Brasil, Guatemala, Honduras, Paraguay y Venezuela.
Sánchez apunta que las diferencias en Latinoamérica respecto al consumo de opioides “también son enormes”, y señala que, para la OMS, “este dato es muy importante”, ya que es un “indicador centinela para saber qué tanto los países se preocupan por aliviar el dolor de las personas”.
FORMACIÓN Y ATENCIÓN ESPECIALIZADAS NECESARIAS
Según el Atlas, siete países reconocen la Medicina Paliativa como especialidad y/o subespecialidad: Argentina, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Paraguay y Venezuela, y Chile se encuentra en proceso.
Colombia, Costa Rica, Chile, México y Perú tienen actualmente una ley de cuidados paliativos, mientras que México, El Salvador, Costa Rica, Panamá, Venezuela, Ecuador, Brasil, Uruguay, Argentina y Chile reportaron un plan o estrategia nacional de cuidados paliativos, algunos explícitamente para pacientes de cáncer. Sin embargo, no es claro qué alcance tienen ni si cuentan con el presupuesto adecuado.
Sánchez pone de relieve la importancia que tiene también el enfoque interdisciplinar en la atención a estos pacientes, y resalta que, por ejemplo, Brasil cuenta con 301 facultades de Psicología, pero “ninguna de ellas ofrece un curso de cuidados paliativos en el pregrado”.
“Eso es un problema, porque los pacientes no solo van a tener dificultades muy complejas de síntomas, sino problemas muy serios relacionados con su bienestar psicológico y social”, advierte.
EFE
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