El sur del estado Apure se ha convertido en el escenario donde las guerrillas colombianas se disputan el territorio venezolano, ante la ausencia de las autoridades de Venezuela. Su control es estratégico para el comercio ilegal, contrabando de gasolina y el narcotráfico.
El 27 de enero por la noche, cuando el viento silbaba en las sabanas del sector Tres Esquinas, en La Victoria, estado Apure, guerrilleros disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se encontraban en un campamento improvisado donde pasaban esas horas para movilizarse al amanecer. Sin embargo, cuando el silencio se apoderó de los alrededores de aquel cambuche (refugio precaria) un centellazo despertó a todos, seguido de hilos de metralla. Siete de los guerrilleros no pudieron contarla.
Se trataba de una emboscada del Ejército de Liberación Nacional de Colombia (ELN). Un día antes, este grupo armado había publicado un panfleto en el que advertía en Arauca que todo aquel que tenía nexos con las FARC lo pagaría con su vida. Inclusive el texto decía que, hacían un llamado a los “testaferros” de las FARC para que abandonaran específicamente Arauca. A este departamento colombiano y al estado venezolano de Apure solo los divide el río Arauca, y para cruzar basta con una curiara, un motor y diez minutos.
Después del bombardeo y ráfagas de proyectiles, gritos, y el monte agitado por las carreras de quienes fueron sorprendidos, despuntó el sol llanero en suelo venezolano. De aquel campamento no quedó nada. En el piso los cráteres daban cuenta del fuego de metralla sin reparos ni atenuantes.
Entierran a sus muertos
Con el transcurrir de esa mañana, aparecieron miembros de las disidencias de las FARC, quienes reclamaron los cuerpos.
En los videos se observan caminando entre la maleza contando sus muertos, claramente identificados con un brazalete tricolor en su brazo izquierdo con la inscripción del grupo FARC-EP. Brazos fracturados, heridas craneoencefálicas por proyectiles, rostros desfigurados y quemaduras, son solo algunas características que presentaban los cadáveres, producto de una brutal masacre entre grupos ilegales de la guerrilla colombiana en territorio venezolano.
Los cuerpos sin vida no fueron levantados por el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalística (Cicpc) lo que contraía la legislación venezolana. Tampoco estaban ni el Ejército, la Guardia Nacional o la Armada. Apure abandonado a su suerte por Miraflores. Los guerrilleros caminan libremente, recogen sus muertos y se meten en la selva. En Venezuela.
Para el coronel del Ejército en situación de retiro Antonio María Guevara, esta no es una situación aislada, “no es un hecho que se presentó epilépticamente ayer”, ni siquiera se puede decir que comenzó en marzo de 2021 cuando hubo los enfrentamientos con la Fuerza Armada Nacional.
“Tampoco podemos decir que llegó con la llamada revolución bolivariana, se trata de una zona que históricamente ha estado bajo el control de la guerrilla, y que hasta 1998 cuando funcionaban los teatros de operaciones y las bases de protección fronteriza, se repelía a estos grupos armados aunque siempre mantenían su presencia”, aseguró.
Hasta 1998 la guerrilla que venía de Colombia hacia Venezuela fue contenida por esas unidades militares, comentó Guevara.
Aliados por intereses
“Después que llegó la revolución bolivariana y Chávez en un famoso discurso que dio en la Asamblea Nacional donde dijo que, –el suroeste venezolano era limítrofe con la guerrilla colombiana- lo que hizo fue certificar que entre su gobierno y la guerrilla colombiana había una alianza, como en efecto se ha evidenciado en estos 23 años de revolución”, afirmó.
Guevara asegura que lo que está ocurriendo en el estado Apure, es que se está asentando el control de la guerrilla transnacional dentro del Estado venezolano, aliada con el delito común, con las Fuerzas Bolivarianas de Liberación (FBL) y colectivos paramilitares.
“Quienes han muerto son tropa profesional, tropa alistada y cuadros medios de la oficialidad, pero eso para ellos no es importante, lo señalan como daños colaterales, los importante es el proyecto político y la alianza que existe entre el régimen y la guerrilla”, manifestó el militar retirado.
El hecho de no hacer nada en la frontera para acabar con el conflicto echando del territorio a estos grupos, forma parte de un plan político, indicó Guevara.
“Mantener ese conflicto allí, de esta manera logras tener movilizada a la fuerza armada colombiana hasta alcanzar el poder político allá, y en Venezuela permanecer en el poder. Ese es el proyecto político de la segunda marquetalia y las autoridades venezolanas”, sostiene.
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