De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, solo siete países sostienen las políticas de controles de precios: Argentina con controles de alimentos y medicinas; Jordania, que regula precios máximos de “artículos esenciales”; Laos, con precios máximos de “artículos esenciales”; Macedonia que regula alimentos, medicinas y productos de desinfección; Samoa controla mesas de precios para productos al mayoreo y retail; Sri Lanka que mantiene frenado el valor de artículos esenciales y Venezuela con su lista de 27 productos.
Así lo reseña el último informe de Torino Economics, que agrega otro dato no menor: «La reciente medida anunciada de los precios ‘acordados’ de 27 bienes de consumo final pertenecientes a la canasta alimentaria familiar, tanto en bolívares, como en dólares americanos y en el criptoactivo denominado Petro no tiene precedentes conocidos».
Con el Gobierno arreciando en la fracasada política de controles de precios, este lunes 11 de mayo la Asamblea Nacional reveló que la inflación de abril fue del 80%. La Asamblea Nacional alertó que los rubros más afectados fueron la salud, bebidas alcohólicas y tabaco, alquiler de vivienda, y transporte, que experimentaron una inflación de más del 100 %.
El índice de inflación de abril eleva la tasa acumulada de subidas de precios hasta el 341,61%, mientras que la interanual alcanza los 4.210 puntos, de acuerdo al reporte de la Comisión de Finanzas.
La fuerte escasez de gasolina que afecta la distribución de alimentos, el mayor gasto público y el sorpresivo salto del tipo de cambio al doble de su valor en los últimos dos meses han incidido en el aumento constante de los precios de los productos más esenciales.
En este contexto, la decisión gubernamental de regular los precios, asegura el informe, «pondrá una enorme presión al alza en la inflación del país, ya que estos artículos conforman casi la totalidad del gasto en alimentos, con una representación aproximadamente en el consumo de los hogares venezolanos del 93%. Además, cuando sea levantado este control o inclusive ignorado, los precios se dispararán a niveles incluso superiores a los que existían antes del inicio de su implementación».
En el informe de Torino agregan: «La concepción original de las medidas de precios máximos es que sean de carácter coyuntural, para proteger a la población de los aumentos de los precios en contextos como las hambrunas, guerras y grandes enfermedades. Sin embargo, en el caso venezolano, ha sido una medida de larga data que demostró tener mayores efectos negativos a la economía, con desaparición de industrias y el incremento de la escasez».
La directora de la firma local, Síntesis Financiera, Tamara Herrera, dijo a la agencia Reuters que “en mayo la inflación puede ser mayor por los desajustes en la cadena de suministro tras la regulación de precios, la escasez de gasolina, además del efecto rezagado de la subida del dólar”.
La firma Torino finaliza diciendo: «Imponer controles de precios para combatir la inflación nunca será la solución, aún menos como una medida dentro del contexto del Covid-19. Si no se usa como una medida de corto plazo para regular la demanda de un artículo o conjunto de bienes, el resultado de su aplicación siempre será el mismo, es decir escasez e incremento de precios en el mercado negro».
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