Una década después de que la cadena de restaurantes de comida rápida McDonald’s cerrara todos sus locales en Islandia, los usuarios pueden apreciar por medio de una transmisión en directo el estado del último pedido servido en la isla, que, prácticamente, no ha cambiado, informa AFP.
Hjortur Smarason, gerente de comunicaciones de una empresa especializada en turismo espacial, compró un cheeseburger y una porción de patatas fritas el 31 de octubre de 2009, justo antes del cierre definitivo de los restaurantes. «Decidí comprar la última comida por su valor histórico, ya que McDonald’s estaban cerrando», asegura Smarason a la agencia. «Había oído que la comida de McDonald’s nunca se descompone, así que sólo quería ver si era la verdad o no», explica el hombre.
Después de pasar un tiempo en su garaje, la comida fue trasladada al Museo Nacional de Islandia y después ubicada en un hotel en Reikiavik.
La hamburguesa y las patatas fritas, que a simple vista parecen muy bien preservadas, se encuentran ahora expuestas en el hostal Snotra House de la ciudad de Thykkvibaer (el sur de Islandia), protegidas por una vitrina especial. Según el propietario del establecimiento, Sigurdur Gylfason, gente del todo el mundo llega al hostal para ver la comida.
En relación al rumor sobre la ‘incorruptibilidad’ de la comida de McDonald’s, la empresa dijo en 2013 que «en un ambiente adecuado, nuestras hamburguesas, como la mayoría de los alimentos, podrían descomponerse», contribuyendo a ellos la humedad.
Esa es la razón por la que, en condiciones de sequedad ambiental, «solo se secan», sin que aparezca moho o bacterias, sostiene Bjorn Adalbjornsson, profesor de la Universidad de Islandia. Además, en este caso la comida está protegida por una vitrina, lo que ralentiza el proceso de descomposición.
Con información de Actualidad RT
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