La hipótesis más aceptada por la comunidad científica asegura que el origen del coronavirus, SARS-CoV-2, está en los murciélagos. Sin embargo, esto genera una pregunta: por qué los humanos se contagian y enferman de este virus, pero estos animales que lo transmiten parece que no.
Los murciélagos son mamíferos, y existen más de 1.400 especies distintas en todo el mundo, la mayoría de las cuales vive en colonias, lo que significa que cientos o miles de estos animales habitan juntos unos a otros, lo que facilita la posibilidad de transmisión de virus entre ellos.
Sin embargo, estudios aseguran que los murciélagos suelen desarrollar tolerancia a muchos virus debido a su temperatura corporal. Los murciélagos liberan grandes cantidades de energía al volar, lo que incrementa la temperatura de sus cuerpos a entre 38 y 41 grados C, según estudios, por lo que al ser una temperatura común en sus organismos, los patógenos evolucionan y logran soportar estas altas temperaturas.
Esto tiene consecuencias negativas para los humanos, dado que nuestro organismo y sistema inmunológico se defienden de estos virus incrementando la temperatura corporal. Las fiebres son, en cierto modo, nuestro método de defensa ante los virus y patógenos, pero los que han evolucionado en murciélagos podrían ser resistentes a estas altas temperaturas.
Además de la diferencia en cuanto a temperatura corporal, otros estudios explican que el sistema inmunológico de los murciélagos actúa diferente al de los humanos. Básicamente, los interferones de los murciélagos siempre están activos, esté o no infectado el animal, o dicho de otro modo, su sistema inmunológico podría estar siempre alerta, como si se encontrase constantemente bajo amenaza.
Con información de CSIRO / LiveScience
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