Se había convertido en una de las noticias falsas de la Historia: la muerte por envenenamiento en 1592 de Alejandro Farnesio, duque de Parma, que dedicó su vida al servicio de la corona española, pero tras un año y medio de estudios realizados en Italia se confirmó que murió de una simple neumonía.
Cristina Cabrejas / EFE
Los estudios realizados por la Universidad de Parma (centro de Italia) y los carabineros del Departamento de Investigaciones Científicas (RIS) concluyeron que el que fuera sobrino de Felipe II y uno de sus hombres de confianza, gobernador de Flandes y héroe de la batalla de Lepanto, padecía gota y presentaba una fractura compuesta en el antebrazo derecho a causa de un disparo durante una batalla, pero no fue envenenado.
Durante más de 400 años, uno de los misterios no resueltos de la Historia fue la muerte de Alejandro Farnesio, ya que a muchos no convenció que muriese se una simple e imprevista neumonía y se comenzó a difundir el bulo de que pudo ser envenenado por alguno de sus numerosos enemigos que se fue haciendo e incluso entre ellos también se indicó a Felipe II.
Para esta operación, a principios de 2020 se exhumó del panteón de los duques de la iglesia de la Steccata en Parma, los cuerpos de Farnesio y de su mujer, María de Portugal, y los restos fueron sometidos a exámenes durante 18 meses por parte de un equipo multidisciplinario que involucró a médicos forenses, dentistas, radiólogos, un antropólogo, para la reconstrucción de los rostros del soberano y su esposa, y un paleoantropólogo, para el estudio de los residuos óseos.
«El complejo trabajo confirmó lo que contaban los historiadores», en definitiva «no hubo envenenamiento», afirmó en declaraciones al diario «Gazzetta di Parma», la profesora Rossana Cecchi de la Universidad de Parma, mientras que la militar del RIS Giada Furlan aseguró que se «puede excluir la intoxicación por metales, que era la más frecuente en ese momento».
«En cambio, en el antebrazo lesionado encontramos rastros de cobre y zinc entre el radio y el cúbito, atribuibles a los instrumentos quirúrgicos utilizados para quitar la bala y luego entre los huesos de la muñeca», añadieron.
Además partir del análisis de los dientes, también se descubrió la dieta de los dos cónyuges: Alejandro comía alimentos duros y poco cocidos, propios de los campos de batalla, mientras que su esposa consumía muchos azúcares y padecía profundas caries.
El tercer duque de Parma y Piacenza y cuarto duque de Castro, nació en Roma en 1545 y el 25 de abril de 1592 resultó herido de un disparo de mosquete durante el asedio de Caudebec (Francia) y se retiró con su ejército a Flandes. Murió el 3 de diciembre de 1592 en la Abadía de Saint-Vaast de Arrás (Francia) a los 47 años.
Fue uno de los más grandes líderes del siglo XVI y tuvo mucho éxito, gracias a sus grandes victorias militares y su perspicacia política y diplomática lo que le convirtió en un hombre clave para Felipe II y precisamente por su gran fama e importancia despertó grandes envidias y ahí la sospecha de que fue envenenado.
La idea de investigar su muerte, con el apoyo de la Orden Constantiniana, partió de los historiadores italianos Anna Zaniboni Mattioli, y Giuseppe Bertini.
Lo que la autopsía no ha revelado es que ocurrió con el valioso collar de la insigne Orden del Toisón de Oro con la que fue enterrado. “Habíamos esperado un poco en poder encontrarlo, porque se creía que lo lució en su lecho de muerte. Pero nunca sabremos esa verdad», explicó el vicepresidente de la Orden Constantiniana, Edmondo Barbieri Marchi.
Tras la publicación de los estudios, Alessandro Farnese y su esposa volverán desde hoy a descansar en la cripta e la Iglesia de la Steccata.
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.