Un vuelo de Ryanair desde Budapest (Hungría) hasta Edimburgo (Escocia, Reino Unido) se convirtió en una pesadilla para los pasajeros, ya que cuatro de ellos se desmayaron y necesitaron una rápida atención por parte de la tripulación de cabina.
Shaun Pinkerton, de 27 años, fue uno de los afectados y afirmó que estaba «noquedo» y tuvieron que colocarle una «máscara de oxígeno», publicó The Scottish Sun. «Algo iba realmente mal en ese vuelo», dijo, a la vez que reveló que algunas personas temían que no hubiese «suficiente oxígeno».
«La alarma de incendio estaba encendida mientras estábamos abordando, pero el vuelo despegó según estaba planeado», continuó su relato y detalló que aproximadamente una hora después colapsó la primera persona, una joven de 17 años que necesitó reanimación cardiopulmonar. En total, fueron cuatro los desmayados, entre ellos Pinkerton.
Frente a esta situación, los miembros de la tripulación tuvieron que recurrir a tanques de oxígeno para asistir a los pasajeros. Pese a la emergencia, el avión no fue derivado a un aeropuerto cercano y continuó su viaje rumbo a Edimburgo, donde los pasajeros fueron recibidos por un equipo médico.
A pesar de que Pinkerton tiene previsto viajar a Polonia y España en las próximas semanas, esta experiencia «hace que no quieras volar de nuevo. Fue un vuelo infernal», sentenció el pasajero.
La versión de la empresa
Un vocero de Ryanair citado por The Independent afirmó que el avión no tuvo ninguna avería y señaló que la tripulación solicitó asistencia médica en tierra por «dos clientes que se enfermaron a bordo».
Además, expresó que la aeronave «aterrizó normalmente», mientras que los pasajeros que lo necesitaban «fueron recibidos por médicos para un tratamiento adicional».
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