Las nuevas designaciones de ministros efectuadas por Nicolás Maduro Moros en el gabinete ejecutivo significan una pérdida de influencia de los militares en Venezuela.
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Esta semana se pudo conocer que el Almirante Gilberto Amilcar Pinto Blanco era separado del cargo, al frente del Ministerio del Poder Popular para el Desarrollo Minero y Ecológico, para postularse como candidato a diputado a la Asamblea Nacional, en las venideras elecciones parlamentarias previstas por el Consejo Nacional Electoral, (CNE) para el próximo 6 de diciembre, proceso electoral cuestionado por una parte de la oposición venezolana.
Se esperaba que Pinto Blanco fuese sustituido por un militar en el cargo, dada la importancia que este ministerio tiene en la estructura financiera del Estado, pero también por las competencias que desarrolla en un área del territorio nacional, donde la logística militar es imprescindible para operar (el Arco Minero del Orinoco).
El Arco Minero del Orinoco está ubicado en el estado Bolívar, al sur del país. Allí opera una de las principales empresas militares, la Compañía Anónima Militar de Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas (CAMIMPEG), cuya creación cuestionó Control Ciudadano en 2016.
Con la salida del Almirante Gilberto Amílcar Pinto Blanco del gabinete ministerial, desciende la participación militar a un 23,52%. Quedan ocho ministros militares, de treinta y cuatro, de los cuales siete permanecen como oficiales activos de la Fuerza Armada Nacional y uno como parte de la reserva activa, de acuerdo con le Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional, por haber pasado a retiro.
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