Para el gobierno interino que encabeza Juan Guaidó, la llegada de Gustavo Petro a la Presidencia de Colombia, además de la pérdida del vecino país como un importante aliado en la región, implica riesgos para los representantes diplomáticos de Guaidó en Bogotá, para los dirigentes opositores en el exilio y para el control de la empresa Monómeros. El procurador especial, Enrique Sánchez Falcón, dijo que hay que estar conscientes de que la decisión electoral en Colombia significa que Monómeros se perdió.
El gobierno interino, que encabeza Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional (AN) de 2015 y reconocido como presidente encargado por varios países, tendrá pérdidas con la elección de Gustavo Petro (Pacto Histórico) como presidente de Colombia.
Petro asumirá oficialmente el cargo el próximo 7 de agosto, cuando deberá prestar juramento ante el Congreso de ese país, recién electo el 13 de marzo pasado. El día de la toma de posesión presidencial se conmemora también en Colombia la batalla de Boyacá.
Hasta ahora, la administración de Guaidó ha tenido en el presidente saliente Iván Duque un gran aliado. En febrero de 2019, el reconocimiento que hizo Duque del jefe del gobierno interino y el desconocimiento de Nicolás Maduro generó que el gobernante rompiera relaciones con Colombia, las cuales se esperan sean restituidas luego de que Petro asuma el poder, el próximo 7 de agosto.
«La paciencia se agotó, no puedo seguir soportando que se preste el territorio de Colombia para una agresión contra Venezuela por eso
he decidido romper todas las relaciones políticas y diplomáticas con el Gobierno fascista de Colombia. Embajadores y cónsules deben
salir en 24 horas de Venezuela», dijo Maduro el 24 de febrero de 2019.
El nuevo presidente de Colombia ha señalado que Maduro es el presidente de Venezuela electo democráticamente y, este 22 de junio, anunció que se iniciaron los contactos para reabrir la frontera binacional que abarca 2.219 kilómetros.
«Me he comunicado con el gobierno venezolano para abrir las fronteras y restablecer el pleno ejercicio de los derechos humanos en la frontera», informó Petro.
En el caso del gobierno interino, la llegada de Gustavo Petro a la Casa de Nariño, además de la pérdida de Colombia como un importante aliado en la región, implica riesgos para los representantes diplomáticos de Guaidó en Bogotá, comenzando por el encargado de negocios de la embajada, Eduardo Battistini, así como para los dirigentes opositores exiliados en el vecino país, y para el control de la empresa Monómeros Colombo Venezolanos con sede en Barranquilla.
«Colombia ha decidido su futuro en elecciones libres y justas, que es lo que aspiramos y por lo que luchamos sin descanso en Venezuela. Felicitamos a los colombianos y reconocemos la solidez de sus instituciones democráticas, fundamentales para la justicia y la paz», expresó el jefe del Gobierno interino, el 19 de junio, tras conocerse la victoria de Petro.
Guaidó, en su escueto mensaje, eludió mencionar directamente a Gustavo Petro y felicitarlo.
La embajada del gobierno interino
Actualmente, la representación diplomática del gobierno interino en Colombia la ejerce Eduardo Batistini (Primero Justicia), como encargado de negocios.
En Colombia, la representación del interinato ha tenido libertad diplomática y ha funcionado en un edificio de Monómeros, propiedad del gobierno colombiano, dado que la sede oficial «se encuentra bajo usurpación», informa un mensaje en la página web de la representación de Guaidó.
Un reporte de la agencia EFE reseñó el estado de abandono de la sede consular en Bogotá, desvalijada tras la ruptura de relaciones de Maduro e Iván Duque en 2019.
Tanto Petro como Maduro han mostrado su disposición a retomar los nexos bilaterales, con lo cual todo apunta a que cesaría el trabajos de los delegados de Guaidó.
«Esa es una potestad privativa del nuevo gobierno sobre lo que harán, pero creo que hay que esperar porque no sabemos a ciencia cierta qué es lo que pueda ocurrir. Hemos visto unas señales positivas sobre lo que ha dicho Petro sobre Venezuela, pero son conjeturas, especialmente cuando era candidato. Una cosa fue en ese momento y otra, ahora, que es presidente, lo más prudente es esperar», señaló una fuente diplomática del interinato consultada por TalCual.
El triunfo de Petro hace recordar la medida que asumió el gobierno de Maduro cuando se concretó el cambio de gobierno de Bolivia. En noviembre de 2020, el entonces canciller de Maduro en Bolivia, Jorge Arreaza, retomó el control de la sede de la embajada de Venezuela en La Paz, tras el triunfo de Luis Arce, abanderado del Movimiento Al Socialismo (MAS) como presidente de ese país.
Como parte del regreso revolucionario a esa representación diplomática, Arreaza descolgó el retrato de Juan Guaidó y colgó en su lugar el del Libertador Simón Bolívar.
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