La jornada de los Premios Internacionales de Periodismo concluye con una entrevista del director de EL MUNDO, Joaquín Manso, a la dirigente que encarna «la esperanza del cambio» en Venezuela.
El chavismo mantiene una maquinaria represiva nunca vista con anterioridad en América Latina en contra de una líder opositora. La hostiga y persigue no sólo a ella, también a su familia y a sus colaboradores para forzar su rendición. A los seis dirigentes asilados en la Embajada de Argentina les han cortado luz y agua, prohibido la entrada de alimentos, amenazado con drones y armas largas. Más de 150 dirigentes opositores figuran entre los 1.903 prisioneros políticos de las mazmorras de la revolución. Muchos otros están escondidos o han huido del país.
Todo vale para conseguir que Machado (57 años) abandone el liderazgo de un movimiento de liberación nacional que ha asombrado al mundo. Incluso las falsas acusaciones por traición a la patria, colaboración con países extranjeros y asociación para delinquir. Maduro la insulta y amenaza de forma constante en televisión, incluso se ha inventado 14 atentados en su contra dirigidos por la líder opositora. A resguardo durante cuatro meses, la dirigente liberal no cede en su empeño: liberar a su país para que los nueve millones de venezolanos obligados a huir de sus hogares vuelvan a ellos.
Pregunta. Resta poco más de un mes para esa fecha clave del 10 de enero. ¿Qué queda de la esperanza del cambio que manifestaron los venezolanos en las elecciones del 28 de julio, que cuenta con el respaldo de tantas personas a lo largo del planeta?
Respuesta. Todos los que conocen Venezuela saben el momento decisivo, único, épico, que estamos viviendo. Por una parte, un régimen que ha quedado totalmente expuesto ante el mundo por su carácter dictatorial y por su dimensión criminal. Vemos lo que está ocurriendo estos días en la Corte Penal Internacional (CPI) con su investigación por crímenes de lesa humanidad, que han sido denunciados por la propia Misión de Verificación de Hechos de Naciones Unidas. Lo vemos con la represión de estos días. El régimen ha ido escalando y escalando cada vez más. Siguen niños y jóvenes presos, acusados de terrorismo, que han sido torturados. El informe de Amnistía Internacional publicado esta semana es simplemente espeluznante. Sigue el acoso creciente a la Embajada de Argentina, que cuenta con la protección de Brasil, donde están nuestros compañeros del comando. Llevan más de ocho meses asilados y ahora no solamente les han cortado el agua, la luz y el acceso de alimentos. También les han rodeado tomando las villas de los alrededores. Y además la represión contra los hogares de nuestras familias. Es un régimen desatado, que se ha quitado las caretas. Pero entendamos que esta no es una señal de fortaleza, por el contrario: es una muestra de debilidad. Lo único que les queda es sembrar el terror como forma de tapar las fracturas que existen dentro de la propia tiranía, que están siendo más y más evidentes. Vamos hacia el 10-E, un hito muy importante porque la Constitución venezolana establece que el presidente electo, que es Edmundo González Urrutia, debe juramentarse. Nicolás Maduro tiene la opción de aceptar los términos de una negociación que le hemos ofrecido o simplemente aferrarse a sangre y fuego al poder, en cuyo caso estaría cometiendo un grave error, porque créanme va a iniciarse la fase más difícil para la propia tiranía. Las presiones internas y externas crecerían significativamente. Estamos viendo el 10 de enero como lo que es: un hito en la Constitución, un compromiso de movilización, de fuerza interna y externa, pero sobre todo una prueba para el propio Nicolás Maduro y la tiranía.
P. El dictador Maduro está obsesionado con su localización y con quién le da cobijo. Buscando desanimar al pueblo venezolano, aseguró que les había abandonado en la lucha y que permanecía casi al mismo tiempo en Madrid, Panamá o Colombia. Esta semana inventó que regresó al país y que va de embajada en embajada. Sin embargo hoy está aquí, en directo, desde Venezuela.
R. Por supuesto, es absurdo realmente. Uno no entiende la lógica del régimen, donde se contradicen unos y otros. Que se pongan de acuerdo. Yo estoy aquí, con los venezolanos, consciente del momento en el que vivimos, acusada de terrorismo y traición a la patria. Diosdado Cabello (ministro de Interior) ha dispuesto a todos los órganos de Seguridad a buscarme para capturarme. Pero tengo la seguridad de que pese a estos momentos de altísimo riesgo nos estamos acercando cada día más y más al momento que va a consolidar la transición democrática y que va a permitir que los venezolanos forzados a irse de su país puedan regresar.
P. Maduro la persigue por todos los frentes, también a sus colaboradores. Rodean la vivienda de su madre, también la Embajada, de Argentina. Sin embargo usted mantiene que esto es un momento de debilidad del régimen, que hay una especie de cuenta atrás: EEUU e Italia han reconocido a Edmundo como presidente electo, la CPI exige la liberación de los menores. ¿Qué pasos podemos esperar en los próximos días?
R. Es muchísimo lo que hay que hacer. Hemos logrado gracias al trabajo de la diáspora, del que me siento muy orgullosa, que Venezuela se convierta en una causa global. Han sido nuestra voz para que el mundo entienda la crueldad de lo que ocurre en Venezuela, la heroicidad de las organizaciones ciudadanas. No solamente derrotamos al régimen con sus reglas, les ganamos por más de 40 puntos, lo que significó el colapso del chavismo como movimiento político. También estamos ante la oportunidad que significa esta transición, su significado para España, para Europa, para América Latina, tanto la prolongación de esta tiranía como la transición ordenada. El régimen está completamente aislado internacionalmente, Maduro es un paria mundial. Pero además internamente el 90% del país quiere un cambio político, con una oposición unida, donde las fracturas del régimen se están dando. ¿Qué hay que hacer entonces? Hacer entender a Maduro que el costo de quedarse en el poder a la fuerza, con violencia, se hace insostenible. Es muy importante que Europa le haga sentir a Maduro que quienes han cometido crímenes de lesa humanidad van a ser responsables de los mismos, porque eso envía una señal inequívoca para quienes todavía hoy apoyan a Maduro y que Maduro les está dando órdenes de reprimir. Es muy importante que esas señales lleguen. Maduro se ha ido insertando en redes del crimen organizado, no sólo en el narcotráfico, también en redes de contrabando de oro, minerales y personas. Muchos de esos recursos van luego al sistema financiero. Eso hay que cerrarlo, hay que denunciarlo, es la corrupción del sistema. Necesitamos que Europa actúe con mucha más firmeza, que no sea en solitario el Parlamento Europeo, sino que todos los gobiernos, comenzando por España, reconozcan a Edmundo González como lo que es, presidente electo que debe ser juramentado como presidente constitucional.
P. El Gobierno español acaba de designar a Álvaro Albacete como nuevo embajador en Caracas, el más cercano a la izquierda radical española de los que ha habido hasta ahora. ¿Qué le hace temer esta deriva del Gobierno español? Usted, que ha hablado con muchos líderes mundiales, ¿lo ha hecho con Pedro Sánchez?
R. Nunca he hablado con Pedro Sánchez, sí he hablado con Relaciones Exteriores. Y he hablado con líderes de todas las organizaciones políticas y del Congreso, donde tenemos grandísimos amigos. Siento que el pueblo español asume la causa venezolana como propia, solamente por la cantidad de venezolanos que ustedes han acogido, y porque queremos que regresen. Siento que la transición de Venezuela es inevitable, antes del 10-E, durante o después, nadie lo puede decir. Al final quien está contra la pared es Maduro, veremos qué decisión toma: o acepta que Edmundo González es el presidente electo o se atrinchera, consolida el golpe de Estado que dio el 28-J y se termina de hundir y de aislar. Y al final España y el resto de los países del mundo tienen claro que el 28-J cambió irreversiblemente la historia de Venezuela. La soberanía popular se respeta.
P. EEUU se ha ofrecido a transportar a Edmundo si se lo piden. ¿Qué más puede hacer EEUU para que la presión interna y externa termine doblando el brazo de la dictadura?
R. Sentimos que EEUU tiene una enorme posibilidad de acción y al final nosotros hemos logrado que EEUU mantenga la causa venezolana como una causa bipartidista, precisamente por la importancia que tiene el conflicto venezolano en materia de seguridad nacional y seguridad hemisférica. Los grandes temas que hay preocupan a este continente, todos confluyen en Venezuela. En el tema de la emigración, nosotros tenemos la crisis migratoria más grande del mundo, más que Ucrania, más que Siria. No hay manera de resolver el tema migratorio mientras Maduro siga en el poder, la gente se va cuando no siente futuro para sus hijos. Si Maduro prolonga esta tragedia podemos ver a 2, 3 ó 4 millones de venezolanos cruzando esa frontera hacia el norte. Es una tragedia para nosotros pero también desestabiliza la región. Maduro ha usado la migración de manera intencional como un arma de desestabilización regional. Si logramos una transición ordenada no solamente van a parar los flujos migratorios, también van a regresar a un país golpeadísimo económicamente pero con un futuro luminoso por delante. Lo mismo aplica para las relaciones geopolíticas del régimen: Maduro ha abierto Venezuela ante Irán, Rusia, Hamas, Hizbulá, incluso regalando a muchos de sus miembros pasaporte venezolano. Nosotros vamos a erradicar este tipo de actividades de nuestro territorio, también vamos a desmontar las redes del crimen organizado. En síntesis, nosotros vamos a convertir a Venezuela del hub del crimen de las Américas que es hoy al hub energético en pocos años. Abriendo mercados, asegurando el Estado de Derecho y con garantías para la propiedad privada.
P. El nuevo secretario de Estado, Marco Rubio, es partidario declarado de la causa democrática de Venezuela. ¿Qué espera de Trump?
R. Ha sido una señal muy positiva, es el primer hispano que asume una responsabilidad de esta magnitud. Hay pocas personas en el Congreso que tengan tan claro cuáles son las amenazas reales que existen para América Latina. Y desde luego una de ellas son los vínculos entre Venezuela, Nicaragua y Cuba. Hace unos años el régimen venezolano dependía de la inteligencia del régimen cubano. Hoy en día es al revés: Maduro quita recursos públicos que requiere la sociedad y le envía la gasolina a Cuba o Nicaragua para soportar estas tiranías desalmadas. La salida de Maduro va a generar enormes olas expansivas de fortalecimiento de la libertad, la democracia y la prosperidad en el hemisferio occidental. Y desde luego incluyendo a España, que aspiramos eleve su voz con claridad con lo que saben que está pasando en Venezuela. No es un momento para ser neutral o equidistante, o para alegar la ignorancia. Todo el mundo sabe lo que está pasando en Venezuela en estas horas. Si hay un país en Europa del que nosotros aspiramos a sentir su voz solidaria con los venezolanos es España, porque sabemos que el pueblo español nos acompaña.
P. ¿Qué mensaje envía para los venezolanos de la diáspora, para que mantengan viva, desde donde quiera que estén, la lucha del pueblo de Venezuela?
R. Aquí nadie se chupa el dedo. Utilizaron la emigración como un arma de desestabilización política. Paradójicamente, esto se le he revertido al régimen. El regreso de los hijos a sus familias se convirtió en el gran elemento galvanizador que creó este movimiento con implicaciones profundas, que unió a Venezuela en un 90%. Esto se ha convertido en una fuerza poderosa y nuestra diáspora es la voz, el alma de Venezuela que sacude al mundo. Hoy les pido que no dejen de elevar sus voces. El 1 de diciembre salieron en más de 200 ciudades por el mundo, también en Venezuela. Nos hicimos escuchar y el fiscal de la CPI salió a hablar de Venezuela. Sí funciona la presión y la movilización, la organización y el profundo anhelo de encontrarnos los venezolanos. Ese es mi mensaje: sigan siendo nuestra voz, aquí nadie se cansa. Estamos avanzando y pronto los traeremos de vuelta a sus casas.