La “cuarentena social” decretada por Nicolás Maduro como medida para combatir la pandemia de COVID-19 –la cual para este 29 de abril ya había infectado a 329 personas en Venezuela– ha permitido también que el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) refuerce el control social sobre la población.
No se trata de una consecuencia accidental, es algo que de hecho el gobierno de Nicolás Maduro ha propiciado desde los comienzos de la cuarentena, valiéndose del combate contra la COVID-19.
El pasado 15 de marzo, fecha en la que el mandatario anunció la aplicación de la cuarentena, él mismo instruyó a los consejos comunales y Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), para que aseguraran el suministro de alimentos en el país.
Esta acción ha sido llevada a cabo por los Clap en algunas zonas de la capital, como La Vega, donde al principio de la cuarentena llegaron algunas cajas de comida, pero a medida que se ha agudizado la crisis de combustible, estas se han ido entregando de forma inconsistente.
El suministro irregular del Clap ha propiciado que en algunos sectores, como Catia, la gente rompa el aislamiento social y salga a buscar algún tipo de alimento.
Ángel Cacique, dirigente vecinal de Catia, señala que el control social a través de los consejos comunales comenzó inclusive antes de la cuarentena. Explica que los consejos comunales legítimos, poco a poco, fueron remplazados por los Clap, los cuales estaban conformados en su mayoría por voceros conocidos del PSUV.
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