Para el periodista Rafael Poleo, la crisis venezolana trascendió desde el punto de vista geopolítico. Los intereses de Estados Unidos y Rusia ya juegan un papel importante dentro de la política nacional, así lo dio a entender el comunicador en una entrevista ofrecida a El Tiempo de Colombia.
El Tiempo | María Angélica Correa
Rafael Poleo no requiere presentación en Venezuela. Es reconocido por su vasta experiencia como periodista –de pezuña, como él mismo se define–, dueño de dos medios de comunicación, político sin ejercer el oficio, sino escudriñándola, viendo pasar a todos los presidentes de la era democrática desde Rómulo Betancourt. Desde su exilio en Miami, afirma: “Un cambio político en Venezuela requiere un acuerdo al menos tácito entre Estados Unidos y Rusia”.
¿Cuál es su lectura de la denuncia del presidente Iván Duque sobre la compra de misiles que habría realizado el régimen de Nicolás Maduro?
Maduro necesita distraer a una población agobiada por un nivel de vida intolerable, para lo cual pocos recursos le serían tan útiles como una atmósfera prebélica con Colombia, la cual le serviría también para justificar una mayor represión, elevando los actos normales de la oposición a la categoría de traición a la patria.
El alarde de sus preparativos bélicos no se puede pasar por alto, porque es muy capaz hasta de provocar incidentes de alto nivel. En ese sentido, la actitud del presidente Duque es una oportuna alerta dirigida a la comunidad internacional. Pero también hay que cuidarse de caer en provocaciones.
Julio Borges ha dicho que cuando se han unido la presión nacional e internacional se ha estado cerca de un desenlace. ¿Esta es la situación actual?
Con Estados Unidos encabezando y graduando esa presión internacional, este factor queda inevitablemente atado al proceso electoral estadounidense. El presidente Trump debe tener medido el efecto que esa presión tendrá sobre su reelección, y la oposición venezolana tiene que estar lista para liberar esa presión nacional de la que habla Borges, la cual solo será efectiva cuidando de que haya un alto grado de unidad de la oposición y una buena coordinación con los factores externos.
Usted tiene un sólido conocimiento del mundo militar venezolano. ¿Cuál es su diagnóstico?
Ese mundo militar ha cambiado de aspecto, mas no de esencia. El ascenso, meta natural del militar de carrera, era un hecho básicamente político para alcanzar el generalato, pero con el chavo-madurismo lo es desde el momento de entrar en la Academia. Eso ha creado un estamento militar aparentemente leal al régimen, pero la experiencia enseña que en estos casos lo que se desarrolla es la simulación de lealtad y la presteza para el cambio de chaqueta.
Por otra parte, las ventajas de las que gozan los generales, especialmente los ligados al narcotráfico, no han permeado hasta los niveles medios, cuya moral está más bien erosionada por el contacto diario con la miseria de la población y la de sus propios allegados. Por todo eso, no veo al grueso de los militares venezolanos defendiendo al régimen frente a la coincidencia de presiones internas y externas de las que habla Borges.
Rusia no irá a la guerra por Venezuela, donde más bien está liquidando activos, y Cuba hará lo que Rusia diga.
¿Cuál cree usted que sería la respuesta de los militares ante una presencia militar de los aliados en territorio venezolano?
En la oficialidad media hay conciencia de su impreparación, y de su desventaja en recursos para el combate, y los generales son una casta socarrona que se beneficia de su posición, pero cuida mantener contacto con la oposición civil a través de familiares y amigos. Por muchas razones, no hay posibilidad de una resistencia militar sólida frente a una acción militar aliada.
Óscar Izurieta, excomandante en jefe del Ejército chileno, quien fue el enlace entre la institución castrense y Augusto Pinochet cuando este fue arrestado en Londres, recientemente dijo: “En el caso chileno pesó mucho que Pinochet se haya quedado como comandante en jefe”. ¿Qué piensa de esto?
Entiendo que usted alude al rol del general Padrino. Este representa hoy los intereses de Putin en Venezuela. Como un cambio político en Venezuela requiere un acuerdo al menos tácito entre Estados Unidos y Rusia, es posible que Padrino permanezca algún tiempo en el Ministerio de Defensa, sobre todo si el cambio es negociado, como lo fue el chileno.
En el caso de Bolivia, considerando que Evo Morales es discípulo de Chávez y Fidel, y que su método fue corromper las fuerzas armadas para blindarse en el poder, ¿por qué el alto mando militar boliviano forzó la salida de Morales?
En todo el mundo, pero especialmente en estos países de institucionalidad precaria, la lealtad de los militares debe ganarse día a día. La precariedad institucional les enseña y obliga a actuar así.
¿Cree que sería útil que en el gobierno de emergencia nacional que plantea el presidente Guaidó participen en forma conjunta fuerzas políticas opositoras y del régimen?
Después de unas elecciones aceptables y en un esfuerzo nacional de recuperación, la presencia del chavismo es inevitable, porque en unas elecciones normales esa tendencia obtendría hasta un 15 % de los votos, porcentaje que se incrementaría o disminuiría según la gestión de los gobiernos democráticos subsiguientes. Por supuesto, sería difícil la presencia de los señalados por crímenes. Habría nombres nuevos.
¿Cómo se manejaría en ese gobierno el tema militar?
Tenemos la experiencia de 1958. Se habla de una dictadura de Pérez Jiménez, pero aquel régimen era formal y explícitamente un gobierno de las Fuerzas Armadas, como luego sería en Chile el de Pinochet. Y quienes forzaron la salida al exterior de Pérez Jiménez fueron los militares, así como los militares chilenos aceptaron la realización de elecciones limpias y la entrega del poder al electo Aylwin, luego de obtener las inevitables garantías de que no habría retaliaciones contra ellos.
¿El cese de la usurpación se puede lograr sin el apoyo de las fuerzas armadas venezolanas que tienen poder de tropa?
Apoyo quizás no sea la palabra propia, pero el cambio político en Venezuela pasa por el Fuerte Tiuna.
¿Cómo ve la situación actual de Venezuela con ejércitos de otros países dentro y fuera del territorio venezolano que tienen como objetivo la defensa del régimen?
Rusia no irá a la guerra por Venezuela, donde más bien está liquidando activos, y Cuba hará lo que Rusia diga.
¿Debe el presidente Juan Guaidó solicitar la activación del artículo 168.11 de la Constitución?
El maquillaje constitucional sería a posteriori en este caso, empezando porque lo más inconstitucional es que Maduro esté ejerciendo la presidencia.
Apoyo de las Fuerzas Armadas quizás no sea la palabra propia, pero el cambio político en Venezuela pasa por el Fuerte Tiuna
¿Qué piensa de la posición política de Henrique Capriles?
Capriles tiene una antigua relación con Cuba, lo cual lo convierte en motivo de otra crónica. En todo caso, desde hace tiempo no es un personaje relevante. Si tuviera poder en su propio partido (Primero Justicia), no hubiera adherido a la proposición electoral de Maduro.
¿Cómo está actualmente el poder político y militar de Diosdado Cabello?
La alianza gobernante es entre Maduro y Padrino. En junio, a Cabello le retiraron del Ejército a sus compañeros de generación. Conserva algún poder en el partido, pero desde el Gobierno se lo han ido comiendo. En fin, es una figura menguante.
Usted, que maneja el tema político de EE. UU., ¿cómo ve el apoyo hacia Juan Guaidó, de ganar las elecciones Biden?
Para actuar con eficacia en un caso como el venezolano, un presidente de Estados Unidos requiere el apoyo del Congreso, empezando por la bancada oficialista. Con la situación actual del Partido Demócrata, Biden tendría dificultad para conseguir ese apoyo.
Con información de El Tiempo
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