¿Dónde estamos los venezolanos, políticamente hablando?
“Cuando no hay democracia el ejercicio del voto responde a una razón estratégica o táctica”, nos dice Freddy Guevara, con quien recorrimos variados puntos de la política venezolana, de forma optimista, pero cautelosa, frente a una lucha que a veces parece muy cuesta arriba.
Por ALFREDO MICHELENA | Revista Zeta
Freddy Guevara es un joven de esa generación de nuevos políticos, que surgieron al comienzo del siglo, a partir de la lucha universitaria. Es de la generación que aparecieron en la palestra pública en 2007, con las manifestaciones, a raíz del cierre de Radio Caracas Televisión, así como en las procuras de un NO, que impidiera aprobar una constitución de corte abiertamente socialista/comunista, en un referéndum que el propio Chávez finalmente perdió.
Guevara no las ha tenido fácil. En 2017 despojado arbitrariamente de su inmunidad parlamentaria, tuvo que asilarse en la embajada de Chile, donde estuvo tres años hasta que una negociación, que según nos informó adelantó Capriles Radonsky con el régimen a la sazón de las parlamentarias de 2020, le permitió regresar a la vida pública.
Al momento, Guevara está vinculado a varias actividades internacionales, la más conocida es su participación en la mesa de negociación que se ha venido reuniendo en México y que podría volver a hacerlo si Maduro decide retomar estos diálogos.
Tuvimos la oportunidad de conversar con él sobre varios temas de actualidad.
Las lecciones del 21N
¿Cuáles son las lecciones que ha sacado de las últimas elecciones?
F. G. – Yo veo varias. Quizás la más importante es que la diferencia que había entre dos grandes estrategias políticas, ya de alguna forma no tiene sentido.
Una parte de los sectores democráticos planteaban, con convicción, la tesis de la «avalancha mata fraude». Es decir, si nos movilizamos y nos organizamos, no importan las tropelías del régimen, ellos van a verse obligados a aceptar el resultado. Y creo que con lo de Barinas quedó demostrado que eso no es así.
Es decir, abordar el próximo reto que viene, que es el tema presidencial, en una lógica en que no se tome como un punto central la lucha por condiciones electorales verdaderamente libres, es un camino que nos va a llevar a repetir lo de Barinas.
Barinas mostró, en especial a esos actores europeos que aún tienen esa duda, que todo lo hicieron ellos con lo electoral fue un maquillaje, como lo de permitir la presencia de la Unión Europea. Pero que, cuando esto amenaza sus intereses fundamentales, como en este caso, que es un interés político y simbólico, echan todo por la borda. Una elección libre no depende de las maquinitas, es que si no hay democracia, ni estado de derecho, pueden robártelas en cualquier momento.
La opción electoral
¿Si ganan las próximas elecciones de Barinas, esto no desmantela su tesis?
No. Que logremos revertir por segunda vez esta trampa, no significa que ellos perdieron su capacidad de generar el robo electoral. Ellos siguen teniendo el Tribunal Supremos de Justicia para revertir cualquier resultado electoral.
Si se gana Barinas, y ese sería un gran logro, no podemos dejarnos ilusionar de que ya no existe este problema.
Entonces, ¿cómo queda la opción electoral?
No estoy planteando que hay que descartar esta opción. No creo que nadie puede estar en desacuerdo que la mejor salida para esto es una salida negociada, una solución electoral. Pero una cosa es lo que se quiere y otra lo que se puede.
Los procesos electorales pueden servir como mecanismos de participación y organización, de generación de dilemas para la dictadura. Pero no hay que hacerse ilusiones. Después de que ellos perdieron el parlamento en 2015, tomaron la decisión de generar todos los mecanismos necesarios para protegerse en una contienda electoral. Ya la tesis que se planteaba antes del 2015, de que no estamos en las condiciones perfectas pero que si nos organizamos podemos superarlo, no es aplicable.
Y, ¿cree que unas elecciones libres y justas se conseguirán a través de los procesos de negociación, como lo plantean EE.UU. y la Unión Europea?
Uno de los objetivos centrales de la negociación es conseguir que las elecciones presidenciales puedan ser lo antes posible y que la voluntad del pueblo sea respetada. No es el único objetivo, pero es un objetivo sine qua non. También hay otros de suma importancia como la necesidad de garantizar justicia, reconciliación, gobernabilidad, un camino que permita reconstruir al país.
Votar en dictadura
Acabo de leer un artículo de Paola Bautista de Alemán, quien recordaba algo que parece de Perogrullo, pero no lo es, y es que estamos en dictadura. Y esto implica que la dictadura no va a permitir unas condiciones electorales que ella piense que les son desfavorables.
Claro, de acuerdo. Cuando no hay democracia el ejercicio del voto responde a una razón estratégica o táctica. Veamos, la no participación ha sido beneficiosa en algunas oportunidades, por ejemplo el no haber participado en 2018 fue lo que deslegitimó a Maduro. Esto generó un desconocimiento internacional y en contraparte el reconocimiento de la Asamblea Nacional y del Gobierno Interino. La participación fue buena, por ejemplo en 2015.
¿Entonces, en las próximas elecciones en Barinas hay que participar?
La participación en Barinas puede ayudarnos a elevar más las tensiones dentro del régimen.
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