Entre el terror, la tristeza, la desolación y sin explicación. Así pasaron 432 días de la vida de Antonia Turbay, prisionera del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional –Sebin– en El Helicoide ¿Su delito? Ser vecina del Comisario Iván Simonovis, quien se fugó de su casa, pese a contar con la custodia de 10 funcionarios de la policía política de la administración de Nicolás Maduro.
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Turbay contaba con una boleta de excarcelación desde el 26 de julio de 2019, pero fue el 31 de agosto de 2020, que finalmente quedó en libertad, luego de que fuera anunciado el decreto de Nicolás Maduro, en el que aprobó el indulto para 110 presos políticos y diputados del país.
Después de todo este tiempo, “toñita”, como le dicen por cariño, aún no tiene claro el motivo que llevó a las autoridades venezolanas a relacionarla con Simonovis.
“No tengo una respuesta fehaciente ni creíble, porque es que todavía no lo sé, porque yo nunca supe de quien fui presa, pero fui presa de alguien, yo llené una estadística de alguien. O sea, el expediente de la fuga de Simonovis se resolvió con un detenido y la detenida fui yo”, sostuvo Antonia.
Turbay es una señora de 66 años, abogada familiar, una persona muy conocida en la urbanización Ávila, debido a que tiene más de 25 años formando parte de la Asociación de Vecinos.
“El día que Simonovis se fue yo me enteré por el chat de la urbanización. Los vecinos, alarmados, dijeron que la urbanización estaba tomada por el Sebin y que había sebines caminando por toda la urbanización, así fue como me enteré. Lo que menos yo me imaginé es que Iván después estar cuatro años y medio de casa por cárcel, podría fugarse, porque yo pensé que él estaba muy bien ahí”, continuó relatando toñita.
Antonia afirma que “ni un café yo me he tomado en su casa”. Pero ante la situación, “yo me comuniqué con Bonis en ese momento y ella me contestó diciendo que ella estaba en Alemania, que ella no sabía de la decisión de Iván y que bueno, él se había ido. Yo me comuniqué con el abogado de Simonovis y le dije que yo lo llamaba porque Bonis, al preguntarle que a quién llamábamos en caso de una emergencia, de una invasión, de un cortocircuito, de cualquier (otra cosa), como lo hacemos en la urbanización, porque mucha gente que se ha ido al exterior, entonces quién más que tus vecinos que te puedan cuidar la casa”, expresó.
Es decir ¿Su delito fue llamar o comunicarse con el abogado de Iván Simonovis? Fue una de las preguntas que le hicimos, a lo que Antonia dijo: “Aparentemente sí, entonces como el abogado es el abogado, la otra persona pudo ser la que lo pudo ayudar a escapar, porque de eso fue que me acusaron, facilitación de fuga de detenido”.
El Helicoide
Turbay aseguró que tiene “muchas lagunas mentales” sobre lo vivido en El Helicoide, “porque fue muy impactante. Los interrogatorios fueron muy duros, aunque nunca me torturaron físicamente, porque no me torturaron, la casa nunca me la allanaron, pero es que nunca me había visto en medio de unos policías. Iban preguntas, venían, yo me cansé hasta la saciedad de decirles que yo no tenía nada que ver”.
A su juicio, los funcionarios del Sebin “tampoco sabían qué hacer y pasó un día, dos días, tres días, cuatro días. Al cuarto día me reseñaron y ya cuando me reseñaron yo sabía que me iba a quedar detenida”, contó.
Para Antonia Turbay, haber tenido que utilizar el uniforme de presidiaria, siendo inocente, fue lo más vergonzoso y denigrante que tuvo que pasar durante estos 14 meses privada de libertad.
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