La negativa de los partidos de la oposición venezolana a participar en las elecciones del Parlamento venezolano, en diciembre, marca formalmente el inicio de una nueva etapa en la lucha política contra el gobierno en disputa de Nicolás Maduro, concluyen analistas.
En esa fase, advierten, el madurismo probablemente asumirá el control de la Asamblea Nacional, bajo la condena de la comunidad internacional, mientras la oposición deberá modificar su estrategia para intentar derrocarle, ya sin asidero en institución alguna.
Un total de 27 agrupaciones políticas emitieron un comunicado conjunto el fin de semana en el cual previeron que las votaciones del 6 de diciembre serán manipuladas por el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela, con Nicolás Maduro a la cabeza, y advirtieron que participar en estos comicios sería “colaborar con la estrategia de la dictadura”.
“De manera unánime, decidimos no participar en el fraude electoral convocado por el «régimen’ de Maduro», precisa el texto conjunto.
El documento lo firmaron, entre otros, Acción Democrática, Voluntad Popular, Un Nuevo Tiempo y Primero Justicia, considerados los partidos más influyentes de la oposición venezolana y apodados como el ‘G4’ por su trascendencia.
Sin aportar detalles, llamaron a las fuerzas sociales y políticas de Venezuela a construir “un nuevo pacto unitario y una nueva ofensiva democrática”. El presidente interino y del Parlamento opositor, Juan Guaidó, respaldó el comunicado.
El texto se divulga una semana luego de que una delegación de Noruega visitará Venezuela para sopesar la posibilidad de retomar formalmente un diálogo político entre gobierno y oposición, según confirmaron el despacho de Guaidó y el mismo presidente en disputa, Nicolás Maduro.
Daniel Varnagy, doctor en ciencias políticas y docente de la Universidad Simón Bolívar de Caracas, concluye que la oposición ha optado por definir pragmática y éticamente su postura ante una votación de resultado amañado.
“Produce más rédito político, de cara al futuro, el no participar de una situación amañada que participar. Lo que hace es apostar al futuro. Desde la ética, dar legitimidad al sistema en el cual estamos y a unas instituciones que no son independientes no es acercarse hacia lo bueno”, declara a la Voz de América.
El comunicado, entiende, envía un mensaje a la ciudadanía y al mundo de que no se convalidará un sistema políticamente corrompido.
Varnagy observa que el hecho político en Venezuela ha pasado a un segundo o tercer plano de interés para la ciudadanía, agobiada por la crisis y la pandemia.
“Esta declamación no reconquista la confianza que se perdió hacia sus partidos políticos, pero es un paso en dirección a ello. Es una luz, pero no logro ver si es un fósforo que se va a apagar o si es un foco que se enciende”, sentencia.
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