La decisión de la administración demócrata de Joe Biden y Kamala Harris de no extender el programa de parole humanitario a migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, a un mes de las elecciones presidenciales, deja a miles de ciudadanos de esas nacionalidades en un limbo migratorio.
El programa, que fue puesto en marcha en octubre de 2022 para los venezolanos, posteriormente fue extendido a cubanos, haitianos y nicaragüenses, las nacionalidades de los migrantes que con más frecuencia intentaban cruzar la frontera. El programa les permitía vivir y trabajar en el país durante dos años mientras trataban de obtener otro estatus legal.
Pero el programa de la administración Biden-Harris que llegó a su fin, ha permitido que alrededor de 530,00 migrantes cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos, puedan residir y trabajar legalmente en EEUU, según cifras oficiales.
La medida fue implementada con la esperanza de reducir el ingreso ilegal de extranjeros en la frontera Sur, por donde han entrado más de 10,6 millones de migrantes, principalmente de estos países en dictadura y con crisis política, desde la llegada de la administración Biden-Harris a la Casa Blanca.
La decisión llega justo un mes antes de las elecciones presidenciales de 2024, para las que la demócrata Kamala Harris intenta proyectar una postura más enérgica en lo que respecta a la inmigración, un tema que preocupa al electorado estadounidense debido al alza de las viviendas y los problemas a la seguridad nacional. 1.8 millones de indocumentados lograron fugarse del control de la Patrulla Fronteriza, según reportes de la Oficina de Aduana y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).
Funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional dijeron el viernes que aquellos migrantes que han cumplido los dos años deben solicitar otro tipo de estatus legal, salir del país o enfrentar la deportación. Muchas de las nacionalidades pueden optar por distintas vías, incluido lo que se llama “estatus de protección temporal” para los venezolanos y haitianos, que les permite permanecer en Estados Unidos debido a disturbios, violencia extrema o desastres naturales devastadores en sus países de origen.
“Este periodo de dos años pretendía permitirles a las personas solicitar ayuda humanitaria u otros beneficios de inmigración para los que podrían ser elegibles, así como trabajar y contribuir a Estados Unidos”, declaró Naree Ketudat, portavoz de Seguridad Nacional.
Los nuevos migrantes en la frontera todavía pueden solicitar su admisión al programa, el cual no afecta a los procedentes de Afganistán o Ucrania.
¿Crónica de una suspensión anunciada?
El parole humanitario, que beneficia a cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos, fue suspendido a principios de agosto ante las evidencias de fraude en al menos 101,000 solicitudes de patrocinio, reveladas en un informe de la Federación para la Reforma de la Inmigración Estadounidense (FAIR, por sus siglas en inglés).
Tres semanas después el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés) anunció la reanudación del programa, con la implementación de medidas «más rigurosas» para evitar los casos de fraudes, que dejaban serias dudas sobre su efectividad.
Un mes después, el Gobierno demócrata anunció la suspensión del programa en principio para venezolanos, que han huido de la crisis socioeconómica y política que vive el país suramericano tras 25 años de chavismo. En horas de la tarde de este viernes, 4 de octubre, se conoció que la medida se extiende a todos los beneficiarios del programa.
A quienes ingresaron al país mediante el parole «se les va a dar una notificación de que el permiso humanitario no se extiende, por lo tanto tienen que regresar a su país», explica la abogada especialista en Inmigración, María Herrera Mellado, conversación con DIARIO LAS AMÉRICAS.
En riesgo ante un error
Menciona que esta notificación no implica, por ejemplo, que los casi 120,000 venezolanos que fueron beneficiados por el parole tomen la decisión de regresar a Venezuela, de donde continúan huyendo miles de ciudadanos tras la brutal represión desatada por el régimen de Nicolás Maduro luego de que perdiera las elecciones presidenciales del 28 de julio.
Herrera Mellado descarta que la actual administración, o una próxima que pueda asumir tras las elecciones del 5 de noviembre, vaya a iniciar un proceso de deportación masiva de cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos, a menos que ellos cometan delitos o estén relacionados con el crimen organizado, como la banda trasnacional de origen venezolana el Tren de Aragua, que se ha extendido por varias ciudades de EEUU durante el Gobierno demócrata.
«Que te notifiquen no significa que te vayan a poner ni en proceso de deportación ni que te vayan a ir a arrestar, por lo tanto va a haber un movimiento rápido de muchas personas de intentar permanecer aquí de cualquier forma (…) Mientras ellos no delincan, van a tener su tiempo para ajustar (su estatus migratorio). Ahora, en el momento que cometan delitos o se asocian al crimen organizado, ahí sí (van a ser deportados), pero no particularmente creo que vayan a ir contra ellos», señala.
¿Qué opciones tendrán los venezolanos tras la suspensión del parole?
La abogada especialista en migración recuerda que el programa de parole humanitario no asegura un estatus migratorio en el país, por lo que, aunque aún existan algunas opciones para regularizar su situación, muchos de los beneficiarios «no van a poder ajustar el estatus».
«En el momento que se queden ilegal están en riesgo», sostiene Herrera Mellado, al considerar que cualquier error que cometan o con una aplicación de asilo que no corresponda, podría afectar su situación en EEUU.
El asilo, es una de las alternativas que tendrían los ciudadanos afectados por la suspensión del parole humanitario, siempre y cuando, hayan sido víctimas de la persecución de régimen tiránico por razones políticas, por pertenencia a un grupo social determinado o por raza.
«Vamos a ver una subida en el incremento de solicitudes de asilo por parte de los que vinieron con permiso humanitario. Evidentemente, se supone que debían de haber demostrado que merecían un permiso humanitario, pero como no lo hicieron, ahora lo van a tener que hacer. Esa va a ser la opción mayoritaria que van a elegir los que han venido a este país«, subraya, al recomendar esta alternativa legal solo a quienes de verdad hayan sido perseguidos.
Otras opciones que tendrían son:
- Conseguir ofertas laborales de empresas que les sirva de patrocinador.
- Incorporarse al sistema educativo de EEUU.
- El matrimonio con un ciudadano estadounidense.
«Todos sabemos que los retrasos en el patrocinio por parte de empresas estadounidenses están muy afectadas, estamos hablando de años, y mientras tendrían que tener un estatus migratorio. Si se casan es otra opción, pero estamos claros de que los matrimonios que se produzcan, de ahora a próximos meses, entre personas que entran con permiso humanitario y ciudadanos estadounidenses van a ser mirados con lupa por el Gobierno de Estados Unidos. Se va a tener que demostrar que es un matrimonio de buena fe y que no sirve simplemente como un matrimonio de conveniencia para quedarse aquí», apunta.
Por último, los beneficiarios podrían retornar a su país de origen. Pero con la dictadura de Maduro, es una posibilidad de descarta de plano en el caso venezolano, también extensible para cubanos y nicaragüenses. «No creemos que eso se vaya a producir (…) Que la gente se vaya a ir de regreso a Venezuela, como está ahora mismo, con unas elecciones (robadas) y con una tiranía allí, no es realista», enfatiza.
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