Elvis Amoroso, el funcionario que declaró al dictador venezolano Nicolás Maduro como ganador de las controvertidas elecciones presidenciales de julio, no ha sido visto en público en 10 semanas, desencadenando todo tipo de rumores en las redes sociales que van desde que está en vías de ser extraditado a Estados Unidos hasta que fue secuestrado por fuerzas del régimen.
Por Antonio María Delgado / El Nuevo Herald
El funcionario chavista, designado como presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE) para garantizar que Maduro ganará las cruciales elecciones de este año, no ha sido visto en público desde el 5 de agosto, cuando compareció ante el Tribunal Supremo de Justicia para proporcionar documentos que supuestamente mostraban que el hombre fuerte venezolano sacó el 52% de los votos.
La oposición asegura que la investigación realizada por el tribunal supremo, entidad estrechamente controlada por el régimen, fue una farsa destinada a ocultar que el candidato de la oposición Edmundo González fue el verdadero ganador de las elecciones del 28 de julio con más del 68% de los votos y que las cifras anunciadas por Amoroso la noche de las elecciones fueron un invento que el presidente del CNE se vio obligado a pronunciar.
La mayoría de los integrantes de la comunidad internacional, incluyendo a Estados Unidos, han dicho que González ganó las elecciones o han expresado escepticismo sobre los resultados anunciados por Amoroso, quien pocos días después de la ceremonia en el tribunal supremo desapareció totalmente de la escena pública.
Los últimos rumores que circulan en Venezuela indican que Amoroso está detenido en el complejo militar de Caracas conocido como Fuerte Tiuna y que fue recluido allí después de ser sorprendido haciendo planes para abandonar el país. La situación está siendo comparada con el caso del ex zar del petróleo Tareck El Aissami, quien pasó meses bajo reclusión clandestina ordenada por la cúpula del chavismo antes de ser finalmente llevado ante un tribunal en abril para ser acusado de corrupción y de conspirar contra Maduro.
La versión de que Amoroso fue detenido no se puede descartar del todo, dijo Antonio De La Cruz, presidente del grupo de la firma de expertos con sede en Washington Inter American Trends. “Este es un sujeto al que el régimen no puede permitir que se vaya”, dijo De La Cruz. “Lo que mantiene a Maduro en el poder es la declaración de Amoroso de que él ganó, pero si Amoroso deserta y se retracta, la legitimidad de Maduro se derrumba”.
Los expertos coinciden en que Amoroso luce un riesgo demasiado grande como para que el régimen permita que salga del país. En vista de que Maduro nunca logró presentar al mundo el conteo oficial de votos que demuestran su victoria, la legitimidad de su presidencia actualmente descansa en el pronunciamiento del presidente del CNE y del Tribunal Supremo de Justicia. Si Amoroso llegara a aparecer en público y confesara que mintió, eso tendría consecuencias devastadoras para Maduro, dijo José Vicente Carrasquero, profesor de ciencias políticas en la Universidad Simón Bolívar de Venezuela, que actualmente reside en Hollywood,
Florida. “Sería simplemente explosivo para esta gente [en el régimen] si él apareciera de repente aquí en Miami y declarara a una estación de televisión o al Miami Herald: ‘Me dieron un papel para leer y eso fue lo que dije la noche de la elección’”, dijo Carrasquero. Los rumores sobre el paradero de Amoroso circulan en medio de una feroz ola de represión que ha conducido al arresto de cerca de 2,000 disidentes y manifestantes que protestan contra un gobernante que consideran que hizo trampa en las elecciones.
La oposición y los activistas de derechos humanos afirman que algunos de los arrestados están siendo torturados y la mayoría está siendo enviado al equivalente del régimen a campos de concentración para ser “reeducados”.
Tras la ceremonia del 5 de agosto en el Tribunal Supremo de Justicia, el presidente del consejo electoral dejó de aparecer en los actos televisados que realiza el régimen y también dejó de acudir a su despacho. Su desaparición de la vista pública durante más de dos meses no ha pasado desapercibida en Venezuela y, con el tiempo, se convirtió en un tema de discusión y especulaciones en las redes sociales.
La primera ola de rumores apuntaba a que había sido detenido en Argentina, un país que recientemente emitió una orden de arresto contra Maduro por violaciones de los derechos humanos, y que estaba siendo extraditado a los Estados Unidos. Pronto siguieron rumores de que Amoroso estaba “retenido contra su voluntad” en el Palacio Presidencial de Miraflores. Aunque las primeras afirmaciones fueron rápidamente desacreditadas por las organizaciones venezolanas de verificación de datos, que determinaron que no había pruebas creíbles respaldando esas versiones, el paradero de Amoroso sigue siendo un misterio.
Iván Simonovis, el oficial de policía venezolano que se desempeñó como jefe de inteligencia del líder opositor Juan Guaidó cuando fue reconocido por Estados Unidos como el presidente legítimo de Venezuela, dijo que incluso si a Amoroso se le estuviese permitiendo moverse libremente dentro del país sudamericano, el funcionario chavista estaría bajo una rigurosa vigilancia del régimen. Ese es el destino de quienes poseen los secretos más dañinos del régimen, comentó Simonovis, están rodeados por quienes se presume son guardaespaldas del servicio de inteligencia, pero que en esencia son sus guardias de prisión.
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