La infraestructura militar hospitalaria con la que cuenta Venezuela parece haberse quedado corta para atender la pandemia del nuevo coronavirus y las necesidades de atención sanitaria del cuerpo militar en el país. Esa podría ser la razón principal de la opacidad en las cifras por COVID-19 en la Fuerza Armada Nacional (FAN), advirtió la Organización Control Ciudadano.
La información obtenida por esta ONG da cuenta de efectivos militares contagiados por COVID-19 terminan siendo atendidos en su mayoría en clínicas privadas. Generales y almirantes son trasladados a centros de salud privados desconociéndose los mecanismos mediante los cuales estos casos asumen los costos de hospitalización y de tratamiento
Control Ciudadano muestra su preocupación por las limitaciones que tiene el personal militar para cubrir los servicios de salud, tomando en consideración los bajos salarios dentro de las FAN y la imposibilidad de la principal aseguradora de la institución “Seguros Horizonte”, de asumir los costos económicos de asistencia médica privada por este tipo de enfermedades.
Los tratamientos para la atención del COVID-19 son altamente costosos incluso superan los salarios de toda una vida de un oficial militar, con 30 años de servicio en las FANB
“Esta puede ser la razón por la cual se esté ocultando la data de efectivos militares contagiados y fallecidos por COVID-19 en Venezuela. Una forma de evadir respuestas sobre la capacidad de los hospitales militares de gestionar la pandemia y garantizar tratamiento a la familia militar venezolana”, dice la abogada Rocío San Miguel, presidenta de Control Ciudadano.
La opacidad en las cifras del COVID-19 dentro de la Fuerza Armada Nacional, puede llegar a niveles de misterio. Es el caso del presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello Rondón, un efectivo militar perteneciente a la reserva activa, que hizo público haberse contagiado de COVID-19, omitiendo informar si fue atendido en la red militar hospitalaria, a la cual tiene derecho por su condición de militar retirado.
A la pandemia del COVID-19 no escapa ningún mortal. Así como están todos los venezolanos, están siendo afectados los efectivos militares pertenecientes a las FAN. Civiles y militares son vulnerables a este nuevo coronavirus. No obstante la infraestructura hospitalaria de la Fuerza Armada Nacional no fue incorporada a la red sanitaria de atención de la pandemia, de hecho no forma parte de la lista de los llamados hospitales centinelas.
Fuentes dentro de los hospitales militares de todo el país, consultados por Control Ciudadano, aseguraron que esas instituciones están prácticamente “bajo una especie de cierre técnico”, “no hay casi pacientes”, “tienen muchas unidades cerradas” y “las emergencias son de atención discrecional, en general por falta de insumos por lo cual deben priorizar, sin conocerse cuáles son los criterios”.
Hasta este mes de octubre al menos 13 militares han fallecido “presuntamente” por COVID-19, según han publicado medios de comunicación y en redes sociales. Sin embargo, hasta ahora, los datos son opacos sobre las causas de las muertes.
Hay hermetismo, por parte de las autoridades militares, para transparentar y dar cifras sobre contagiados y fallecidos por COVID-19 en el seno de la FANB, lo que claramente no contribuye a la gestión de la pandemia.
• General de Brigada César Augusto Cerquoni Machez, director de Defensa Antiaérea del Comando de Defensa Aeroespacial Integral (CODAI), quien falleció el 29 de julio de 2020.
• Vicealmirante, Luis Alberto Somaza Chacón director de la Oficina Coordinadora de Apoyo Marítimo de la Armada de Venezuela, quien falleció el 3 de agosto de 2020, en el Hospital del Seguro Social, Dr. José Francisco Molina Sierra de Valencia, estado Carabobo.
• Mayor Carlos Luis Miranda Castillo, director de la Dirección General de Salud de la FANB (DIGESALUD), quien falleció el 13 de agosto de 2020, en el Hospital Militar “Dr. José Ángel Álamo” de Barquisimeto, estado Lara. Un caso excepcional de efectivo castrense atendido en un hospital militar.
• General de Brigada Yerson Alirio Jiménez Báez, comandante del Cuartel General de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), quien falleció el lunes 24 de agosto de 2020, en el Hospital Militar en Caracas. Un caso excepcional de efectivo castrense atendido en un hospital militar.
• General de Brigada Víctor Colmenares Montoya, jefe de la División de la Milicia Nacional Bolivariana de la ZODI Amazonas, quien falleció el 27 de agosto, en Puerto Ayacucho, estado Amazonas.
• Contralmirante Henry Javier Gamarra, comandante de la Zona Operativa de Defensa Integral Marítima Insular Atlántica (ZODIMAIN Atlántica), cuyo comando se encuentra en la Estación Principal de Guardacostas de Guiria, Estado Sucre, quien falleció el 13 de septiembre de 2020.
• Coronel Orangel Alexander Olivar Reyes, comandante del Grupo de Artillería Antiaérea del Ejército, “José Félix Ribas”, quien falleció el 13 de septiembre en el Hospital Pérez de León, de Caracas.
• General de División Tito José Urdaneta Zenit, comandante de la ZODI Miranda, quien falleció el 14 de septiembre.
• General de brigada Pablo Alfonzo Ulloa Pabón, director de Cultura y Deporte de la Comandancia General de la Milicia Nacional Bolivariana, quien falleció el 14 de septiembre.
• General de Brigada Giovanni Norberto Meleán Villaroel, ex director de la Escuela Técnica de la Aviación, quien falleció el 16 de septiembre, en el Hospital Central de Maracay por COVID-19.
• Teniente coronel Jorge Febres Chivico, comandante de la Unidad Especial de la GNB en Cotiza (Comando de Zona N° 43 de Distrito Capital), quien falleció el 20 de septiembre en el Hospital Periférico de Coche.
• Coronel Héctor Argenis Pabón Maldonado, miembro activo del Órgano Superior Nacional de Vivienda y de la Gran Misión Vivienda Venezuela, quien falleció el 22 de septiembre.
• Coronel Pedro Ezequiel Romero Muñoz, en reserva activa, quien falleció el 25 de agosto en el Hospital Victorino Santaella de Los Teques, en Miranda, después de que su familia denunciara que no recibió atención médica en el Hospital Militar de Caracas.
El 11 de julio, cuatro meses después del inicio de la cuarentena radical por la COVID-19 en Venezuela Vladimir Padrino López, ministro de la Defensa del régimen chavista reconoció en una alocución pública que al menos 160 funcionarios dentro de las FAN, estaban contagiados para la fecha. Entre los afectados estaban oficiales y tropa que habían resultado positivos a las pruebas del nuevo coronavirus. Desde entonces la opacidad del impacto del COVID-19 sobre la Fuerza Armada Nacional es total.
Rocío San Miguel, presidente de la ONG Control CIudaano asegura que, “Venezuela cuenta con una infraestructura de sanidad militar de doce (12) hospitales, ocho (8) ambulatorios y cuatro (4) núcleos médicos asistenciales que no están dando respuesta frente a la pandemia por COVID-19, esto debe solventar. Una Fuerza Armada que no es capaz de administrar atención a sus propios efectivos militares enfermos, no está en capacidad de dar respuestas ágiles y eficaces a problemas de seguridad nacional”.
“La planificación y puesta en ejecución de un mecanismo de atención a efectivos militares contagiados por COVID-19, es lo mínimo que se exige a quienes dirigen una institución militar que dice estar preparada para cualquier tipo de amenaza. Este plan, las cifras de contagiados y fallecidos, así como indicación expresa de los hospitales militares a los que pueden dirigirse los efectivos de la FANB, desplegados en todo el país, que presenten síntomas de contagio por COVID-19, no se conoce hasta la fecha. Es hora de hacer ajustes”, sentenció.
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