Europa, concretamente el Parlamento, dio un paso importante en la lucha por la restauración de la democracia en Venezuela al reconocer el jueves a Edmundo González Urrutia como presidente electo en las elecciones del pasado 28 de julio.
Por El Tiempo
La aprobación no fue sencilla y opositores venezolanos en el exilio, como el exalcalde Antonio Ledezma, trabajaron fuertemente en Bruselas para convencer a los eurodiputados y lograr un resultado de 309 votos a favor y 201 en contra.
Los primeros en dar este estatus a González Urrutia fueron el Congreso y Senado españoles, justo unos días antes, lo que se constituyó en una “victoria” para los opositores, quienes al parecer han trasladado su lucha a Europa, dejando un poco de lado a Estados Unidos, un bastión que solía estar en primera línea, pero que ahora se observa más comedido.
Sin duda, González Urrutia, con su experiencia diplomática, también hace parte de esta articulación en Europa. Ahora, desde su exilio en España, quedó demostrado que fue forzado a acatar con su firma el dictamen del Tribunal Supremo de Justicia que certificaba el triunfo de Nicolás Maduro, una instancia a la que no le correspondía dicha decisión.
Esto tras sus declaraciones y los audios que fueron publicados por el presidente de la Asamblea Nacional chavista, Jorge Rodríguez, que además estuvieron acompañados de fotografías en las que se observa a él y a su hermana Delcy entregándole documentos al líder opositor, quien insiste en la “coacción” a la que fue sometido en la residencia del embajador español en Caracas.
Ahora parece que España se convierte en el centro de la resistencia opositora venezolana, lo que molesta al gobierno de Maduro, quien llamó a consultas a su embajadora en Madrid, Gladys Gutiérrez, en un episodio que ha suscitado roces debido a las contradicciones de ambas partes sobre el exilio de González Urrutia y los detalles de su salida de Caracas.
Caracas dice que Madrid fue parte de la negociación, mientras que la contraparte lo niega. El mismo González Urrutia tuvo que “aclarar” que no fue coaccionado por el Ejecutivo español para dejar su país.
Ahora con una lucha centrada en Madrid, la situación ha propiciado el optimismo en el exilio opositor, que se concentra en una buena parte en ese país. Sin embargo, sigue una pregunta en el aire: ¿qué tanto pueden articular la oposición en el exilio y Edmundo González para ayudar a María Corina y presionar a Maduro desde España?
“La oportunidad para conocer la estatura de estadista de Edmundo González está servida. En su nueva situación, el presidente electo puede hacer un trabajo extraordinario de cara a la transición en Venezuela. Lo más importante es que se sienta arropado por todos los sectores políticos y sociales comprometidos con el cambio en Venezuela y en el mundo”, dice a EL TIEMPO el exdiputado Juan Pablo García.
García es parte del exilio venezolano en Madrid y uno de los que impulsaron en el Senado español el reconocimiento al presidente electo. García huyó en 2019, perseguido por el régimen venezolano, y era uno de los impulsores de la aplicación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (Tiar), una propuesta impulsada –en la Asamblea Nacional liderada por Juan Guaidó– por los integrantes de la fracción 16 de julio, aliados de María Corina Machado.
Para García, el presidente electo sí tiene un margen de maniobra, aunque esté fuera de Venezuela, y esto sucede porque considera que España es un país democrático “donde suele prepararse la base de las políticas de la Unión Europea hacia Venezuela y donde hay un potente exilio venezolano. Creo que son condiciones excelentes para continuar con su labor”.
De su lado, González Urrutia se ha limitado a unos cuantos comunicados publicados en redes sociales, según ha explicado su abogado en Caracas, José Vicente Haro.
“Mi compromiso con el mandato que he recibido de parte del pueblo soberano de Venezuela es irrenunciable. El planteamiento de la lucha que María Corina Machado y yo hemos conducido se mantiene inquebrantable”, afirmó el opositor tras su reunión con Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español.
Y al parecer los líderes confían en que hay posibilidades reales de articular la salida de Maduro, quien nunca presentó las pruebas de su triunfo, a pesar de la postura de la Moncloa. “Tenemos que conocer las actas para con transparencia saber cuál fue el resultado electoral, esa es la posición del Gobierno de España”, dijo en el congreso Félix Bolaños, ministro de la Presidencia y Justicia.
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