A pesar de los gestos diplomáticos y el apegó al discurso políticamente correcto, los funcionarios estadounidenses encargados de negociar con Nicolas Maduro, no parecen tener como prioridad el regreso de sus connacionales presos en Venezuela.
En la última semana distintos voceros de la diplomacia estadounidense han hecho eco de las declaraciones sobre Venezuela del secretario de Estado, Antony Blinken.
“No se le está dando carta blanca para que tomen acciones que vayan en contra de los compromisos para avanzar hacia unas elecciones libres y justas”, aclaró Blinken hace apenas días ante en la comisión de asignaciones del Senado en Washington.
En este sentido, Juan Gonzalez del National Security Council y principal asesor de Biden para América Latina fue más allá, y en una exclusiva para el canal de televisión colombiano NTN24, fijó el 30 de noviembre como fecha límite para ver progresos por parte del gobierno de Maduro en materia de presos políticos y rehabilitación de candidatos.
Por su parte, Francisco Palmieri, jefe de misión de la oficina externa de EE. UU. para Venezuela, en entrevista con el periodista venezolano Vladimir Villegas, reatificó esta fecha limite y definió como lo “más importante” el abrir espacios democráticos para que los venezolanos puedan participar en la decisión de quiénes serán sus gobernantes. “Esa es la meta”, sentenció Palmieri.
Tanto Gonzalez como Palmieri cumplieron con mencionar que los Estadounidenses presos en Venezuela son una “prioridad” para Biden, pero a medida que desarrollan sus opiniones sobre el proceso de negociación en Venezuela se deja ver que la libertad de estos prisioneros está supeditada al temas económicos y de política doméstica venezolana.
A inicios de mes Gonzalez partició en el podcast Americas Quarterly en el que hacía entender que el 30 de noviembre el levantamiento de sanciones sería evaluado de acuerdo a varios elementos:
“1) ¿cuánto dinero vaya a Venezuela?, 2) ¿Que recibiremos a cambio? 3) y nuestra credibilidad para reimponer saciones”, Sintetizó el asesor sin mencionar los estadounidenses presos.
Palmieri, en la mencionada entrevista, admitió que un posible canje de presos se trataba en conversaciones entre los dos gobiernos al margen de las negociaciones en Barbados. Al ser preguntado sobre avanzar en este sentido con un intercambio de los estadounidenses presos en Venezuela por Alex Saab aclaró que hablar de ésto es algo que “desvía”.
Autoridades venezolanas han mostrado su disposición este canje en el pasado, pero desde todo indica que desde Washington no hay tanto interés en que sus ciudadanos vuelvan a casa como en garantizar los negocios y las carreras políticas de candidatos afines a sus intereses.
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