¿Qué candidato le convendría a Venezuela como nuevo presidente de los Estados Unidos, en el marco de la actual crisis? La respuesta no resulta del todo clara, pese a la posición asumida en campaña por un Donald Trump, quien enfila su discurso en contra de la migración al punto de amenazar con eliminar los programas de ayuda humanitaria y deportar a más de un millón 300 mil extranjeros, y una Kamala Harris que, como vicepresidente del actual gobierno, ha sido protagonista de una posición ambigua y flexible contra los factores de poder erigidos desde Miraflores hace 25 años.
Víctor Rodríguez Cedeño, exembajador de Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas, recuerda que la elección del presidente o la presidenta de los EE.UU. interesa a todos en el mundo y a Venezuela en particular, en el marco de una crisis de legitimidad en la que el apoyo de la comunidad internacional es fundamental.
“Hay que ver las cosas de manera pragmática: Harris se ha mostrado más cerca de las aspiraciones e intereses de Venezuela en temas como el migratorio, mientras que Trump lo ha hecho en relación con las sanciones. Ambos apoyan con igual decisión, aunque de formas distintas, el cambio hacia la democracia en Venezuela”, considera el exdiplomático.
En opinión de Rodríguez Cedeño, Estados Unidos debe encontrar políticas acertadas hacia la región en general pues perdió mucho espacio por la presencia de potencias extracontinentales como Rusia y China que apoyan a los gobiernos a los cuales se enfrenta, especialmente, Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Temas como derechos humanos y democracia son claves para el exembajador en la ONU, quien mención al migratorio y energético, con foco además en las sanciones, como los más importantes en el marco de esta relación, sin disminuir la importancia que tienen las relaciones económicas, comerciales y financieras.
“A Estados Unidos le conviene por su seguridad interna una mayor y mejor relación con Venezuela. La restitución del orden democrático es, en términos generales, una prioridad para Estados Unidos, cualquiera que sea el gobierno de turno, demócrata o republicano. Es importante considerar que el tema Venezuela en general ha sido objeto de acuerdos bipartidistas importantes que confirman ese interés”, amplía.
El abogado, con estudios de especialización en el Instituto de Altos Estudios Internacionales de Paris, no inclina la balanza en favor de ninguna de las dos opciones. “Favorezco, fuera de la condición de demócrata o republicano, al candidato que de manera más clara anuncie las políticas y acciones más convenientes para Venezuela y los venezolanos. Es decir, una visión pragmática”.
Desde su perspectiva, Trump ha mostrado ser menos flexible en algunos temas, como el migratorio, mientras que Harris lo sería en relación con las sanciones si sigue la posición de la administración Biden, como parece ser.
Sobre la presión contra el gobierno de Maduro, Rodríguez Cedeño cree que la actual administración demócrata ha sido débil. “Ha flexibilizado demasiado las sanciones que muchos consideramos que son legítimas y legales y absolutamente importantes como herramienta de presión sobre la dictadura de Maduro. A cambio de esa flexibilización el régimen venezolano no cumplió, ejemplo, los acuerdos de Barbados”.
La misma apreciación tendría en relación con las licencias petroleras que están íntimamente vinculadas a las sanciones y a la política energética de los Estados Unidos.
“La importancia del flujo migratorio en la campaña electoral en Estados Unidos dependerá de la solución política que se alcance en Venezuela. Si Maduro continua en el poder tras el robo de la elección del 28 de julio, que constituye un golpe a la institucionalidad y a la soberanía popular, la emigración hacia Estados Unidos aumentará y la nueva administración americana tendrá que enfrentar nuevos retos”.
Deportación masiva vs. “regularidad” migratoria
A sólo un mes de las elecciones, según el promedio de las encuestas nacionales elaborado por ABC News/538, el apoyo a Harris se encuentra en torno al 49 %, mientras que Trump obtiene 46 %, un “cabeza a cabeza” que podría resultar dudoso al momento de concluir el conteo de votos el próximo 5 de noviembre.
Menos del 3 % de los electores podría cambiar de opinión en cuatro semanas. Sobre todo, cuando existe un bombardeo de parte de Trump hacia Kamala del que no se ha podido defender: la criminalidad disparada en Estados Unidos, entrando por la frontera con México.
A inicios de este mes de octubre, la administración Biden expuso que no habrá renovación del parole humanitario para los venezolanos, nicaragüenses y haitianos que fueron beneficiados con esta bienvenida a los Estados Unidos. Con esto, los demócratas hacen un “intento” por frenar el incontrolable flujo de migrantes en el país.
A juicio de Luis Eduardo Zué Hernández, licenciado en estudios internacionales de la UCV, especialista en relaciones internacionales contemporáneas, control de crisis internacionales y formado en Derechos Humanos por las Naciones Unidas, a Estados Unidos “le ha salido muy cara la migración venezolana”, por lo que es un tema que pasa factura en los comicios de 2024.
“En el debate presidencial, Trump dijo algo que es muy cierto, y es que a Estados Unidos le ha salido muy cara la ola de migración. Yo creo que le ha salido muy cara a todos los países de la región que han subestimado a Maduro (…) ¿quién iba a pensar que ibas a ver en Times Square a motorizados venezolanos haciendo lo que quisieran?”, expuso el exdiplomático venezolano en relación a los miembros del Tren de Aragua que han migrado a Norteamérica.
Zué asegura que Estados Unidos necesita blindarse ante un posible crecimiento del éxodo venezolano. “No es un secreto que esto puede seguir creciendo, porque, en caso de que no haya un cambio de aquí al 10 de enero, el éxodo se va a disparar y hay previsiones de dos millones y una máxima de hasta cinco millones, estaríamos hablando de un volumen entre 12 y 14 millones de venezolanos fuera”, lamentó Zué.
El especialista en relaciones internacionales contemporáneas asegura que, independientemente de quien asuma el poder tras los comicios, “Estados Unidos está en una encrucijada” en el tema de ciudadanos extranjeros.
En este aspecto, Trump parece llevar ventaja con su promesa de “la mayor operación de deportación en la historia de EE. UU.”. “Vamos a detener el crimen y vamos a deportar a los criminales que han sido traídos a nuestro país. Regresarán a las cárceles de donde vinieron”, dijo Trump en septiembre, en uno de los tantos mitines donde ha repetido su propuesta.
Zué, por su parte, analiza que “una Harris Presidenta sería mantener lo que tenemos hoy día y un Trump sería un endurecimiento para cerrar el paso de la frontera con México”.
Kamala, en paralelo, propone impulsar lo que califica como un “sistema justo y seguro”, que incluye expulsiones por cruces irregulares, aunque no con la misma dureza que Trump ilustra a sus seguidores.
El exdiplomático estima que, Harris, por su labor como Vicepresidenta, “ha tenido un rol con Biden en migración y frontera” y “ese es su talón de Aquiles” por las consecuencias de seguridad que esto ha traído. “Trump la va a seguir atacando por ahí”, afirmó.
¿Con Venezuela en la agenda?
Zué asegura que, aunque Venezuela puede afectar el panorama electoral y social en Estados Unidos, el país caribeño no está en la agenda presidencial de ninguno de los dos candidatos.
“El gran problema que no solo tiene Venezuela sino América Latina, es que la región no está en el foco de Washington. Estados Unidos, en los últimos 20 años ha dejado de lado a América Latina y eso ha significado mucho en la geopolítica (…) mientras EE. UU. descuida América Latina, Rusia, Irán, incluso Corea del Norte han extendido sus tentáculos hacia ella”, explicó el internacionalista.
Aseguró que “hasta ahora ningún candidato ha presentado una propuesta para Venezuela”, mientras que solo han mantenido en agenda Israel y Rusia, en temas de los conflictos bélicos de los demás continentes.
Es por esto que, Zué analiza que una administración Harris significaría el “bajo perfil” de las negociaciones más recientes con Venezuela, como la de Barbados y Qatar. “Yo creo que continuaría la misma línea, negociando por debajo, viendo que sus intereses no se vean afectados en cuanto a explotación petrolera. No veo que tengan previstos un endurecimiento de las sanciones, salvo que ocurra algo más grave en Venezuela”, apuntó.
Por su parte, María Laura Liscano, internacionalista de la Universidad Central de Venezuela (UCV) expone que los demócratas parecen dejar de lado el hecho de que, un tercer mandato de Nicolás Maduro afectaría negativamente la intención de voto en Estados Unidos.
“El problema está en que mientras el tema venezolano no tenga un escenario estable, con solución posible, va a afectar los resultados en EE. UU., porque Biden-Harris se ven débiles ante el tema de la migración, y las oleadas migratorias han afectado su imagen, mientras que Trump, con un discurso mucho más fuerte, es antimigración”, aseguró.
Liscano estima que, un triunfo de ambas figuras traería sus beneficios, todo dependiendo de la óptica con la que se analice. Por el lado demócrata, asegura, habría “más niveles de negociación y de suavizar el tema de las sanciones”.
“Evidentemente los demócratas serían más fáciles de negociar, se podrían tener políticas de visas humanitarias con mayor flexibilidad (…) con los demócratas, el problema de flexibilizar las sanciones está resuelto”, aseguró.
Afirma que esto “no sucedería con un gobierno republicano”. “Van a buscar generar presiones hacia Venezuela”, expuso. “Considero que un Gobierno republicano estaríamos hablando de una postura más firme que pueda poner en tres y dos al Gobierno de Maduro y que a su vez pueda definir más el escenario a futuro”, agregó Liscano.
La internacionalista asegura que, en materia energética, es poco lo que podría verse afectado. “Históricamente, gane republicano o demócrata, el ámbito petrolero nunca se ha visto afectado, porque Estados Unidos es un país que negocia y sabe muy bien que es alto consumidor de energía. En Venezuela nunca ha dejado de suministrar petróleo a EE. UU.”, agregó.
Sin embargo, Liscano sostiene que “hoy el bien mayor para Venezuela es su libertad”, por lo que, “con un Gobierno republicano es mucho más factible tener la presión necesaria y el apoyo de países potencia como Estados Unidos para poder conseguirlo”.
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