La organización Human Rights Watch (HRW) dijo el miércoles que tanto las deportaciones como el trato que el gobierno de Trinidad y Tobago da a los inmigrantes venezolanos, especialmente a los menores de edad “incluidos de niños, niñas y solicitantes de asilo, no sólo constituyen gravísimas violaciones de derechos humanos, sino son, además, un lamentable reflejo de su lealtad al régimen de Nicolás Maduro”.
La organización precisó que la situación que afronta la isla caribeña por la pandemia del COVID-19 “no justifica deportaciones que violan el derecho internacional” y pidió detener las deportaciones.
En su reporte HRW apunta al menos 24.000 venezolanos han hecho el camino de solo 25 millas (40 kilómetros) que separa a ambos países, huyendo de la grave crisis en Venezuela, y que se espera que esa cifra aumente a 30.000 al concluir 2021.
WHR se dirigió en duros términos al quienes dirigen la isla, al afirmar que “el gobierno de Trinidad y Tobago sigue arrodillándose ante el mismo régimen cuya mala gestión económica y abusos han impulsado el éxodo masivo de más de 5,5 millones de personas”.
El 6 de diciembre del pasado año, 34 inmigrantes entre los que se encontraban varios niños murieron ahogados cuando la embarcación en que viajaban zozobró.
HRW cita la postura del primer ministro Keith Rowley, quien dijo a mediados de diciembre que no votaría ninguna resolución de la OEA hasta tanto el líder opositor Juan Guaidó no saliera de la mesa negociadora y en su lugar pusieran a un representante del gobierno de Maduro.
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