La principal preocupación de cada venezolano dentro del país guarda relación con su alimentación y la de su familia.
Un reciente estudio de las Naciones Unidas (ONU) plasma el impacto de la crisis socioeconómica y revela que al menos 5 millones de criollos viven en situación de inseguridad alimentaria.
Los más recientes indicadores son demoledores: 53 de cada 100 personas vive en pobreza extrema, 82 de cada 100 vive en la pobreza, 85 de cada 100 gasta sus ahorros para poder comer y 46 de cada 100 ingieren alimentos desagradables.
Manuel Shuterland, economista, asegura que sin los datos estadísticos que el Estado debe difundir en temas fundamentales resulta muy difícil darle mayor seguimiento a lo que realmente sucede en Venezuela y advierte que el nivel de pobreza extrema tan elevado es consecuencia de los bajos salarios que percibe la población venezolana.
Desde 2015, el gobierno venezolano dejó de dar a conocer cifras completas de pobreza, inflación, escasez, causas de muerte o contagios por enfermedades, entre otros indicadores, situación que no permite conocer con exactitud las condiciones de vida de la población.
“La canasta alimentaria publicada por el Cendas asegura que un hogar de cuatro a cinco personas necesita alrededor de 540 dólares al mes para adquirir sus alimentos, esto quiere decir que un hogar con ingresos menores a 500 es un hogar considerado en pobreza extrema”, explica el miembro del Centro de Investigación y Formación Obrera CIFO-ALEM de Venezuela.
Desde su óptica la gran mayoría de la población venezolana percibe ingresos salariales menores de 200 dólares. “Dado esas estimaciones, más de la mitad de la población pudiese ser parte de los hogares que están en pobreza extrema», detalla el investigador al ser consultado sobre los recientes datos de la ONU sobre la crisis en Venezuela.
“En Venezuela se sobrevive”
De acuerdo con Miguel Velarde, Venezuela presenta un índice de miseria histórico que se ha mantenido durante mucho tiempo, logrando un impacto directo en los diferentes sectores de la población.
“En Venezuela no se vive, se sobrevive. Cuando hay una crisis económica tan severa como la venezolana, eso no solo se refleja en el día a día y en el presente, sino también se refleja en el futuro. Los venezolanos ya no se alimentan, se llenan con lo que pueden», sostiene en entrevista con NTN24.
El experto señala que la responsabilidad de lo que sucede recae en el gobierno nacional, que asegura se ha encargado de mantener el control sobre la economía y sobre todas las instituciones.
Velarde explica que la crisis que atraviesa el país no tiene que ver solo con un tema de ineficiencia, sino también con la eficiencia en los objetivos planteados por el ejecutivo.
“Ellos tienen muy claro que mientras exista mayor necesidad de los ciudadanos, también existe un mayor control sobre ellos», resalta.
El economista critica la implementación de bonos otorgados por el gobierno al considerar que este tipo de método es otra forma de controlar a las personas. «El bono no es autónomo, así como el Estado te lo da, te lo puede quitar», refiere.
Crecimiento económico muy bajo
Shuterland detalla que diversos estudios publicados confirman que Venezuela llegó a tener una pobreza extrema de 85 % a 90 % por la línea del ingreso a raíz de la baja remuneración económica tanto en el sector público como privado, aunado al cierre de algunas empresas y la baja producción registrada en diversos sectores.
Sin embargo, destaca que esta situación dejó de empeorar desde 2022, cuando se logró un “pequeño” crecimiento económico que se extendió hasta el 2023 y el primer semestre de 2024, aunque asegura que no ha sido suficiente para contrarrestar la crisis.
“Ese crecimiento es demasiado pequeño, demasiado bajo, porque cuando una economía pierde el 70, 80 por ciento de su PIB, la tasa del crecimiento del 2,3, 4 por ciento es muy baja y no representan un aumento en el bienestar de la población y en sus ingresos de forma significativa”, menciona.
Según datos de Ecoanalitica, el 60 % de los ingresos empresariales se van a impuestos y es algo que no se ve reflejado en los servicios públicos. “Por esta y otras razones, no veo ninguna política que vaya a impulsar la soberanía alimentaria», puntualiza.
Pérdida de poder adquisitivo
En la misma línea, el economista Aldo Contreras destaca que lo que se vive en el país en materia salarial tiene mucha relación con los datos ofrecidos por el organismo de Naciones Unidas.
“Según las Naciones Unidas la pobreza extrema es considerada para personas que ganan menos de 1,25 dólares al día, eso quiere decir que estaríamos hablando de aproximadamente de 35 a 45 dólares al mes, dependiendo de la medición que usemos, y esto guarda mucha relación con el 53 % de la población vulnerable en Venezuela”.
El especialista en relaciones económicas internacionales indica que, debido a la pérdida del poder adquisitivo en el país, las personas vulnerables, principalmente pensionados y trabajadores públicos, no están cubriendo sus necesidades básicas, situación que los ubica en la línea de pobreza.
Contreras agrega que el 47 % de la población que, según la ONU, no se considera en pobreza extrema generalmente recibe remesas, trabaja en el sector privado y tiene salarios por encima de los 300 dólares.
“Lo que se ha marcado considerablemente en Venezuela por primera vez es una brecha de desigualdad, y esa brecha de desigualdad tiene mucho que ver con quienes trabajan en la administración privada, son comerciantes, emprendedores y quienes trabajan en la administración pública, quienes debido a las erradas políticas monetarias y fiscales no tienen un ingreso importante», finaliza.
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