Tras cuatro años del intento de golpe de Estado contra Recep Tayyip Erdoğan, sin embargo, el gobierno de Turquía sigue persiguiendo a la disidencia usando el alzamiento militar como excusa. Este martes, la Fiscalía ordenó la detención de 109 personas que estarían vinculadas con el clérigo islamista Fethullah Gülen.
Al menos 72 personas han sido ya detenidas en varias provincias, informó la agencia oficial Anadolu.
La mayor operación fue ordenada por el fiscal jefe de Esmirna, en la costa del Egeo, contra 66 sospechosos, entre ellos 27 abogados.
Los letrados están acusados de colaborar con la cofradía de Gülen, considerada terrorista por Turquía, tras haber representado a clientes con causas relacionadas con el gülenismo.
Hace diez días otros 41 abogados fueron detenidos bajo la misma acusación.
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La organización Human Rights Watch ha denunciado que la detención de los abogados «socava el derecho a una defensa legal».
Desde el intento de golpe más de 120.000 funcionarios del Estado han sido destituidos y unos 50.000 se encuentran encarcelados, acusados de ser parte de la cofradía.
Gülen, que vive en Estados Unidos desde hace dos décadas, fue hasta 2013 un estrecho aliado del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y del Partido de Justicia y Desarrollo (AKP), una época en la que muchos de los seguidores de la cofradía fueron ocupando cargos de responsabilidad en la Administración del Estado.
El predicador conservador niega estar involucrado en el intento de golpe militar de 2016.
EFE
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