Iván Duque lleva dos meses y medio conduciendo un programa de televisión en el que, cada tarde, informa sobre la incidencia del coronavirus y las medidas adoptadas por su Gobierno. El presidente de Colombia fue uno de los primeros de la región en tomar decisiones drásticas para tratar de contener la propagación de la pandemia. A finales de marzo cerró las fronteras y decretó una estricta cuarentena, que aún no se ha levantado pese a la reactivación de algunos sectores. El país, con alrededor de 50 millones de habitantes, ha registrado unos 45.000 contagios y casi 1.500 muertes. Duque (Bogotá, 1976) se muestra optimista ante las perspectivas de recuperación económica y cree que la covid-19 puede convertirse en una oportunidad para mejorar.
Por FRANCESCO MANETTO – EL PAÍS
En esta entrevista con EL PAÍS, realizada el jueves a través de videoconferencia, el mandatario resalta los paquetes de ayudas sociales aprobados, habla de la migración venezolana y de la grave crisis por la que atraviesa el país vecino y asegura que su Administración no ha dejado de atender las otras urgencias del país, que acaba de salir de una guerra con las FARC y donde no cesan los asesinatos de líderes sociales. La conversación se produjo antes de que se conociera que su número dos, la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, actuó hace 23 años como avalista de su hermano, condenado por narcotráfico en Estados Unidos. Duque la defendió públicamente.
Pregunta. Usted ha dicho que nadie sabe cuánto va a durar el coronavirus, pero que sí tiene claro que las sociedades deben ser mejores. ¿A qué se refiere con eso?
Respuesta. Genuinamente creo que la madre tierra nos está hablando, la humanidad nos está hablando, la sociedad nos está hablando. Este tiempo de tantas reflexiones nos ha permitido valorar más que nunca el medio ambiente, la importancia del sector de la salud, de todos sus profesionales, el papel de nuestros campesinos, los que producen los alimentos de las cadenas de suministro. Nos ha permitido reflexionar también sobre nuestra cercanía con los seres más queridos, entender cuántas conquistas podríamos lograr con la virtualidad, con la tecnología. Todo este proceso nos tiene que servir para acelerar la historia y acelerarla para bien, para que tengamos un mundo más sostenible, que motive mucho más el uso de la tecnología, donde nos demos cuenta de que también podemos tener más calidad de vida sin perder productividad, trabajando en casa, compartiendo más con nuestros hijos.
P. ¿En qué fase está ahora mismo Colombia? Aunque el país ha contenido el avance de la covid-19 dentro de la región, la curva sigue creciendo.
R. Es importante mirarlo en términos de días. Nosotros tenemos una tasa de contagios por millón de habitantes que es muy inferior a la de muchos países de Europa y de América Latina, cuando miramos el número de muertes por millón de habitantes también tenemos unas cifras que están muy por debajo. En la medida que se hacen más pruebas siempre van a aparecer más casos, pero lo que es interesante es la positividad. Colombia tiene una positividad que está por debajo del 10% y la letalidad, que está en un rango del 3%. Esta no es una competencia entre países, pero sí nos permite ver cómo va el desempeño.
P. La ocupación de las UCI aún es relativamente baja, Bogotá apenas supera el 50%, pero hay departamentos, sobre todo de la región amazónica, que no logran hacer frente a la emergencia sanitaria. ¿El sistema de salud tiene suficientes recursos para afrontar la fase más dura de la pandemia?
R. Ningún sistema de salud del mundo está preparado para un crecimiento exponencial de una pandemia. En España tuvieron que tomarse medidas muy difíciles, drásticas. Sabemos que la pandemia va a estar, los casos van a aparecer y sabemos que personas desafortunadamente van a fallecer, pero el punto es llevarlo a una situación que no sea exponencial. Colombia llegó a esta pandemia con más de 5.400 UCI. Fuera de eso se hizo una expansión natural de unidades de cuidados intermedios a UCI que nos llevaron a cerca de 6.300 en total, dejando cerca de 3.000 para enfrentar la covid y en las próximas ocho semanas debemos estar teniendo aproximadamente unos 3.000 ventiladores [respiradores] más. Siempre es bueno dimensionar: un país como Holanda tenía 1.100 UCI, Perú tenía menos de 1.000, Chile tenía alrededor de 1.300. Bogotá tiene aproximadamente 1.000. Claro, teníamos regiones vulnerables, pero aun así, hemos dispersado en el territorio 92 ventiladores. Seguimos ampliando la capacidad y haciendo medidas de cerco epidemiológico donde se requiera.
P. ¿Cómo se ha comportado la sociedad colombiana?
R. Creo que ha sido un comportamiento bueno. He tenido unas muy buenas conversaciones con mi amigo, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. Hace aproximadamente unas cuatro o cinco semanas compartimos experiencias y nosotros decíamos que nuestras sociedades, que son latinas, es difícil compararlas con la disciplina que puedan tener las sociedades asiáticas, que están relativamente acostumbradas a enfrentar brotes de virus respiratorios y tienen una larga tradición de disciplina social, de distanciamiento, inclusive en las mismas prácticas de saludo. El gran reto que tenemos es cómo adaptar esa cultura nuestra, latina, más festiva, más calurosa, a un momento donde ese distanciamiento físico y el uso del tapabocas son los protocolos que nos ayudan a salvar vidas.
P. Mientras tanto, en Colombia ha habido varias denuncias de corrupción por parte de los organismos de control, se ha registrado un repunte importante de los asesinatos de los líderes sociales -un 53% en los primeros cuatro meses del año, según la Fundación Ideas para la Paz- y hay preocupación por la aplicación de los acuerdos con las FARC.
R. Aquí nosotros hemos enfrentado la pandemia, pero no hemos dejado de cumplir con nuestros objetivos y derroteros de Gobierno. El aislamiento naturalmente cambia comportamientos, pero nosotros veníamos entre enero y marzo en una tarea decreciente de criminalidad. El año pasado terminó con una de las tasas de homicidios más bajas en más de 40 años. Y a mí me preocupa mucho el tema de los líderes sociales, lo dije desde el día de mi toma de posesión. ¿Quién está matando a los líderes sociales? El narcotráfico, la extracción ilegal de minerales, los grupos armados organizados que quieren seguir nutriéndose de esos negocios ilícitos. El año pasado cerramos con una reducción en asesinatos de líderes sociales. Yo no puedo sentirme contento con eso, eso hay que llevarlo a cero. ¿Cómo? Enfrentando esas estructuras, haciendo los cambios sociales en las regiones. En medio de esta pandemia hicimos la más grande entrega de títulos de tierra masivos que se ha hecho en el país, más de 5.000. Y también en otros frentes, en medio de esta pandemia hemos tomado decisiones en términos de transparencia, seguimiento, de los sistemas de información de compras públicos para que pueda hacerse un escrutinio ciudadano y por parte de los organismos de control del gasto público.
P. Ahora el país se encuentra en una fase de reactivación. ¿Cuál es su filosofía al sopesar la necesidad de protección y reactivación?
R. Creo que le hacen mucho daño al manejo de la pandemia las peleas de la vieja política. Lo veo y lo analizo en el contexto de Europa, en algunos países, donde en medio de esta situación lo que se ha visto es una confrontación casi que fratricida desde el punto de vista verbal entre opositores y gobernantes, donde se apela mucho a la discusión del falso dilema entre la economía y la salud. Para mí no hay un dilema entre la salud y la economía, y no hablemos solo de economía, hablemos de desarrollo humano, social. Sin buena salud no tenemos buena economía ni buen desarrollo social, y sin desarrollo social y económico no tenemos buena salud. Las dos van de la mano. Cuando algunos han tratado de plantear la discusión de que los aislamientos preventivos son asesinos de la economía, pues la respuesta es muy evidente. Países que ni siquiera abordaron esas medidas han tenido también caídas económicas iguales o peores que quienes tomamos decisión responsables. Claro que trae esto consecuencias económicas duras. Pero ahí también ha estado la respuesta, llevamos un programa de transferencias a casi 2,7 millones de familias vulnerables varios meses. 276.000 jóvenes vulnerables, 1,7 millones de adultos mayores en condición de vulnerabilidad, la devolución del IVA a un millón de familias, crear un programa de ingreso solidario que llega a más de tres millones que nunca habían tenido un subsidio del Estado, subsidiar el 40% del salario mínimo a los trabajadores formales de las empresas que hayan visto afectada su facturación más de un 20% durante cuatro meses…
P. ¿Y cuál es el balance de las pérdidas que ha enfrentado Colombia y cuáles son las perspectivas?
R. Colombia cerró 2019 con un crecimiento por encima del 3%, por encima del promedio mundial, de la OCDE, regional, y en los dos primeros meses del año la economía estaba carburando a un muy buen ritmo que nos llevaba en promedio creciendo por encima del 4%. Vino el primer choque a finales de marzo. Y cuando uno mira el balance del primer trimestre del año, la economía colombiana creció el 1,1%. Viene un segundo trimestre, que es un gran desafío, porque tomamos unas medidas draconianas necesarias. Yo creo que América Latina va a mostrar una senda de recuperación ojalá un poco más rápida y ya vemos que las perspectivas sobre Colombia de cara sobre todo al año 2021 es que vamos a tener una economía que va a crecer por encima del 3% aproximadamente.
P. ¿Cómo ha repercutido la presencia de casi dos millones venezolanos en Colombia?
R. Venezuela vive una catástrofe, una tragedia humanitaria, económica, social, producto de una dictadura inclemente. Y por eso han salido más de cinco millones de hermanos venezolanos, la segunda crisis más grande después de la de Siria. Nosotros tenemos cerca de 1,8 millones de migrantes. Algunos, muy pocos, han regresado. En proporción estamos hablando de casi el 3% de la población colombiana. Y fuera de eso tenemos una situación donde la precariedad del sistema de salud de Venezuela representa un riesgo. Por eso celebro que el Gobierno español, que el titular de Exteriores de la UE, Josep Borrell, que la OEA, que la ONU, que el Banco Mundial, el BID, Canadá, Prosur, hayamos participado en una mesa de donantes para movilizar recursos, pero hay que decirlo, tardía, porque este es un problema que se viene incubando desde tiempo atrás y es una bomba de tiempo. Aquí no podemos seguir hablando y hablando. Las grandes tareas que se requieren en Venezuela son cuatro: el cese de la usurpación y el fin de la dictadura, un Gobierno de transición con participación amplia, una convocatoria de elecciones libres y un plan de reconstrucción.
P. Esa es la agenda de Juan Guaidó, pero ¿qué perspectivas tiene usted sobre la salida de la crisis? Hace un mes hubo un intento de incursión marítima que, por cierto, se orquestó, según diversas fuentes, desde Colombia.
R. Eso no fue ninguna incursión. Eso fue un sainete, una opereta, y ahí no participó Colombia, porque Colombia no participa en operetas ni en sainetes. Como presidente de Colombia siempre he dicho lo que tengo que decir frente a la dictadura de Venezuela a plena luz del día, sin subterfugios, y no lo dejaré de hacer nunca, nosotros somos signatarios de la carta democrática interamericana. Nosotros tenemos claro que el proceso de transformación de Venezuela se necesita, por eso digo fin de la usurpación. Que tengamos un Gobierno de transición con representación amplia, tienen que estar todos, tiene que haber una convocatoria de elecciones y un plan de reconstrucción.
P. Hace un mes también se conoció una red de escuchas del Ejército que llegaron hasta el despacho de su exsecretario -y en el marco del caso la Corte Suprema abrió también una investigación al expresidente Álvaro Uribe-. ¿En qué fase está la investigación?
R. Ningún miembro de la Fuerza Pública puede cometer actos contrarios a la ley y a la Constitución. Lo dije desde el primer día que llegué a la presidencia de la República y he dicho que aquí hay tolerancia cero. Vamos a ser implacables frente a los responsables. Y en efecto, en esos testimonios que se conocieron hay perfilamientos de personas cercanas a mí, de mi secretario general de la presidencia de entonces, a una puerta de mi oficina, pero también hay de periodistas y de otras personas. Todos deben ser rechazados y hemos dicho que las investigaciones avanzaran en el plano que nos corresponde a nosotros, en el administrativo, en hacer toda la depuración que se requiera y también en acompañar a las autoridades judiciales para que haya sanciones ejemplarizantes.
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