Edmundo González Urrutia, candidato de la oposición en la elección presidencial de julio en Venezuela, aceptó exiliarse desde Caracas a España para proteger a su familia, que “cambien las cosas” y se construya una “etapa nueva” en la política de su país, según dijo desde Madrid.
González Urrutia, de 75 años y quien llegó el domingo a la capital española para asilarse, explicó que se desterró pensando que el futuro de su país “no debe ser el de un conflicto de dolor y sufrimiento”, advirtiendo que su compromiso “no se basa en una ambición personal”.
“Lo he hecho pensando en mi familia y en todas las familias venezolanas en este momento de tanta tensión y angustia. Lo he hecho para que cambien las cosas y construyamos una etapa nueva para Venezuela”, indicó en un comunicado, divulgado este lunes.
Viajó la noche del sábado a España junto a su esposa, Mercedes, pero dejó en Caracas a una de sus hijas, sus nietos y su yerno, de acuerdo con el diario venezolano Tal Cual. Se exilió tras permanecer refugiado en la embajada de Países Bajos en Caracas por más de un mes, en medio de acusaciones políticas y penales en su contra por parte del fiscal general y jerarcas del chavismo.
Este lunes, María Corina Machado, dirigente opositora del movimiento Vente Venezuela, considerada la gran movilizadora del antichavismo para la elección presidencial, aseguró que la salida del país de González Urrutia “no cambia absolutamente nada” en sus estrategias y garantizó que “el presidente electo” se juramentará el 10 de enero de 2025.
La Plataforma Unitaria Democrática denunció la persecución e intimidación “brutal” del gobierno contra González Urrutia y su familia, acotando que seguirían trabajando coordinadamente para “lograr que la verdad se imponga” y se juramente como jefe de Estado en enero.
Desde España, sin embargo, el excandidato opositor no hizo tal promesa. En cambio, calificó su exilio como “un gesto” que esperaba fuese correspondido -no aportó más detalles al respecto- y afirmó que su “gran prioridad” es la liberación de quienes lo apoyaron. Según la ONG Foro Penal, el gobierno venezolano arrestó a más de 1.600 personas después de la elección presidencial. Las cifras oficiales hablan de más de 2.400.
“Sólo la democracia y la realización de la voluntad popular puede ser el camino para nuestro futuro como país y en ello seguiré comprometido”, expresó González Urrutia, sin referirse a los resultados de la votación presidencial del 28 de julio, que defendió en comunicados anteriores.
González Urrutia firmó uno de esos comunicados como “presidente electo” del país. Este lunes, su escrito lo suscribió con su nombre y apellido.
La oposición venezolana asegura que su candidato ganó la elección con 37 puntos de ventaja sobre el presidente socialista Nicolás Maduro, quien fue proclamado como ganador por el Consejo Nacional Electoral, aunque sin presentar resultados detallados. El gobierno denunció esos reclamos como parte de un golpe de Estado, justificando el arresto de cientos de “terroristas” e inculpando a González Urrutia y Machado por ello.
¿Prudencia o “se baja”?
El contenido del primer mensaje de González Urrutia fue enseguida objeto de interés de analistas políticos, especialmente en las redes sociales. Algunos lo interpretaron como una claudicación, alegando que no se correspondía con sus previos clamores del triunfo electoral opositor.
Otros, como el politólogo Leandro Rodríguez Linárez, consideran que su tono es estratégico, diplomático y no descarta ningún escenario para el reclamo opositor de que ganó la elección de julio.
“Sus primeras palabras son muy parcas, serias, aunque no haya sido un escrito contundente. Deja entrever que su exilio es una situación más dentro de las graves situaciones contra la democracia y la verdad. La lucha no cesa, se modifica”, comenta a la Voz de América.
“No creo que esté claudicando, para nada. La política venezolana es muy efervescente, con objetivos bien claros, y el liderazgo que terminó de derrotar al régimen en su zona de confort, en lo electoral, es de Machado, que se mantiene al frente de la oposición dentro del país”, indicó.
El contenido del mensaje sí podría dar pistas de que el excandidato “se baja de la primera línea de batalla y de la responsabilidad directa” de defensa de la votación, interpreta, por su parte, el politólogo y director de la firma consultora Poder y Estrategia, Ricardo Ríos.
Ríos destaca, por ejemplo, que el excandidato “habló en pasado” cuando se refirió a las labores de Machado y la Plataforma Unitaria Democrática en cuanto a la elección. “Quiero reivindicar el trabajo y el esfuerzo de María Corina Machado, quien lideró este proceso electoral, y de la Plataforma Unitaria por su trabajo y empeño”, manifestó el ex abanderado presidencial de la oposición en el último párrafo de su escrito, este lunes.
Ríos, asimismo, estima en conversación con la VOA que González Urrutia “está dejando en claro que se trata de otra etapa», añadiendo que, quizás, «mientras más pronto lo entienda el país y menos se edulcore, sea mejor para construir la viabilidad política de un cambio”.
Su exilio “no es el fin del juego, pero es un revés y se confirma con sus primeras líneas”, dice. Según el experto, la oposición necesita no sólo de una figura en esta fase, sino de “una instancia de liderazgo colectivo unificado”.
La noche del lunes, Maduro dijo que no revelaría detalles del exilio de González Urrutia por considerarlo “secreto de Estado». “Hemos ganado y cuando digo hemos ganado es que ha ganado la paz del país”, expresó, deseándole “bien” al ex candidato opositor “en su nueva vida” en España.
Eduardo Valero, politólogo y director de la Escuela de Estudios Políticos de la Universidad Central de Venezuela, coincide con Ríos y Rodríguez Linárez en cuanto a que el exilio de González Urrutia fue “humanamente correcto”, tomando en cuenta su edad, salud, persecución y formación como diplomático, más que como actor político per se.
Considera que el gobierno venezolano “ganó comunicacionalmente” la narrativa sobre el exilio de González Urrutia, al ser el primero en anunciarlo. “La estrategia era desmoralizar. En esas primeras 12 horas, la reacción nacional fue: ‘me sentí mal, desmotivado’”, indica.
Valero estima que el activismo político de González Urrutia corre el riesgo de “erosionarse” en el destierro. “Si decide ser mucho más activo, se convertirá en referencia”, apunta, advirtiendo que no conoce de ningún gobierno en el exilio exitoso.
Rodríguez Linárez, por su parte, comparte que el excandidato puede convertirse en “una clave internacional” antes de enero, si elige defender su votación dinámica y directamente con los actores fundamentales de los gobiernos de Europa y América.
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