Mientras que el gobierno del presidente Gustavo Petro reabrió las puertas de la negociación con el ELN y se encuentran sentados en México avanzando en los diálogos, los planes de esta organización criminal van por un camino diferente y peligroso. Está tramando una acción violenta de “alto impacto”, como la bomba que explotaron en la Escuela de Cadetes General Santander, el 17 de enero de 2019, y que dejó 22 muertos y 64 heridos.
SEMANA conoció en exclusiva un duro documento del comando central (Coce) del ELN enviado a todos los frentes de guerra, en el que dan la macabra orden de arremeter no solo contra la fuerza pública, sino la planeación de este ataque terrorista para llegar fuertes y dar un golpe en la mesa de negociación. El motivo específico contra militares y policías, según el ELN, es responder a los duros golpes que les han propinado en las últimas semanas.
“Al continuar la presión militar y la ejecución de operativos contra nuestros dirigentes y fuerza en los territorios, debe responderse con una acción similar a la del 17 enero de 2019”, se lee en el documento enviado a sus comandantes para que ejecuten las acciones de terror.
El descaro del ELN llega a tal punto que justifica la “legitimidad” de esta brutal acción terrorista que enlutó al país, pero que, según el Coce, “consideramos que con toda acción militar de repercusión nacional e internacional se da un pulso en la legitimidad. Para el caso de la acción del 17 (Escuela de Cadetes), fue bastante legítima entre el pueblo y revolucionarios en el mundo y el continente. Faltó un diseño mediático mayor. Reconocemos como héroe al compañero inmolado”.
El escandaloso documento le fue encontrado por las autoridades a uno de los hombres de máxima confianza del Coce, Luis Gabriel Zea, alias Visaje, cabecilla del frente José Antonio Galán, abatido en una operación de las Fuerzas Militares el 23 de enero.
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