El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, sugirió este sábado a su par chino, Wang Yi, que deje su posición neutral y presione a su socio Moscú para terminar la guerra de Ucrania, ante la falta de «señales» por parte de Rusia de que quiera una salida diplomática al conflicto.
«Seguimos preocupados por el alineamiento de China con Rusia», dijo hoy Blinken durante una rueda de prensa en el hotel Ritz Carlton de Nusa Dua (en el este de la isla indonesia de Bali), tras una reunión de cinco horas con Wang.
Su encuentro, el primero desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero, se produjo después de que ambos participaran los dos días anteriores en una reunión de ministros de Exteriores del G20, el grupo de las principales economías industrializadas y emergentes, al que también asistió el canciller ruso, Serguéi Lavrov.
Los jefes de la diplomacia de las principales potencias mundiales dejaron su cara a cara para después de la reunión, protagonizada por la guerra de Ucrania y los problemas en seguridad alimenticia, energética y económica que ha generado el conflicto bélico, así como por la incómoda presencia de Lavrov.
Ucrania fue, como estaba previsto, uno de los asuntos protagonistas de la conversación entre Wang y Blinken, que criticó que Pekín se reafirmara en su «posición neutral» con respecto a la invasión de Ucrania por parte de Rusia, aliado de China.
«Pekín dice que es neutral, pero yo les digo que es muy difícil mantenerse neutral ante una agresión así», remarcó Blinken, animando a que la segunda economía mundial deje de «proteger (a Rusia) en las organizaciones internacionales y hacerse eco de su propaganda».
LAVROV SE FUE TRAS SU DISCURSO
La posición de China como valedor de Rusia fue uno de los temas recurrentes en las conversaciones de pasillo y en las bilaterales del G20, en las que muchos de los ministros asistentes prefirieron trasladar a Wang su mensaje hacia Rusia, esperando más colaboración y mediación por parte de Pekín, que verse con Lavrov.
El canciller ruso, quien sí se entrevistó con Wang en los márgenes de la reunión ministerial, fue criticado por varios de los delegados por no haberse mostrado abierto al diálogo ni haberse quedado a escuchar la intervención de sus colegas del G20, abandonando la sala tras realizar su intervención, según dijeron a Efe testigos del evento.
Ante la actitud de Lavrov y la continuidad de las acciones militares rusas en Ucrania, el secretario de Estado de Estados Unidos subrayó que no hay «ninguna señal» de que Rusia esté lista para buscar una salida diplomática al conflicto.
«Si hay alguna oportunidad para la diplomacia, la utilizaremos», añadió Blinken, a modo de excusa por no haberse reunido con Lavrov durante el G20.
«Nuestro objetivo está claro, y es asegurarnos de que continuamos presionando a Rusia para que participe en una actividad diplomática comprometida», añadió.
PEKÍN COMO MEDIADOR ANTE MOSCÚ
Sin comunicación abierta con Moscú, esa presión parece pasar obligatoriamente por Pekín, y, pese a las tensiones entre las dos superpotencias, Blinken afirmó haber tenido unas discusiones «útiles y constructivas» con Wang en ese y otros ámbitos.
Además de sobre Rusia, el jefe de la diplomacia estadounidense y Wang departieron acerca de otros asuntos «regionales y globales», declaró Blinken, definiendo la relación bilateral como «altamente importante para nuestros países y para el mundo».
Blinken recordó otros asuntos que les enfrentan, como Taiwán -la isla autogobernada que Pekín reclama y que Washington en principio defendería-, o «el genocidio en Xinjiang» (región noroccidental china en la que instituciones internacionales y ONG han documentado abusos y represión a la minoría musulmana uigur por parte de Pekín).
Wang, por su parte, pidió a Blinken claridad sobre su postura hacia Taiwán.
«Ya que EEUU ha prometido no apoyar la independencia de Taiwán, debería parar de tergiversar y utilizar la carta de Taiwán para bloquear la reunificación», remarcó Wang, según publica este sábado el diario chino Global Times.
Pese a las tensiones entre ambos países, que mantienen un creciente pulso por aumentar su influencia en el Indopacífico, Blinken afirmó que la comunicación sigue «abierta».
«Es por el interés de nuestras naciones y del mundo, aunque ninguno de estos asuntos sea fácil», agregó el diplomático estadounidense.
En un tono parecido al de Blinken, el ministerio de Asuntos Exteriores chino informó este sábado de que, tras la reunión, ambos habían llegado al «consenso» de mejorar los lazos para reducir las tensiones.
En esta línea, se espera que los presidentes de ambas naciones, el chino Xi Jinping y el estadounidense Joe Biden, mantengan una llamada telefónica en las próximas semanas. EFE