Se contabilizan al menos un fallecido y tres heridos como resultado de un incesante enfrentamiento armado entre guerrillas colombianas, mientras las autoridades venezolanas mantienen un silencio sepulcral.
La población de El Amparo, ubicada en una zona fronteriza al occidente del estado Apure, se convirtió en un campo de guerra en la tarde de este lunes 7 de febrero, a raíz de un enfrentamiento entre presuntas disidencias tanto de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) como del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Los dos grupos guerrilleros provenientes de Colombia, que sentaron bases territorio venezolano y operan en zonas cercanas a la frontera con Colombia, iniciaron un conflicto armado alrededor de las 5:30 pm.
Habitantes de El Amparo grabaron videos en los que se escuchaban disparos con armamento de alto calibre e incluso se podía observar el sobrevuelo de un helicoptero en la zona.
La balacera se extendió durante horas y acabó por involucrar a los residentes del sector, pues aunque los vecinos se encerraron en sus casas, el intercambio provocó la muerte de un civil venezolano. El periodista Junior Parra reportó que también hay tres personas heridas.
Por su parte, la periodista Sebastiana Barráez difundió un comunicado presuntamente emitido por las FARC, en el cual los guerrilleros pertenecientes al Estado Mayor del Décimo Frente Martín Villa del Comando Conjunto de Oriente advierten de una represalia ante la «Operación Damasco 2″ que habría intentado ejecutar la disidencia del ELN.
En el documento, afirman que unidades del Clan del ELN, de la Segunda Marquetalia, del Cartel de los Laureles de las FAN (Fuerza Armada Nacional) e incluso la inteligencia militar colombiana habrían ejecutado la Operación Damasco 2 y serían repelidos por unidades de las FARC pertenecientes al Décimo Frente, el 28º Frente, el 45º Frente y las compañías y unidades del Comando Conjunto del Oriente.
De acuerdo con las FARC, los otros grupos se «ensañaron» contra los civiles de Arauca y Apure, con operaciones que habrían cobrado la vida de más de 160 víctimas. Los acusan de despojo de bienes, persecución y del desplazamiento de residentes de poblaciones adyacentes a ambas regiones.
En este sentido, piden a los habitantes de Arauca y Apure que ayuden a «desenmascarar a estos clanes de mafiosos y delincuentes», mientras que exhortan el cese de la «locura y barbarie».
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