Dos días antes de morir, el detective del Cicpc, Juan Ángel Pantoja Carreño, le daba consejos a un amigo suyo a quien le dijo: “Papá Dios a uno le tiene un propósito guardado, pero de igual manera hay que cuidarse”. No sabía el joven que horas después sería detenido por los terroríficos funcionarios de la Dgcim, culpado de haber ayudado a salir del país a Reyes Hernández, torturado y muerto. La primera excusa que la Dgcim dio a los funcionarios del Cicpc es que murió en un tobo de agua, versión que después transforman en que se ahorcó.
Por Sebastiana Barráez | Infobae
La obsesión del jefe de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) en Apure, Juan Carlos García alias El Gavilán, por ponerle la mano a El Hato El Chaparralito y a su dueño, acaba de tener como víctima a Juan Ángel Pantoja Carreño (27 años), un detective del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), quien murió en la sede de esa institución en San Fernando de Apure, horas después de haber sido detenido. “Que arrec… lo mataron, lo estaban torturando y se les murió. Nos dijeron que había muerto en un tobo de agua; como si fuéramos gafos y no viéramos el tirro, los amarres y lo que usan para la tortura”, le dice a Infobae un amigo del funcionario muerto.
El martes llegó una comisión, al mando de alias Gavilán, al sitio de trabajo de Pantoja Carreño, se lo lleva, lo señalan de tener información sobre el paradero de Reyes Gabriel Hernández González, dueño del hato El Chaparralito. La obsesión de alias Gavilán es dar con el dueño del hato, de quien pretende traspase legalmente la estratégica propiedad, situada en la frontera, con gran extensión de tierra y fundaciones, pista de aterrizaje y numerosas cabezas de ganado que van desapareciendo paulatinamente una vez que la DGCIM ocupó la propiedad.
El 6 de julio hubo mucha movilización militar en Apure con varias detenciones por parte de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), Zona Operativa de Defensa Integral (ZODI), Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y del Comando Nacional Antisecuestro y Extorsión (CONAS), quienes se desplegaron en los municipios Achaguas y Pedro Camejo. El clima parecía enrarecido.
El miércoles, en la tarde, la Dgcim traslada a Pantoja al Cicpc para que sea reseñado; el joven preocupado habló con algunos de sus compañeros por lo que estaba pasando en la Dgcim. “Me han torturado y temo por mi vida”, habría dicho palabras más palabras menos, según le dijo a Infobae un funcionario policial.
Cuando sus amigos y compañeros se enteran de que Pantoja había muerto horas después, varios de los Cicpc, entre ellos estaría el comisario Jhonny Salazar, se trasladan a la Dgcim en compañía del médico forense de la institución, pero no les permitían el ingreso, por lo que estallaron de indignación, hubo una situación tensa, que amenazó llegar a ser mayor hasta que el Director nacional del Cicpc, comisario Douglas Arnoldo Rico González, llamó para que se retiraran del lugar.
Una fuente reveló a Infobae que “la excusa que dieron es que murió por inmersión en un recipiente de 200 litros de agua que había en el lugar. Usan como tortura sumergirlos en agua o colocarles bolsas con agua y Pantoja no lo soportó. Se les pasó la mano. Ahora dijeron que no, que fue que se suicidó ahorcándose”.
Aunque la Dgcim prohibió que funcionarios del Cicpc vieran el cuerpo, cuando varios de ellos se presentaron a la sede de ese cuerpo represivo, los que lograron entrar al sitio donde habían tenido a Pantoja Carreño “observaron cinta adhesiva de embalaje, cartones, bolsas y otros instrumentos de tortura”.
En la morgue hubo un fuerte altercado entre funcionarios de las dos instituciones, donde los Cicpc llamaban asesinos a los de la Dgcim. “No es la primera vez, no es la primera vez” les gritaron.
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