La firma israelí Cellebrite vendió su tecnología de hackeo telefónico al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. Esto a pesar de las sanciones estadounidenses que prohíben las exportaciones al país. Mientras tanto, la empresa niega con vehemencia cualquier oferta para vender al país caribeño su nuevo sistema, capaz de permitir que los regímenes ingresen a los teléfonos móviles.
“Cellebrite no ha trabajado con clientes de la defensa o la policía en Venezuela durante varios años y no cambiará su política con respecto al país mientras el régimen actual se mantenga en el poder”, dijo la compañía.
Cellebrite ha capturado una parte importante del mercado forense móvil. La empresa proporciona a las fuerzas policiales, agencias gubernamentales y empresas privadas de todo el mundo, hardwares y softwares que permiten extraer información de la mayoría de los dispositivos portátiles.
La efectividad de esta tecnología se comprueba en casos donde los datos se han cifrado, eliminado o cargado a la nube.
Esta compañía ha enfrentado acusaciones de activistas de derechos humanos de que vende su equipo tanto al régimen chino en su intento por reprimir a los manifestantes prodemocráticos en Hong Kong, como al gobierno en Bielorrusia devastada por las protestas. Sobre estas afirmaciones la firma se negó a responder.
Las acusaciones actuales también están relacionadas con una petición del abogado de derechos humanos Eitay Mack, presentada a la Agencia de Control de Exportaciones de Defensa, una parte del Ministerio de Defensa de Israel encargada de supervisar las exportaciones de armas.
Mack exige que la autoridad también supervise Cellebrite y sus actividades. Esto en parte debido a los planes del régimen de Maduro de comprar el sistema forense móvil avanzado, UFED Touch 2. No está claro si Cellebrite está registrado actualmente como exportador de defensa.
El régimen de Maduro anunció sus planes de comprar el sistema el año pasado y desde entonces ha repetido las afirmaciones en varias declaraciones y publicaciones oficiales. En una carta enviada por Mack a la jefa de la autoridad de supervisión, Racheli Chen, esta semana, la instó a «anunciar inmediatamente al público que se requerirá que Cellebrite se registre como exportador de defensa».
Además, exigió que se prohibiera a Cellebrite exportar «directa o indirectamente» el nuevo sistema UFED. Advirtió sobre posibles intentos de vender indirectamente el sistema a Venezuela, en particular en medio de informes que decían que las versiones anteriores del sistema estaban a la venta en línea en sitios como eBay.
Una imagen dudosa
Cellebrite tiene un perfil relativamente positivo en términos de derechos humanos. Se presenta como una empresa comprometida con altos estándares éticos a pesar de los informes sobre usos problemáticos de su tecnología de hackeo telefónico y otros servicios. El año pasado, Vice News informó que vendió su tecnología a Rusia, los Emiratos Árabes Unidos y Turquía. Un informe adicional de Privacy International afirmó que la empresa también se había comunicado con el régimen de Bahrein, proponiendo que su tecnología se utilizara para rastrear refugiados.
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